Entrevistas con Víctor Alarcón Olguín y Jorge Sánchez Tello, analistas en política y finanzas públicas

La corrupción sigue siendo un tema de interés para la sociedad, en parte por la insistencia del presidente López Obrador en declarar que ésta ya se terminó, pero también por distintos episodios que muestran que el mandatario pudiera estar equivocado.

Las encuestas que miden la labor de gobierno, incluyendo la aprobación del presidente y su gabinete, no respaldan las afirmaciones presidenciales como lo muestra el sondeo de El Financiero del pasado 5 de julio que indica que, aunque el presidente es aprobado en términos generales, el combate en contra de la corrupción es visto como malo o muy malo por el 46 por ciento de quienes respondieron el cuestionario.

Asimismo, la Encuesta Nacional de Cultura Cívica del Inegi muestra que 6 de cada 10 entrevistados opina que la corrupción va al alza, en tanto que la encuesta que llevaron a cabo Reforma y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad ofrece un dato que también va en sentido contrario al optimismo que se muestra en Palacio Nacional: “Al preguntar a las personas su evaluación sobre el combate a la corrupción por parte del gobierno del presidente López Obrador, la opinión positiva, que en 2019 era de un abrumador 70 por ciento, ha caído para mantenerse en 43 por ciento. Por el contrario, aquellos que consideran que la política anticorrupción está mal han aumentado a más del doble, pasando de 12 por ciento en 2019 a 29 por ciento en 2021”.

Fuente: Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad

Para colmo del mandatario, ya son dos videos que muestran a dos de sus hermanos recibiendo dinero de parte de David León, en ese entonces funcionario del gobierno estatal de Chiapas, sin que se sepa el origen y destino del efectivo que se ve en las imágenes.

Para Víctor Alarcón Olguín, Profesor-Investigador en el Departamento de Sociología de la UAM Iztapalapa, entrevistado por Siempre, “los elementos que se han presentado son incidencias que colateralmente tocan a López Obrador, pero como en los tiempos en que fue jefe de gobierno –con los casos de Ponce, Bejarano e Imaz– en los que se aludía que los fondos que se recibían eran en apoyo a sus campañas, desgraciadamente, son pruebas muy débiles, muy incidentales que no han llegado a corroborar que ese dinero llegó a una cuenta o a una actividad explícita, hasta ahora en esta situación no se puede ir demasiado lejos, para destruir el mito de la incorruptibilidad de López Obrador se necesitaría verlo a él o admitiendo que tiene una cuenta bancaria para que la población pudiera tener una lectura distinta del personaje, por el momento ha podido evadir de manera exitosa, incluso la corrupción asociada a sus hijos, como el aparente enriquecimiento de uno de ellos”.

Para el también analista político, “el propio presidente lo ha dicho, no puede poner las manos en el fuego por nadie, lo cual es cierto, además –como en el caso de Ponce– puede decir que no sabe, así, hasta que no tengamos una evidencia puntual, concreta, del propio López Obrador comprometiéndose a establecer o hacer algún tipo de medida o favoreciendo a alguien a cambio de algún apoyo económico o de cualquier otra índole, en el sentido de que con eso se pueda acreditar un tráfico de influencias o algo indebido en el ejercicio del poder público, me parece que López Obrador por eso puede seguir usando esa aura de superioridad moral y que constantemente es uno de sus elementos discursivos más frecuentes”.

Víctor Alarcón Olguín

Evaluando la corrupción

Revisando con nuestro entrevistado el combate a la corrupción del actual gobierno federal, Alarcón Olguín señala que los factores a considerar son tanto los cambios en el gabinete como algunos procesos judiciales que se podrían llevar a cabo.

“El hecho que haya tenido que cambiar, quizá no por la falta de resultados, sino más por desavenencias políticas, el retiro de la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, derivado más de la apuesta política en contra de Félix Salgado Macedonio, sin saber, pero es lo que se argumenta, marca un elemento que nos dice que el presidente va a tener que redoblar esfuerzos”.

Asimismo, “esto sería un proceso con el cual el presidente pudiera recuperar cierta credibilidad en la opinión pública por la percepción de que todas estas acciones, el huachicoleo, en un primer momento han mostrado a un presidente muy decidido a tener elementos en el combate a la corrupción, pero por el otro lado podemos ver acciones o situaciones en donde claramente se está creando una suerte de nueva burocracia dorada con esta serie de empresas paraestatales que van a desplazar a empresarios, como es el caso del tema de las medicinas, la industria eléctrica, bajo la idea de generar empresas que, históricamente sabemos, lo que en realidad es que se abre la puerta a empresarios estatales que hacen un uso discrecional de los recursos y eso fomenta la corrupción, está muy probado que cuando no hay reglas de operación o mecanismos de transparencia, se abre notablemente la puerta a procesos de corrupción muy notorios, en vez de disminuir”.

Fuente: Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad

Para el académico de la UAM, las grabaciones en las que se observa a familiares del presidente recibiendo dinero no tendrán un impacto significativo en el combate a la corrupción por tratarse de elementos mediáticos más que pruebas de un acto irregular.

“No tienen mayor incidencia, lamentablemente, son elementos mediáticos, pueden tener impacto unos días, pero no resuelven el problema de fondo, es decir, son percepciones, podemos tener informes como el de Transparencia Mexicana, hay un esfuerzo de observación o auditoria ciudadana, pero sigue siendo encuestas sostenidas en percepciones y no en evidencias puntuales o concretas, los únicos indicadores que tenemos son los informes de la Auditoría Superior de la Federación y los procesos que dan a la Fiscalía, que son por montos menores, que se han dado a conocer por saneamientos en la CFE y Pemex, son robos hormiga que a veces se perciben, son un mal generalizado en la administraciones pública, pero son diferentes a los grandes golpes que los medios o la consulta en contra de los expresidentes, que también se usa para hablar de la corrupción”.

