La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, nunca ha estado libre de controversias, lo hemos atestiguado desde que se decidió que El Bronco y Margarita Zavala llegaran a la boleta electoral de 2018, cuando argumentaron que al fideicomiso para la atención de víctimas del sismo de septiembre de 2017 no se le había dado un mal uso a pesar de todas las pruebas presentadas por la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Electoral del Estado de México, y en sentencias más frescas, validaron las ruedas de prensa matutinas del jefe del ejecutivo a pesar de ser violatorias del artículo 134 constitucional.

Claro, tampoco se nos olvida que casualmente el único partido de nueva creación, incómodo a Palacio Nacional, no recibió el registro como partido político nacional, o que su actual presidente está, digamos, en el ojo del huracán, porque no le cuadran las cuentas, su patrimonio declarado y sus ahorritos dejan más dudas que certezas, total ¿qué tanto es tantito?

Valientemente inspirados en la votación senatorial para designar a la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en donde algunos senadores del partido oficialista decidieron depositar dos boletas, en la Secretaría Técnica de la Sala Superior se traspapeló un acta de la Comisión de Administración del TEPJF, en donde se establecía, por ejemplo, que antes de sacar la chequera para cambiar el piso de cantera por mármol veneciano o de adquirir nuevas camionetas de blindaje nivel OTAN VII por que las Suburbans ya no tienen ese cautivador aroma a auto nuevo, antes de desembolsar un peso de los contribuyentes se tiene que discutir al interior de dicha comisión la necesidad de cualquier gasto, este documento supuestamente había sido aprobado por tres votos contra dos. O sea, al amigo reconciliado, con un ojo abierto y el otro cerrado.

Pero, por más que buscan, simplemente no la encuentran, y mientras ese pinchurriento papelucho no aparezca, alguien tiene que tener el control de la chequera, y quien mejor capacitado que el Presidente de la Sala Superior, porque con gente de mala casta, ni amistad ni confianza, total dando y dando, pajarito volando.

Como esto no se iba a quedar así, el community manager del TEPJF, adoctrinado por el contexto nacional, decidió en una maroma de calificación 7/10 postear que “el #TEPJF rechaza estrategias que pongan en peligro el adecuado funcionamiento de la institución, precisamente en este año electoral tan importante, con los comicios más grandes de la historia”.

A lo que cinco de los siete magistrados en funciones, le recetaron sendo periodicazo en el hocico argumentando que “la legalidad debe regir a los funcionarios del Tribunal Electoral, así como debe ser el eje rector de los procedimientos y funciones de la Comisión de Administración. Esto es especialmente importante cuando se trata de definir el ejercicio del presupuesto público asignado al TEPJF; solo así se logra salvaguardar la transparencia y la rendición de cuentas de la justicia electoral” y ya con la sangre hirviendo, calientes pues, apuntaron que “tampoco tuvieron información de los detalles del contexto y motivo de tales posicionamientos”, en pocas palabras cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie.

Y ni modo que cada quien se quede con su golpe, así que el Presidente de la Sala Superior invitó a los Consejeros de la Judicatura Federal y a sus pares a resolver sus diferendos en próximas fechas y en sesión pública —se escuchan ruidos de cadenas girando, machetes sacando chispas en el suelo y navajas afilándose en una chaira de carnicero—. Esperemos el próximo capítulo de la Rosa de Carlota Armero.

Esas camionetas, no se van a comprar solas. Parece chiste, pero es anécdota, cosas del barrio, corazón de ñero.

@DrThe