Es curioso y un tanto chocante que uno de los cocteles más famosos en fiestas y clubes en el mundo se llame Cuba Libre, se dice que así se le nombró porque las medidas de ron y refresco de cola son libres, al gusto, pero quizá quien lo haya bautizado así estaba mandando un mensaje cifrado que nunca entendimos.

¿Qué tanto han logrado los cubanos en las últimas seis décadas? Nada y sobrevivir que no es cosa menor. ¿Qué tanto ha logrado el régimen cubano en el mismo periodo de tiempo? Sobrevivir y vivir cómoda y holgadamente, o sea, han logrado muchísimo, pero son historias diferentes.

Cuba y el régimen son líneas paralelas, nunca se tocan, nunca se cruzan, mientras los cubanos intentan sobrevivir obedeciendo el racionamiento alimenticio, intentan hacer milagros en la conversión entre pesos cubanos, pesos convertibles y dólares o cualquier otra divisa que tenga valor, con resignación y orden esperan los apagones programados por falta de producción energética plena, hacen mano de los hierberos y los santeros, la naturaleza y la fe para curar sus males, intentan administrar ochenta dólares mensuales de salario mínimo y técnicamente vivir haciendo malabares, mientras todo ello se repite de forma indefinida, el régimen vive distinto.

Fundado por el infausto Julio Antonio Mella, a quien todavía se le quema incienso en algunos bronces escondidos por los parques públicos de la Ciudad de México, el Partido Comunista de Cuba es la puerta a una vida digna, cómoda, tibia, solo se tiene que estar dispuesto a casi nada, a señalar culpas ajenas, a reprimir poquito, y a torturar cuando se les ordene, el partido es todo, es la fachada amable de la Isla, el cual no puede vivir sin la existencia del ejército, la simbiosis es perfecta, las líneas divisorias son técnicamente invisibles, todos son comunistas, todos son soldados, todos son cubanos.

Vivir así implica cometer ocasionalmente algunos abusos, alguien tiene que pagar los platos rotos de los problemas cubanos, esos son los disidentes, los que se quejan, los que están hartos, o sea, no todos los cubanos son disidentes permanentes, pero lo han sido más de una vez en su vida, a ello hay que añadir una pizca de odio a los norteamericanos —tampoco es gratuito— que los han bloqueado, les han robado el futuro y Guantánamo, todo es culpa de la CIA. ¿A quién le recuerda?

Lo cierto es que el ejército y el partido han secuestrado la Isla, a la llegada de Fidel, este prometió elecciones libres a más tardar en 1960, pero nunca sucedió, para perpetuarse tuvieron que eliminar —literal— a quienes se les opusieran, y crear el gran mito de la educación universal, de la alimentación total y de la salud para todos, pero hay algunos detalles que o no vemos o no queremos ver.

Han alfabetizado a todos, es verdad, todos leen y escriben, muchos terminan ingenierías y licenciaturas, miles de doctorados, pero no hay industria ni inversión extranjera que les permita un trabajo digno, los cubanos acaban administrando “paladares” algo así como restaurantes clandestinos, otros conducen taxis, la mayoría tiene algo que intercambiar o comerciar en el mercado negro ¿trabajar para el estado vale la pena? Solo para construir una fachada de felicidad, nada más.

¿Todos comen? Técnicamente sí, pero racionados, o sea, reciben lo suficiente para no morir de hambre como en Somalia, que tampoco es que sea gratis, la tarjeta de racionamiento es un permiso para “comprar” un poquito de alimento, no para que les sea dado por parte del estado.

¿Salud pública universal? Pues dependen que es lo que Usted entienda por ello, todos tienen derecho a buscar ayuda médica, pero ojo, en toda la Isla solo hay 286 hospitales para casi 12 millones de cubanos, se sabe y es público que no hay medicamentos, no hay instrumental, pero cuidado, si hay médicos que viajan por el mundo luchando contra las enfermedades del imperio, que tampoco es gratis, mientras que el gobierno mexicano pagó 135 millones de dólares al régimen cubano por recibir algunas brigadas, tanto la ONU como Human Rights Watch, han condenado que ese tipo de tratos son esclavistas.

Para nadie es secreto que la Isla es un paraíso sexual, que es un paso obligado al tráfico de drogas desde que la ruta le fue cerrada a los cárteles mexicanos en los 80´s, que miles de cubanos suplican por una carta invitación para salir, que el Estrecho de Florida es la vía a la libertad, que el socialismo en más de seis décadas ha demostrado que fracasó, que es lindo cuando la ex Unión Soviética o Venezuela, paga por el sueño con petrodólares, que las mentes más lúcidas no viven en Cuba, todo es un espejismo. Hablar de los derechos humanos de la comunidad lésbico gay, es francamente imposible.

¿Bloqueo? De que carajos hablan, existe claro que sí, pero las mayores importaciones a la Isla provienen de Estados Unidos, el mayor número de exportaciones es hacia el imperio y a España, y justo hace un par de días el régimen decidió que alimentos y medicinas podían entrar libremente a Cuba, que la única restricción la ponen las aerolíneas. Entonces ¿la bastedad alimenticia y de medicamentos? Mentira.

Silvio, Pablo, el Che, Fidel, forman parte de la mitología tropical que nos distrae, que nos dan un pretexto romántico para asumir que la revolución tiene que enfrentar miles de obstáculos, que nos hacen sentir cómodos mientras que los cubanos de forma legítima huyen, son torturados o mueren. ¿Entonces que aplaudimos?

La democracia en Cuba algún día llegará, mientras tanto: ¡Cuba Libre Coño!

@DrThe