Víctor Alarcón consideró que los videos de los hermanos del presidente recibiendo dinero no tendrán un gran impacto en la imagen del presidente.

“Es un panorama que más allá de los actos individuales, que son muy pobres, es parte de una estrategia mediática, son eventos a cuenta gotas y básicamente no creo que sean capaces de generar un cambio en la percepción de la imagen de López Obrador, aunque hay un desgaste, además de que la imagen del gabinete es mal evaluada a diferencia de la del presidente, esa disociación está bastante medida”.

Jorge Sánchez Tello

Contrario a Benito Juárez

Jorge Sánchez Tello, director de investigación aplicada de Fundef, apunta desde la óptica de las finanzas públicas que la corrupción también incide en este ámbito

“Más que un tema de finanzas públicas, aunque hay desvío de recursos y nos impacta como país, en donde hay un impacto es en el Estado de derecho. Tenemos un presidente que, al menos en el discurso, llegó diciendo que iba a combatir la corrupción, pero los indicadores nos muestran que en México poco ha cambiado, sino que hay más; según el índice de Estado de derecho estamos en el lugar 104 en una lista de 128 naciones, entonces estamos muy lejos de los primeros lugares –Dinamarca, Noruega, Finlandia– que deberían ser la referencia para un gobierno que se dice de izquierda, pero en la práctica ha violentado de forma importante Estado de derecho, esto muestra que este gobierno no ha cumplido con lo que prometió”.

De igual manera, apuntó que esto ya ha tenido distintas repercusiones en temas como inversión.

“En la economía del país, el impacto es en la aplicación de la ley, hay una caída de la inversión a raíz de la llegada de este gobierno con un discurso polarizante, la corrupción está documentada y se genera incertidumbre. Hay que recordar que antes de que iniciara la pandemia, ya teníamos una caída importante en la economía, en la inversión privada; si este presidente dice que tiene como ejemplo al que fue el mejor presidente, Benito Juárez, si hacemos el comparativo con temas como corrupción, Estado de derecho, pues López Obrador está lejos de compararse con este gran presidente, pues si algo hizo bien, en un entorno muy complicado, fue ser respetuoso de la ley, al aplicarla e hizo cambios por el país, en cambio tenemos a un presidente que está muy lejos y somos un país con mucha corrupción”.

Acerca de la percepción que se genera en la opinión pública con los videos que han sido difundidos recientemente, señaló que su efecto es que desmotivan a la gente.

“influye bastante, es una percepción, ver a gente cercana a los gobernantes en este tipo de acciones desmotiva a la población, además de que hay una enorme contradicción en el presidente: dice por una parte todos los días que todo mundo es corrupto, él no, pero en su entorno cercano, familiares, colaboradores en el pasado cuando fue jefe de gobierno, ya hay un modus operandi, por llamarlo de alguna forma, en el manejo del efectivo, entonces cuanto la gente lo ve comienza a cuestionar si realmente tanta retórica, tanto dicho de que iba a combatir la corrupción era sólo eso y no es ético que no haya aclaración, recordemos que durante muchos años dijo que no tenía cuenta bancaria, no pagaba impuestos, no se sabe de que vivió muchos años, entonces hay mucha incertidumbre y por eso vuelvo al tema de que si dice que quiere imitar al gran presidente Juárez estos hechos lo están manchando”.

Finalmente, consideró que el combate a la corrupción ha fracasado, “hay estadística a nivel mundial y estamos en el lugar 104 de 128 países en el índice del Estado de derecho, en ese aspecto el presidente es pura retórica, pero en la práctica es lo contrario a Benito Juárez”.

¿Se podrá terminar con la corrupción?

Nuestros entrevistados fueron cuestionados acerca de la posibilidad de que la corrupción acabe en México, así como las medidas que se deberían tomar para alcanzar esta meta.

El problema, coinciden, es que será algo a largo plazo y no se ve un camino fácil para lograrlo.

“Tenemos que hacernos a la idea de que este país camina con la corrupción, ésta no es disfuncional para el sistema político, es una parte sustancial del sistema político, hay que quitarnos esta idea de que –lamentablemente hay que decirlo así–, la corrupción es parte fundamental del sistema político y será difícil erradicarla porque es un modus vivendi con el cual todo mundo está ya racionalizado, estructurado, en relación con estos factores y esto no es un asunto sólo de México. La pregunta es cuanta corrupción es tolerable”, sostiene Víctor Alarcón.

“Es difícil, e necesita una transformación importante, el diagnóstico que puede tener el presidente es cierto, desgraciadamente en la práctica nos demuestra lo contrario. El combate a la corrupción va de la mano del Estado de derecho, países como Singapur tuvieron que aplicar mano firma para aplicar la ley y bajó mucho la corrupción, el problema no es crear una nueva Constitución o nuevas leyes, hay que aplicar las que existen, pero tenemos a un presidente que no le gusta. Crear una empresa como la que anunció del Gas Bienestar, en lugar de fomentar la competencia con organismos autónomos, regresará al estatismo y esto fomentará mayor corrupción, hay que recordar que en los años 70 y 80 se tuvieron muchas empresas estatales manejadas por políticos y se generó mucha corrupción, si ese es el modelo que quiere el presidente de regresar al pasado, únicamente se fomentará más corrupción”, considera Jorge Sánchez Tello.

@AReyesVigueras