El pasado 23 de julio, la Secretaría de Salud dio a conocer el Lineamiento para la estimación de riesgos del semáforo por regiones Covid-19, que se puede consultar en https://coronavirus.gob.mx/semaforo/, en el que se establecieron los nuevos criterios para determinar el nivel de riesgo de cada entidad, con algunos cambios significativos.

En una primera y apresurada lectura (costumbre de algunos medios), se aprecian en la página del semáforo modificaciones importantes en “la regulación del uso del espacio público de acuerdo con el riesgo de contagio de Covid-19”, lo cual ha dado pie a que se diga que otra vez el gobierno desestima la gravedad de la pandemia.

 

Un cambiante semáforo

Efectivamente, a primera vista se observan esas modificaciones, pero en los análisis precipitados no se toma en cuenta que el comportamiento de la pandemia ha cambiado. En el documento se considera que la vacunación en México y en el mundo ha modificado la dinámica de contagio-hospitalización-defunción.

“Particularmente se observa un cambio en la dinámica, con una nueva distribución porcentual por edades, con incrementos relativos de casos en grupos etarios más jóvenes respecto de los más viejos”, refiere el documento.

En esas condiciones, resultaría ineficaz el sistema de semáforo que había desde junio del año pasado, por lo que se diseñó una nueva calibración de los indicadores, en los que se reasignaron los rangos de cada nivel de riesgo, el 50 % se encuentra en los niveles de menor riesgo (verde: bajo, amarillo: moderado) y el otro 50 % es para los de mayor riesgo (naranja: alto, rojo: extremo).

“De esta forma, transitar al nivel naranja demandará la implementación contundente y expedita de acciones de mitigación para evitar en lo posible la transición al nivel rojo”, se señala en el Lineamiento para la estimación de riesgos del semáforo por regiones Covid-19.

No se trata ni de una imposición centralista ni de una subestimación del riesgo epidémico, sino de un análisis de la situación sanitaria y socioeconómica del país, como se plantea:

“la fatiga de la población ante las condiciones de resguardo prolongado erosionó el significado del nivel de riesgo alto (naranja) del semáforo, haciendo que no se siguieran de cerca las recomendaciones para mitigar el contagio por Covid-19, tanto por parte de las autoridades sanitarias, como del empresariado y la sociedad en general”.

En esas condiciones, se tomaron en cuenta diez indicadores que representan la transmisión entre personas, propagación territorial, capacidad de respuesta, las consecuencias de la epidemia para la salud y la vida.

 

Las luces de la epidemia

Entre esos indicadores, el más relevante es el número de reproducción efectiva (Rt) de Covid-19, que representa el promedio de personas que pueden contagiarse a partir de un solo enfermo. Es decir, que un Rt arriba de 1.0 significa que podría haber más casos, mientras más alto esté el RT, mayor será el número de contagiados; y a la inversa, el número será menor si el RT está por debajo de 1.0.

Los otros indicadores son tasa de incidencia de casos estimados activos por 100 mil habitantes; tasa de mortalidad por 100 mil habitantes; tasa de casos hospitalizados por 100 mil habitantes; porcentaje de camas generales ocupadas en los hospitales de la Red; hospitalaria para la atención de infección respiratoria aguda grave (Red IRAG); porcentaje de camas con ventilador ocupadas en los hospitales de la Red IRAG; porcentaje semanal de positividad al virus SARS-CoV-2; tendencia de casos hospitalizados por 100 mil habitantes; tendencia de casos de síndrome COVID-19 por 100 mil habitantes; y tendencia de la tasa de mortalidad por 100 mil habitantes.

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El color del semáforo por regiones no es una decisión unilateral, las entidades federativas colaboran activamente, ya que deben mantener actualizados los sistemas de Vigilancia Epidemiológica de las Enfermedades Respiratorias y de la Red IRAG para que los indicadores correspondan a la situación real. Además, podrán solventar las discrepancias con la Secretaría de Salud y solicitar un nuevo análisis de los indicadores.

Por lo tanto, el semáforo de riesgo por regiones es “un instrumento orientador para el desarrollo de actividades de diversa índole en la reapertura gradual, ordenada y cauta y conforme a la implementación de las medidas que cada gobierno local, en el ámbito de sus atribuciones, decida que se requieran para la prevención y control de la Covid-19”, establece el Lineamiento para la estimación de riesgos del semáforo por regiones Covid-19.

 

@RenAnaya2

f/René Anaya Periodista Científico