El mundo ha visto con azoro las imágenes de caos y desesperación en Kabul, así como de las aeronaves despegando del aeropuerto en donde miles de personas se aglomeraron tratando de huir del país. La ciudad capital de Afganistán, fue tomada este fin de semana por grupos talibanes ante la retirada del ejército estadounidense, con presencia en ese país desde el 2001.
Son increíbles y alarmantes las imágenes en las que es visible la gran cantidad de personas que buscan escapar del extremismo islámico, mayoritariamente son hombres los que están saliendo, pero casi ninguna mujer.
La primera reflexión que hay que hacer es ¿por qué no hay mujeres saliendo? Hay varias respuestas para dicha incógnita; primeramente, porque no respetan sus derechos, y también porque no tienen dinero, ni tienen cómo salir. Lamentablemente, las que no puedan escapar, muchas de ellas serán asesinadas. Es por lo anterior que solicité que el Gobierno mexicano ofrezca asilo a las mujeres afganas.
Es necesario que ante esta crisis humanitaria se ofrezca, con apego a nuestra tradición diplomática, y a partir de los cambios políticos recientes en Afganistán, asilo y refugio en México a los nacionales afganos quienes, por su condición étnica o religiosa, sus convicciones políticas o preferencias sexuales, por su género o por su pertenencia a cualquier grupo vulnerable o perseguido, entre otras circunstancias, requieran de esta protección a fin de salvar su vida y su integridad.
También te puede interesar
Asimismo, en adhesión a la política exterior feminista que dice impulsar la Secretaria de Relaciones Exteriores, se priorice el ofrecimiento de asilo y refugio a las mujeres, niñas y adolescentes afganas, bajo el entendido de que es altamente probable que sean ellas quienes sufran de manera más contundente los efectos de este cambio de régimen en su país.
Es vital que la Cancillería participe activamente en todos los esfuerzos multilaterales encaminados a comprometer al régimen talibán con la protección de los derechos humanos, el cese a cualquier ataque contra la población civil y especialmente a garantizar a las mujeres, niñas, niños y minorías todos los derechos adquiridos en las últimas décadas.
Como Senadora de la República, así como hemos cuestionado muchas decisiones del Gobierno Federal también habremos hoy de reconocer este esfuerzo desde la Secretaría de Relaciones Exteriores que da eco a la solicitud que he hecho.
Las mujeres en todo el planeta deben ser respetadas, lo pedimos aquí en México y debemos como país ser solidarios y solidarias con las mujeres, hoy en Afganistán que están sin duda en peligro de perder la vida.
En el siglo XXI no hay espacio para que alguna mujer, sin importar ninguna condición sea violentada. En este hecho que marca historia pero sobre todo que trasciende la vida de seres humanos, México se convierte en pieza clave para brindar apoyo humanitario a quienes hoy más lo necesitan.
Es importante resaltar que el programa político de este grupo radical, fundado en un extremismo islámico fundamentalista y medieval, les llevó en el pasado a implementar políticas restrictivas contra las mujeres, a las que les privó de sus derechos fundamentales, a las que violentó como ningún otro gobierno en el mundo y contra las que montó una genuina guerra cultural de implicaciones catastróficas para una sociedad que normalizó la misoginia, el maltrato y el abuso sistemático contra las mujeres e incluso el feminicidio. Es vida o muerte el brindar ayuda en esta situación tan sensible.