Lo conocí como pareja de una muy querida amiga mía. Ahora resulta que escuché en el radio que vivía con Haunani Ruiz con la que tampoco se había casado. Total, soy testigo de que mi amiga y el Pato se adoraban y fueron felices el tiempo que compartieron. Lo conocí en una junta de apoyo a Morena. Otra vez nos encontramos en un restaurante argentino y me presentaron a Héctor Bonilla que estaba con su esposa, nieta de Sofía Álvarez, mi actriz favorita por México de mis recuerdos. Nos invitaron al Teatro López Tarso, donde ellos representaban Éxito a cualquier precio, como se conoció en el cine la obra de David Mamet. Con perdón del elenco estelar, con Bruno Bichir incluido, la obra se la robaba el Pato Castillo por su gracia al interpretar a George Aaronow. A partir de la globalización, nos han propuesto la mentalidad del vendedor, enfocados todos al éxito individual y a costa de los demás, no importa los que salgan heridos en la escalera hacia arriba. Y, por supuesto, dando por hecho que el éxito vale la pena. Obra de 1984, tiene la premonición de que los vendedores de la obra están en el mercado inmobiliario, la “burbuja” que detonó la crisis del 2008. Es en pocas palabras, una crítica a la filosofía de la vida de la era de Trump: los empresarios al poder. Voy a buscar en la plataforma que corresponda su interpretación de Pío XII que no he visto y que anticipo debe ser magistral.

 

Más mujeres de abril

Es el aniversario luctuoso de Simone de Beauvoir, quien murió el 14 de este mes en 1986. Casualmente estoy leyendo Los mandarines y lamento no haberlo hecho antes, porque sus preocupaciones después de la guerra, son las de muchos de nosotros en los años siguientes al 68, ahora, por fortuna, ya la suerte está echada. Sin embargo, a cada momento me detengo y leo párrafos a mi hermana en memoria de antiguos debates. A mis alumnos en general les digo que el existencialismo fue incluso una forma de vestirse a lo Juliette Gréco. Los existencialistas mexicanos aparecen en La región más transparente de Carlos Fuentes como reflejo de la Generación del Hyperion. Esta semana que mi hermana obtuvo la representación de las maestras de Licenciatura para los debates de violencia de género, a la joven que hizo la propaganda se le ocurrió poner el rostro de la Beauvoir para ilustrar los carteles. Sobra decir que El segundo sexo, es el libro central del feminismo del siglo XX.

Sor Juana Inés de la Cruz murió en abril. En el Palacio del Arzobispado, cuando lo dirigía Juana Inés Abreu, hija de Ninfa Santos y del sorjuanista Ermilo Abreu Gómez, Sergio Fernández organizó una velada inolvidable. Imagínense; nada de luz eléctrica, sólo cientos de velas. Música virreinal y cenamos platillos del recetario de la  propia Sor Juana. Bajo la mirada vigilante del director Jose Luis Ibáñez, mi hermana Magdalena y Gabriel Figueroa, (un joven actor homónimo del fotógrafo) leyeron los textos que habíamos escrito varios para Los empeños, la revista de Sergio en la UNAM. Mi hermana planteaba en el ensayo que Sor Juana es ya mexicana, porque, resumo, habla de “la patria mexicana”, coloca en el proscenio a Huitzilopochtli en El divino Narciso e incluye en sus ensaladillas palabras y frases en náhuatl. En línea, el ensayo de mi hermana ha sido opuesto a las tesis de Octavio Paz sobre la monja.

Según la lista de la Federación de Mujeres Universitarias, son de abril dos militantes comunistas, la activista Benita Galeana y la primera muralista mujer: Aurora Reyes, llamada “la magnolia iracunda”. Atentado a las maestras rurales, del Centro Escolar Revolución es el primero y es excelente. Fue nieta del general Bernardo Reyes y, por lo tanto, sobrina de Don Alfonso.