“Historia… depósito de acciones, testigo de lo pasado,
ejemplo de lo presente, advertencia de lo por venir”.
Cervantes

 

Este pasado 3 de abril se conmemoró el primer centenario del natalicio del Lic. Jesús Reyes Heroles, cuya impronta en la vida política del Estado mexicano es incuestionable desde cualquiera de los cargos que desempeñó a lo largo de su fructífera trayectoria: a él quien los mexicanos debemos una análisis lúcido y pulcro de la historia nacional, alejado de todo patrioterismo y ubicado en la justedad de los hombres en su tiempo y en su espacio vital.

Nacido hace un siglo, él es beneficiario de una política presidencial que finca en la educación y en la cultura la gran transformación ideológica a la que aspiraban los revolucionarios, cansados ya de la lucha armada y deseosos de llevar la revolución creativa al seno mismo de la nación mexicana.

El joven veracruzano ingresa a la UNAM justo un año después del extraordinario movimiento social que implicó la expropiación petrolera decretada por el General Cárdenas,  cuyas consecuencias integrales facilitaron un proceso de debates políticos profundos en busca de la institucionalización democrática del Partido Nacional Revolucionario, en cuyas filas milita y acompaña a su transformación en Partido Nacional revolucionario y acompaña a su transformación hasta, finalmente, ser refundado como Partido Revolucionario Institucional.

La brillantez en ciencia política demostrada por el estudiante Reyes Heroles fue destacada por sus maestros, Mario de la Cueva y Manuel Pedroso; y sus aportes se verán enriquecidos por el paso del veracruzano en las universidades de Buenos Aires y de La Plata, así como en el Colegio de Estudios Superiores de la capital argentina.

A su regreso a México se integra de lleno a la burocracia, ocupando diversos cargos, los cuales comparte con su gran pasión: la de pasear por los caminos de la historia mexicana a fin de comprenderla profundamente.

Las investigaciones y reinterpretaciones sobre la historia nacional permitieron a Reyes Heroles no solo ubicar en su justa dimensión los hechos y acciones: su aporte sustancial radicó en enlazar los procesos emancipadores, reformistas y revolucionarios, a través del liberalismo mexicano como un conductor siempre presente en la construcción de la Nación.

Así lo acreditan muchas de sus obras publicadas, sus discursos y la propia Reforma Política de 1976, misma que fue encomendada por el presidente López Portillo a ese hombre de profundas convicciones liberales que alentó el debate democrático dentro de su partido para abrirlo a la oposición en la vida pública del Estado.

En pocos intelectuales políticos se cumple a cabalidad el aforismo cervantino, pues Jesús Reyes Heroles supo escudriñar en la historia sus acciones, para así comprender a los testigos, contrastar los hechos con el presente y, gracias a ello, advertir el porvenir de nuestra Nación.