Entrevista con Marco Arellano Toledo, politólogo por la UNAM

La salida de Irma Eréndira Sandoval de la Secretaría de la Función Pública desató toda serie de especulaciones, algunas de las cuales apuntan al 2024, pero considerando que podría haber otros factores que expliquen la sustitución –en palabras del presidente López Obrador– y sin que se hallan dado otras modificaciones al gabinete del Ejecutivo Federal.

Hay que considerar que en lo que va del sexenio se han presentado varias renuncias –como las de Carlos Urzúa o Josefa González Blanco– que no tienen nada que ver con intenciones del mandatario de relevar a alguien de su equipo.

Es entonces que se hace la pregunta de qué significado tienen en el actual gobierno los cambios en el gabinete, pues es algo que se ha estado mencionando mucho en distintos espacios de opinión.

Siempre platicó con Marco Arellano Toledo, politólogo por la UNAM y catedrático de la UIA, quien apuntó que hay que tomar en cuenta que al presidente “le gusta el reflector, pero cuando alguno hacerle sombra o contradecirle se desatan los cambios”.

Respecto a que un cambio en el gabinete puede tener como objetivo el 2024, descartó por el momento esta intención.

“No veo una estrategia ordenada de cara a la sucesión, para colocar o quitar funcionarios públicos, la última renuncia que pide, la de Irma Eréndira Sandoval, tiene una lógica distinta, se ha hablado mucho de Zoé Robledo a Gobernación, está constante el rumor del reemplazo de la secretaria de Gobernación, pero no se ha dado, me da la impresión que es, perdonando la metáfora, como Mejía Barón guardándose los cambios, no visualizo con una estrategia ordenada, más bien está resolviendo lo inmediato en términos políticos.

“Él sabe, como el gran jugador político que es, que cualquier pieza que está mal acomodada o que empieza a tener un pésimo rendimiento, más que el que tiene el gabinete porque, insisto, es un gabinete muy enano, entonces los reacomoda, sin olvidar que algunos se han ido a lo largo del sexenio por desavenencias con el presidente, parece que hoy en la mira debiera estar, si la lógica continua, todo el tema del Fiscal General con todos los problemas que ha tenido recientemente es un candidato, pero no lo veo como una estrategia ordenada de cara a la sucesión”.

Marco Arellano Toledo

Hablamos de sucesión

Uno de los temas que nuestro entrevistado resaltó, es que en el actual sexenio se volvió a hablar de sucesión, un tema que parecía haber quedado en el baúl de los recuerdos.

“Sí estamos hablando de sucesión, pero no veo vinculantes los cambios de gabinete a este tema”.

Recordó además que los cambios se darán cuando el presidente lo decida, por mucho que en la opinión pública se insista o hable de ello, o que se hable de que es un gabinete florero.

“Al presidente no le gusta que le dicten la agenda, con este aire presidencial omnipresente y todopoderoso cuando hay presión política o de medios, o cuando hay un señalamiento hacia sus funcionarios no los defiende precisamente, pero fundamentalmente no toma una decisión en función de esa presión, a él no le gusta que le quiten o le pongan al gabinete, a él le gusta quitar y poner, en ese sentido me parece que no es que le guste tener un gabinete florero, es que en realidad le gusta el protagonista de la política y ser el hacedor de la política en todos los sentido y el gabinete es una posición refractaria; antes era un fusible que en un problema quitabas a un funcionario y cuando menos liberabas presión, aquí la estructura del gabinete central, el núcleo, la secretaria de Gobernación, el de Relaciones Exteriores, el de Defensa y el de Marina no han tenido ningún cambio desde 2018, cuales son las que han tenido cambios, la de Hacienda, por una desavenencia con el presidente en el primer cambio y en el segundo un movimiento de ajedrez político para colocar a Arturo Herrera en el Banco de México.

“Pareciera que el presidente no necesita del gabinete para hacer política, los gabinetes sirven para administrar la labor política, son los administradores de Estado, en realidad el presidente hace política, pero no gobierna. Para hacer política no necesitas al gabinete, no sé si sea un florero, pero para hacer política no lo necesitas, te hacen política los medios y cuestionan a tus funcionarios y ahí si, con todo este aire solemne, omnipresente y autoritario, pues decides no cambiar a nadie. Zoé Robledo, que ha sonado mucho para Gobernación, o si se da en relaciones exteriores, si se da un cambio podríamos pensar que empieza a darse ese movimiento de ajedrez político para la sucesión, ahora no lo visualizo de esa manera”.

Regresa la época del tapado

Otra de las novedades que tenemos en el actual sexenio es el regreso de figuras como sucesión o tapado en la actual discusión pública.

“El presidente es un jugador en política, me refiero a que le gusta jugar, dobla apuestas, avienta el reto, es un jugador de naipes, es esta sensación de que está jugando y le gusta esa sensación de que él trae cartas que nadie más está viendo, que el ve cosas que nadie más ve, incluso hay una metáfora que está ampliamente metida en el relicario político, que es la de ‘yo tengo otros datos’, él siempre tiene otra forma de interpretar las cosas y siempre tiene otra jugada maestra.

En ese sentido encaja el tapado en esa tradición priísta de control político y de que quien tiene el mayor juego de cartas o el mejor juego es el presidente y ahí sí encaja López Obrador, ahora le designación de su sucesor podría no venir de su gabinete, en efecto, podría venir de la jefatura de gobierno porque parece ser que por ahí camina, el canciller Marcelo Ebrard es otro candidato fuerte, pero en este momento no lo necesita hacer brillar más que lo que lo hace con el tema de las vacunas y por lo que se le conoce como el canciller vacunas, no hay necesidad de un movimiento político porque es, además, de todos lo enanos que hablaba el que menos le da problemas, en el que confía más.

