El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que enviará al Congreso de la Unión tres reformas constitucionales, una de éstas, en materia política que pretende, entre otras cosas, desaparecer los diputados plurinominales. Antes de fijar posición, va una precisión: En las democracias europeas y americanas existen países donde sólo hay diputados plurinominales, por ejemplo Inglaterra. Otros, donde sólo hay diputados uninominales, Estados Unidos. En ambos su funcionamiento es legal y legitimo. Otros más tienen sistemas mixtos, como México.
La existencia de diputados y senadores plurinominales en el sistema político mexicano tiene razones históricas, políticas y sociales. El criterio de austeridad resulta insuficiente para proponer su desaparición. Los diputados y senadores plurinominales aparecen en nuestra legislación hace poco, los primeros en 1977 y los segundos en 1996. La Constitución de 1917 establecía sólo diputados y senadores de mayoría. Hablando de diputados, en la década de los sesenta aparecen los llamados diputados de partido, antecedentes a los plurinominales.
¿Por qué José López Portillo y su secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles hicieron esta reforma? Por la crisis de legitimidad con la que López Portillo llegó a la Presidencia. Recuérdese que el entonces candidato del PRI fue el único a la Presidencia en 1976. El PAN, inmerso en su crisis interna, no presentó candidato y el Partido Comunista Mexicano estaba proscrito, aún así Valentín Campa fue su abanderado sin registro. El horno no estaba para bollos. En los gobiernos postrevolucionarios la presión social aumentó y explotó en varias formas.
El movimiento ferrocarrilero, la huelga de médicos, la Caravana del Hambre de los mineros de Nueva Rosita, el movimiento estudiantil de 1968 y 1971, el movimiento de Rubén Jaramillo, las guerrillas de Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y La Liga Comunista 23 de Septiembre son expresiones del descontento que existía en la izquierda. Las acciones de empresarios regiomontanos, el boicot de la derecha a Luis Echeverría muestran el malestar en el otro polo del espectro social. Otro año horrible, 1994 hizo necesario ampliar la representación proporcional a la Cámara de Senadores.
Las razones de inclusión política siguen vigentes. A pesar del avance tecnológico, la libertad de expresión y las redes sociales. Si se cancelara la vía plurinominal, el descontento social buscaría otras vías de expresión no democráticas. ¿Cuánto vale la estabilidad y la gobernabilidad de un país? Esto no significa que el modelo sea perfecto. Debe revisarse el trabajo en las comisiones y en los plenos, hacer que los 500 diputados y los 128 senadores tengan un papel más activo dentro y fuera de las cámaras. La vinculación de legisladores con los ciudadanos tiene que fortalecerse.
El sistema mixto debe mantenerse. Diputados y senadores plurinominales deben seguir, pero estar vinculados a reformas específicas en cada legislatura. Explico: para que estos legisladores dejen de ser representantes de los partidos, cada fuerza política o coalición debe registrar, además de los nombres de sus candidatos, una lista de reformas que se comprometen a impulsar. De esta manera el ciudadano no sólo vota por personas, sino por propuestas. Gana poder de decisión y los legisladores, aunque conservan su facultad de iniciativa y libertad de voto, tendrían un mandato claro de lo que deben apoyar. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina?
@onelortiz