Existen 50 consulados de México en todo Estados Unidos y sus empleados viven momentos difíciles ya que su patrón los está dejando a la deriva, la Secretaria de Relaciones Exteriores, no les ha renovado sus visas de trabajo por hasta 12 meses como “prestadores de servicios profesionales independientes” y se han enfrentado a la realidad de no tener permiso para residir legalmente.

Las llamadas visas A2 fueron el resultado alcanzado por los gobiernos de los presidentes: Enrique Peña Nieto y Barack Obama que limitaba hasta 5 años sin posibilidad de renovación la permanencia de funcionarios mexicanos que trabajaban de tiempo completo en los consulados y embajada, este plazo vence en tan sólo 3 meses, en agosto próximo.

La Secretaria de Relaciones Exteriores de Marcelo Ebrard ha reconocido que de los 1,642 empleados con un contrato laboral temporal hay 505 cuyas visas expiran en menos de 90 días y de ellos 316 no tendrán posibilidad de renovarlas. En diciembre pasado la cancillería mexicana informó que estaban “renegociando” con Estados Unidos y en particular con el Departamento de Estado una solución e incluso estimó que para febrero pasado tendrían una respuesta, situación que aún no sucede y que amenaza al personal que trabaja en las representaciones mexicanas en el país de las barras y las estrellas.

Los despidos ya comenzaron y por lo pronto, 50 empleados de los Consulados en: Raleigh, Dallas, Denver, Chicago, Houston, Indianápolis, Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York, Presidio, San Antonio y San Francisco, quedarían indocumentados con una historia de vida que amenaza por terminar abruptamente.

La inestabilidad que sufren los “prestadores de “servicios profesionales independientes” no se limita a las visas. Ya desde 2015 enviaron una carta al entonces embajador de México en Estados Unidos, Miguel Basáñez, exigiendo: aumento salarial, seguridad social, fondo de ahorro para el retiro y seguro médico para sus familiares directos y dependientes. Pero la ley no los ampara y no suman derechos de antigüedad, todos ganan un suelo promedio de $2,300 dólares mensuales así tengan un día o 40 años de servicios, ni integrarse al sistema de pensiones en Estados Unidos, ni en México.

Platiqué hace unos días con uno de estos trabajadores consulares y me dijo…” Si la función de Cancillería es proteger los derechos laborales de los mexicanos en el extranjero, debería empezar por proteger los de sus mismos trabajadores “.

La ya de por sí grave situación de estos trabajadores mexicanos que están en los consulados y en la embajada misma, amenaza con generar un conflicto de proporciones importantes ya que en promedio 10 empleados menos habrá en cada consulado lo que afectará los trámites y creará un retraso histórico de citas, peor del que ya existe.

Y para muestra un voto…

Dulce Flores es una joven mujer mexicana nacida en Tabasco, su ilusión por superarse y su amor por el estudio la llevó a inscribirse en la Universidad de Tijuana, no sólo dejó su tierra sino a su familia y amigos. Llegó a la llamada puerta de la República Mexicana y ahí, como me platicó, comenzó a cambiar su vida, se inscribió a un programa de intercambio en el consulado mexicano en Los Ángeles por 4 meses, fue aceptada y después de pasar varios exámenes, entregar documentos y reunir sus pocas pertenencias, se mudó a esa gran ciudad.

Rápidamente concluyó su periodo de práctica profesional y debió a su gran desempeño, entusiasmo y actitud de servicio recibió una oferta de trabajo para permanecer en la representación mexicana gustosa, emocionada y dispuesta a construir un futuro, aceptó. Recibió su visa consular A2 y su permanencia legal en los Estados Unidos estaba resuelta.

Esta tabasqueña integrante del servicio exterior mexicano y avecindada en California fue escalando posiciones asentándose a la vida de esta gran urbe, sin embargo, de un día para el otro todo cambió, su desarrollo profesional y hasta su posibilidad de seguir en el país de las barras y las estrellas peligraron. La política migratoria del presidente Barack Obama la alcanzó, después de 10 años de renovar la visa A2 tenía que abandonar el país, el gobierno mexicano se declaró imposibilitado para actuar, su futuro parecía tener fecha de caducidad en los Estados Unidos.

En 2016 Dulce y cientos de trabajadores de los consulados mexicanos en Estados Unidos entraron en pánico les anunciaron… “si queríamos seguir trabajando para el Consulado y permanecer en este país, debíamos buscar la manera de arreglar nuestro estatus migratorio. De otra manera, tendríamos que regresar a México o quedarnos en el limbo”. Una decisión difícil porque ya llevaba casi 10 años en Estados Unidos, no sabía que hacer… “me sentí desilusionada, frustrada, triste después de tantos años de entrega al Consulado de México en Los Ángeles”.

Ante su incierto futuro Dulce sólo tenía una certeza “no quería quedarse indocumentada en territorio estadounidense” su opción entonces parecía sólo una, regresar a México y bueno las vueltas de la vida la llevaron a conocer a Nicole Miceli, en el amplio mar del Internet, nos tratamos durante 3 meses, nos caímos bien, nos entendimos y como consecuencia nos fuimos a vivir juntas hasta que me llegó la tremenda noticia y recuerdo bien lo que le dije…”si quieres seguir conmigo va a tener que ser a larga distancia o tendrás que venir a vivir a México a lo que me dijo que se vendría conmigo y empezamos a planear nuestra vida juntas en México”.

Nicole le propuso a Dulce que se casaran, ya con certificado, pidió a migración su residencia y acaba de recibir su “green card” temporal.

@lalocampos03