Primero, una pertinente aclaración: las fotos de este artículo fueron tomadas por un anónimo regiomontano que se negó a mostrar su tarjeta de crédito a los encargados de la “oficina” de 2 M2 montada por una “empresa” inexistente para el SAT, al ladito del aparador de los churros y garnachas del Sanborns del popof o fifí Main Entrance de San Pedro Garza García. Gracias a eso, no cayó en la trampa de los pájaros de cuenta cruzados con vivales, de quienes en seguida les platico:
La mecánica es persuasiva y engatusante diamadre. Una avalancha de llamadas a los celulares de gente seleccionada al azar, proveniente del 55 7261 6956 y todas las variantes posibles de permutaciones y combinaciones, ilusionan con el señuelo de que si acuden al Sanborns de Main Entrance, en SPGG, se llevarán un premio nomás por apersonarse y mostrar un número en clave a quienes serán sus anfitriones.

La gente —buien ciscada— pregunta si no es una de esas cosas de “tiempo compartido” y la operadora de la llamada jura y perjura que no.

“Lo único que tiene qué hacer es preguntar por Arturo Ramírez y mencionar que recibió la invitación del Corporativo Visa. Con eso tiene para que le den un regalo”, dice el guion de la llamada, que se repitió cuatro o cinco veces al día.

“¿Pero no me van a salir con la onda de que les muestre mi tarjeta de crédito?”, pregunta el desconfiado que recibe la llamada.

“No señor, ¿cómo cree?, lo único que usted debe hacer es presentarse en el día y hora señalado y ya, recibe su regalo”, insiste la operadora.

“Y si no es tiempo compartido ni nada por el estilo, ¿qué gana su corporativo Visa regalando cosas a la gente nomás por que vaya a la cita?, vuelve a la carga el dubitativo afortunado receptor de esa llamada.

Solamente saber si el tarjetahabiente está activo o no, responde su interlocutora.

“¿Debo llevar mi tarjeta de crédito?”, re pregunta”. No, solo muestre el número clave que le estoy dando”, recibe como respuesta y eso le da cierta tranquilidad.

El “seleccionado al azar” lo consulta con su esposa y ambos deciden ir. Total, si salen con una batea de babas, ni madre que les mostramos la tarjeta, les rayamos el disco por andar engatusando gente y nos echamos unas enchiladas suizas“, deciden.Y se lanzan. Y los reciben en una triste y paupérrima mesa redonda donde apenas caben sus manos y un fólder con la lista de los nombres de los afortunados ganadores. La mesa está en la mera entrada del restaurant de Sanborns, ni siquiera en el área donde se sientan los comensales.

Lorena Sánchez y Víctor Espinosa reciben al matrimonio presentándose como parte de —agarren aire por favor— “Operadora Turística Mayorista Espectacular Travel” y lo primero que hacen, después de confirmar que sus nombres aparecen en la lista, es pedirles el número de su tarjeta de crédito.

“Oiga, pero si nos dijeron clarito que no tendríamos que traerla, solo este número de clave”, responde el convocado a recibir un regalo, que por cierto, no se ve por ningún lado en los 2 metros cuadrados que ocupa la “oficina” de la “Operadora Turística Espectacular Travel que atiende a sus presas —perdón, a sus afortunados ganadores— en el Sanborns de Main Entrance de SPGG.

“Es que necesitamos su número de tarjeta para confirmar que usted es cliente de Visa”, interviene Víctor Espinosa. Para no hacerles el cuento largo, no hubo ni viaje ni premio ni madres, porque el “suertudo” seleccionado no quiso mostrar su tarjeta.

 

ANTECEDENTES

El 28 de abril de 2017, la revista especializada Reportur, publicó el modus operandi de estafadores itinerantes que coincide con el mencionado en este artículo. Esta es la liga

https://www.reportur.com/mexico/2017/04/28/empresas-fantasmas-con-nombres-de-mextour-o-almeida-viajes-condesa/

DETONA siguió paso por paso el desarrollo del caso descrito en este artículo, gracias a que la persona que no quiso morder el anzuelo, se ofreció a ir a la cita con el único propósito de documentar una evidencia de la forma en que vivales como los mencionados, están aprovechándose de la ingenuidad de quienes todavía creen en Santa Claus en verano. La llamada es para el IFT, que permite que los usuarios de telefonía celular sean molestados —en el menos peor de los casos— por estafadores de este y otros tipos.

Este organismo es una “Carabina  de Ambrosio”, pues ni regula ni controla este tipo de situaciones que ocurren en las telecomunicaciones, que es su misión principal. Ahí se las dejamos y mientras la Cofetel u otro de los muchos organismos buenos para nada del gobierno federal que tienen vela en este entierro —como Profeco— entra en acción, a los tarjetahabientes y usuarios de la telefonía celular no nos queda de otra que cuidarnos a nosotros mismos, porque pedirles que lo hagan a quienes con nuestros impuestos les pagamos sus sueldos, es tanto como esperar que se vuelva orientado el buen Moisés, en la perdida de órdago que se dio en el desierto a su salida de Egipto, llevándose al baile a todos los judíos de aquel entonces.

 

CAJÓN DE SASTRE

“Ante un gobierno ineficiente, los gandallas se reproducen como gremlins en aguacero. México es tierra de nadie en el control y regulación de telecomunicaciones”, dice la irreverente de mi Gaby.