“La sucesión y el candidato puede no salir del gabinete y si es del gabinete es Marcelo Ebrard, no hay de otra, no hay ningún otro presidenciable en el gabinete, salvo Ebrard, entonces no hay baraja, la hay en como juega con los otros candidatos, que son uno o dos más, ya lo mencionó en la mañanera a sus candidatos y preguntó que candidatos tenía la oposición para 2024, incluso él es principal impulsor de la discusión de la sucesión rumbo a 2024.

“Los líderes populistas tienden a buscar una eterna movilización del electorado, de sus militantes y de sus simpatizantes, y la movilización está hoy en la consulta acerca de los expresidentes), mañana en la revocación de mandato y pasado mañana en la sucesión y si se pueden las tres cosas y tener a todos en la polarización y la movilización es lo que le gusta a él, por eso este juego de cartas, de jugar al tapado y de estar en la discusión política”.

 

Movimiento estratégico

Otro de los movimientos, no en el gabinete, pero sí en el equipo cercano al presidente, fue el del responsable de los programas sociales, quien ha colaborado con López Obrador desde su época de jefe de gobierno en la Ciudad de México.

“Tenemos que decir que el movimiento de Gabriel García Hernández, de los ‘Siervos de la Nación’, sí es un movimiento interesante porque ha demostrado ser un operador político del presidente y lo pone en donde lo va a ocupar, es una realidad, y lo uso y lo ocupó hasta terminar esta elección y probablemente lo necesitará en otro escenario.

“Me parece que ese sí es un movimiento estratégico, no necesariamente es parte del gabinete, pero sí es una pieza importante en el juego político del presidente.

“Ahora, cómo va a llevar el juego de la sucesión, hay que rescatar mucha de la literatura de los gobiernos personalistas, en especial del trumpismo, los presidentes dan a través de esa candidatura dar zanahorias, controlar carreras políticas, jugando un poco con eso de que ‘tu puedes ser’, pero también tu, y a todos los va vitaminando. El presidente ha mostrado, a diferencia de otros priístas, que si se mostraban más cercanos a su gabinete. Creo que lo que sigue en la última parte del sexenio, en términos de la sucesión, va a ser una en donde no va ser tan necesaria la negociación con su gabinete o con su grupo de poder y va a ser necesario confrontar a la oposición acerca de quien será su candidato para derrotar a su proyecto político de aquí a 2024. Creo que muy fiel a su estilo, va a buscar confrontar a la oposición acerca de su candidato diciendo aquí al menos hay tres o cinco candidatos, ya lo dijo, y esa va a ser la lógica en los siguiente años, no tanto en una suerte de negociación, insisto como sí la había en los presidentes priístas, sino más bien confrontando a los de enfrente.

“Ya se deslizó que hasta Lorenzo Córdova podría ser candidato, para entrar en este juego de quien es esa oposición que nos puede venir a ganar, nosotros ya tenemos candidatos, lo vería un poco por ahí y es esa narrativa que va a construir de los de enfrente quienes son porque nosotros ya sabemos quienes somos, sin decir los nombres”.

 

El futuro

Finalmente, Marco Arellano señaló que de cara al 2024 se seguirá teniendo a Morena como agencia de postulación para candidatos.

“Pareciera ser que este dicho del presidente de que no se hace cargo o no le interesan las discusiones del partido, o él está por fuera del partido, es una realidad; sí necesita una suerte de control porque necesita un instrumento político para postular a sus candidatos al partido, todos los conflictos o la debilidad estructural de Morena parece que no están en su agenda, la mala resolución de candidaturas y esas contradicciones sí le generaron un impacto político electoral al presidente y a su proyecto; de cara a 2024, Morena va a seguir siendo una agencia de postulación de candidatos y va a ser lo mínimo necesario para conservar esa estructura coherente. Se ha demostrado que Morena está teniendo problemas de movilización electoral, no está teniendo el presidente una intervención a esa profundidad, y no hay que olvidar que el narco y toda esa narrativa que se está construyendo alrededor de esto que Morena y algunos de sus candidatos que están vinculados a esto para el presidente es dinamita pura, por eso juega con posición alejada de la estructura organizativa. En el viejo PRI el presidente tenía que controlar toda la estructura, en el caso de Morena no se da eso porque a él le interesa que sea una agenda de postulación”.

El estilo de gobernar

Quizá para entender los cambios en el gabinete presidencial, lo que se debería revisar es la trayectoria como gobernante de López Obrador, aunque el único antecedente es su paso por el gobierno de la Ciudad de México, pues no se ha desempeñado como gobernador, mucho menos como diputado o senador, pues su mayor experiencia es como candidato.

De 2000 a 2006, el gabinete capitalino tuvo varios cambios: en las secretarias de Finanzas y Seguridad Pública pasaron tres titulares, en las de Desarrollo Económico, Cultura, Transporte y Vialidad y Desarrollo Social hubo dos secretarios.

En la Secretaría de Gobierno, también hubo dos encargados de conducir la política interna de la Ciudad.

Así que no nos debe extrañar que ahora en la Presidencia de la República se den este tipo de cambios, pues son un reflejo del estilo de gobernar de López Obrador.

Ahora, si se trata de efectos del resultado electoral o si son con miras al 2024, puede ser que ambas teorías sean ciertas, pues en la capital del país uno de los cambios fue para favorecer a quien sería su sucesor: Marcelo Ebrard.

@AReyesVigueras