Los ciudadanos mexicanos no estamos solos en la lucha contra las señas visibles del autoritarismo que se nos viene encima. Más allá de nuestras fronteras y hermosas costas, un mundo nos observa a detalle con una especie de microscopio al que nada se le escapa.

Los contrapesos necesarios ante un gobernante centralista y ebrio de poder se ven débiles al interior de México, es verdad. Los partidos políticos no logran plantarle cara al partido oficialista. El Presidente y Morena hacen y deshacen, hasta ahora con las restricciones que les marcan los tribunales, los amparos y decisiones del Instituto Nacional Electoral. Ni hablar de la Cámara de Diputados y el Senado que son territorios en los que, a la voluntad presidencial, para vergüenza nacional, no se le altera ni una coma.

La cosa cambia, sin embargo, cuando consideramos el factor internacional. Me refiero a que la mirada profesional de gobiernos nacionales, organismos internacionales, ONGs y voces autorizadas de la academia y el periodismo alrededor del mundo, inciden sobre México de una forma que no pueden controlar desde el Gobierno federal.

Es una mirada dura, crítica, sin concesiones y rigurosamente sustentada en evidencia y en indicadores universalmente reconocidos. Una mirada de lince, si queremos nombrarla así, que desnuda y pone al descubierto el rostro verdadero de la Cuarta Transformación: es el México real, el sufrimiento en la carne y el corazón, el desastre económico, la desintegración social que vivimos; no empezó con este gobierno, pero la Cuarta Transformación no revirtió esas tendencias, sino que que las mantiene y aprovecha en su estrategia de dominación política.

Repasemos lo más reciente:

+ Departamento de Estado del Gobierno de Estados Unidos, “2020 Country Reports on Human Rights Practices: Mexico”, en donde, por ejemplo, se afirma que “elementos de las organizaciones criminales, incluyendo a pandillas locales y transnacionales, y narcotraficantes, fueron perpetradores importantes de crímenes violentos y cometieron actos de tortura, homicidio, secuestro, extorsión, trata de personas, sobornos, intimidación y otras amenazas, dando como resultado altos niveles de violencia enfocada particularmente a grupos vulnerables. El gobierno investigó y persiguió algunos de estos crímenes, pero la vasta mayoría permanecieron en la impunidad”.

https://www.state.gov/wp-content/uploads/2021/03/MEXICO-2020-HUMAN-RIGHTS-REPORT.pdf

+ Amnistía Internacional, “Informe 2020/21, la situación de los derechos humanos en el mundo”, en donde con referencia a México  se dice: “Continuaron las amenazas y el hostigamiento contra personas que defendían los derechos humanos y, según datos de organizaciones de la sociedad civil, 24 personas defensoras fueron asesinadas. Los defensores de los derechos ambientales y de los pueblos indígenas manifestaron su preocupación por el megaproyecto conocido como Tren Maya. El presidente reaccionó acusándolos públicamente de ser ‘falsos ambientalistas’”.

https://amnistia.org.mx/contenido/wp-content/uploads/2021/04/202021-air-spanish_2021-04-01_ZZ.pdf

+ Universidad de California en San Francisco, Instituto de Ciencias de la Salud Global (IGHS, por sus siglas en inglés), “La respuesta de México al COVID 19: estudio de caso”, proyecto dirigido por Jaime Sepúlveda, director del IGHS, en donde señalan “excesiva concentración de autoridad y capacidad para tomar decisiones sobre el manejo de la pandemia en una sola unidad de gobierno dentro del poder ejecutivo, insuficiente deliberación de dichas decisiones y marginación de los órganos colegiados relevantes responsables de la política sanitaria y que no se sometieron decisiones clave de salud pública a supervisión independiente y consulta de expertos”.

https://1drv.ms/b/s!AkCLb3Gmvo_aqWWzw9ivGm6TYqiX

Hay más miradas externas sobre México: el informe reciente del Departamento del Tesoro que pone a México en la lista de países monitoreados por sus operaciones cambiarias, los rigurosos reportajes de medios prestigiados como The New York Times, The Guardián, Washington Post y El País, o las opiniones de los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud sobre el manejo de la pandemia de coronavirus por autoridades mexicanas.

No, no estamos solos los mexicanos. No se acaba nuestro mundo en la visión cerrada y ultranacionalista que emana del Palacio Nacional, pues afortunadamente podemos y sabemos elevar la mirada hasta encontrar otras miradas amigas. Por si fuera poco, el cambio profundo en el liderazgo de Estados Unidos, la revolución de la economía que surge de la Casa Blanca con un “New Deal” del siglo21, será una ola que hará contrapeso fuerte en México.

Eso sí, primero lo primero: el 6 de junio es nuestra oportunidad. rogelio.rios60@gmail.com

 

El autor es periodista de oficio e internacionalista egresado de El Colegio de México.