«qui multum habet, plus cupit»
El que mucho tiene, quiere más. Séneca

En las próximas elecciones de este 6 de junio por primera vez desde el lema de Francisco Madero  de “sufragio efectivo no reelección”  la ley permitirá que diputados y presidentes municipales sean reelectos para otro período, al respecto conviene realizar algunas reflexiones; en principio debe consignarse que para el caso de los legisladores ya existe la reelección, si bien no de manera consecutiva y, por ello en la actual legislatura se repiten nombres y hombres que no viene al caso mencionar, pero que tienen décadas de integrar legislaturas.

Actualmente, la reelección de nuestros legisladores ha venido siendo defendida e impulsada por una parte de nuestra clase política que influenciada por la academia de Norteamérica, que propugnan que de esta manera tendremos mejores legisladores, porque los electores para efecto de volver a otorgarles su voto, revisarían su desempeño en el cargo, con lo que demuestran un total y absoluto desconocimiento de la realidad social mexicana, en nuestro país los electores en su mayoría desconocen hasta el nombre de quien los representa, porque hasta ahora votan –generalmente– por las siglas del partido de su preferencia de quien reciben dádivas o prebendas, por no decir por el partido del cual forman parte de su clientela electoral. Es crudo decirlo así, pero la realidad es que existe poca o nula cultura políticas en nuestros ciudadanos.

El argumento aludido cae por su propio peso, porque si fuese cierto que el asambleísta, diputado local, diputado federal o senador, que por no desempeñarse adecuadamente, sería repudiado por los electores al presentarse como candidato para un nuevo puesto de legislador y consecuentemente no recibiría el refrendo del voto; dado que con ese criterio sería impensable que un buen porcentaje de quienes integran la actual legislatura estarían nuevamente cobrando las jugosas dietas, ni serían otra vez jefes de las bancadas parlamentarias, integrantes de la mesa directiva o presidentes de comisiones legislativas. Porque muchos que hoy están en esta circunstancia, han sido en otros momentos y diferente legislatura, pésimos parlamentarios.

Adicionalmente, se olvida que, por la puerta falsa de los diputados y senadores de representación proporcional, los partidos políticos entronizan a su nomenclatura, hasta el fin de los tiempos y, sin necesidad de someterse al escrutinio popular, como viene siendo hasta ahora, y en buena medida explica cómo nos exhiben carreras legislativas de personeros de MORENA, MC, RS, PES, PT, PVEM, PRD PRI, PAN, y demás. Sin que por ello –ser legislador en varias y reiteradas ocasiones– por ese solo motivo sean hoy buenos congresistas.

La discusión –convenenciera por lo demás– evita el debate respecto de otros temas de mayor relevancia, como la rendición de cuentas, la transparencia y la necesaria responsabilidad de los servidores públicos, misma que debe ser considerada desde el presidente de la Republica y la totalidad de los servidores públicos, como ya existe en muchos países del mundo incluidos los de Latinoamérica.

En el caso de la reelección de los presidentes municipales, se enfrentarán a distorsiones de la vida pública, como es el uso indebido del presupuesto del ayuntamiento para efectos de reelegirse desde el primer día del mandato del munícipe y abonaría en la construcción de cacicazgos, de lo cual tenemos experiencia de sobra. Valga el refrán popular, la mula no era arisca. Quizá sería válida porque es cierto, tres años pueden resultar pocos para cambiar o construir un nuevo estado de cosas, la respuesta pudiera estar en ampliar el término del ejercicio a cuatro años para los presidentes municipales.

Cabe añadir que esta añeja discusión, respecto de la reelección de los diputados federales que parece que, apuesta a la desmemoria colectiva, ya fue discutida y debatida en los años sesentas y desechada considerando que representaría un primer paso para luego impulsar reelecciones de gobernadores y del propio Ejecutivo federal. Es verdad sabida que hoy en día pocos quieren reelegir a su actual diputado, senador o presidente municipal.

Nota de última hora:  vaya mi más sentido pésame a todas las familias enlutadas que perdieron a sus familiares víctimas de la ineptitud, negligencia y corrupción que provocó el terrible colapso de un tren del metro en la línea 12 de la Ciudad de México, a la hora en que las personas regresaban a sus hogares después de un día de trabajo. Esta enorme tragedia es plenamente imputable a todos los servidores públicos que estuvieron involucrados desde la construcción de esa línea y en su posterior mantenimiento y omisión de suspensión del servicio para evitar tan terrible suceso.