Entrevistas con Marco Arellano Toledo y Fernando Dworak Camargo, analistas políticos

Tras el ejercicio de democracia directa del pasado 1 de agosto, y todo el debate que se generó por esto, ahora empezamos a discutir acerca de la votación para la revocación de mandato que tendrá lugar en 2022.

Si bien aún no se tienen conclusiones definitivas de lo que significó la consulta popular para esclarecer distintas decisiones tomadas por actores políticos del pasado –aunque el lopezobradorismo buscó darle un carácter de juicio a 5 expresidentes–, podemos empezar a revisar que aprendizajes se desprenden de este ejercicio y que nos espera para el año entrante con una convocatoria que repetirá la misma polémica que envolvió a la que tuvimos este año.

Marco Arellano Toledo y Fernando Dworak, analistas políticos, contrastan sus opiniones acerca de estos dos temas, así como de la posibilidad de que la consulta haya servido para que Morena afine su estrategia electoral dado el resultado con poco más de 6.6 millones de ciudadanos que participaron.

Marco Arellano Toledo

Consulta: ¿éxito o fracaso?

“Me parece que en el contexto en el que se desarrolló la consulta es un ejercicio descafeinado que sólo muestra la parte administrativa eficiente, por parte del INE, y por otra parte la disposición de la ciudadanía para seguir contando la participación de sus vecinos el domingo 1 de agosto; esos dos elementos son los pocos que podríamos destacar: un despliegue organizativo del Instituto y un acompañamiento de la ciudadanía que participó como en cualquier otra elección, a pesar de haber sido seleccionados los mismos integrantes o funcionarios de casilla de la elección de julio”, consideró Marco Arellano

“Las consultas fuera de las fechas electorales no son muy nutridas, por ejemplo, hace como 5 años cuando fue la votación para el constituyente de la Ciudad de México votó el 27 por ciento de la población, incluso en las propias consultas que realizó López Obrador como jefe de gobierno rebasaron el 6.5 por ciento, era muy difícil que sin una pregunta clara hubiera una gran participación, independientemente de cómo hubiera reaccionado la oposición o de cuanto hubiera Morena querido movilizar, pero de eso a decir que fue un fracaso para Morena o que sus bases se redujeron es un eslogan, considerando que hace dos meses fueron las elecciones federales; ahora, si como ejercicio fue medianamente costoso y aunque no se llenó el mínimo de participación, el objetivo no era que se realizará éste, sino que era una práctica de comunicación política del presidente, como ha hecho todo este sexenio y en ese sentido creo que es exitosísima”, contrasta Fernando Dworak.

“El único éxito es el despliegue organizativo del INE y la participación de la ciudadanía que contó y recibió las participaciones de la gente”, concluyó en esta sección Arellano Toledo.

“López Obrador dominó este tema porque era la culminación de su mitología, lleva 30 años implantando una narrativa en donde cada una de las acusaciones a los expresidentes están prefiguradas desde hace años; todo mundo reaccionó ya sea a favor o en contra de la propuesta del presidente, pero nunca abrió en serio el debate de fondo: urge que comencemos a abandonar una visión del pasado hecha para atacarnos coyunturalmente y comenzar a hablar del pasado con errores y aciertos. Qué perdió el presidente, creo que nada”, explica Dworak Camargo.

Fernando Dworak Camargo

Qué sigue luego de la consulta

“La participación muestra un desgano de la gente por un mecanismo que tuvo poca difusión, que tuvo una pregunta muy compleja como todos sabemos y que al final tuvo unas modificaciones; el aprendizaje que nos deja la participación de más de 6 millones de participantes en la consulta es que, uno, la fecha de la consulta que se debe respetar es la que marca la Constitución en la jornada electoral para no hacer un doble gasto; dos, la pregunta debe apegarse a la Ley de Consulta Popular que especifica que debe ser una pregunta clara, concisa y que permita un entendimiento básico para responder sí o no, así dice la ley, no dice cualquier cosa y no se respetó; tres, se necesita ampliar el plazo para la difusión de un instrumento como este y, cuatro, el número de mesas receptoras debe ser mucho más amplio, fueron 53 mil según el INE, pero en una elección como la de 2021 se instalaron 163 mil casillas, entonces de cara a los 6.6 millones que participaron, el aprendizaje fue que la pregunta debe ser clara, no se debe cambiar la fecha y la difusión y el número de casillas se debe ampliar, esos son los elementos –digamos– arquitectónicos.

“Es increíble que la participación de 6.6 millones sea la más baja en todo el continente de los ejercicios de democracia directa que se han hecho en América Latina, es sintomático, pero tiene que ver no con la apatía de la ciudadanía, sino con el diseño del instrumento y del manoseo de distintos actores e instituciones del Estado en torno a esa pregunta”, observó Marco Arellano.

“López Obrador se salió con la suya y tiene dos opciones, seguir administrando el tema de los expresidentes, que creo cada vez le va a ser menos útil y, dos, la huida hacia delante que significa la sucesión adelantada. El tiene una ruta muy clara y tiene una baraja que le va a seguir siendo útil, más lo que se la vaya ocurriendo.

“Qué debería estar haciendo la oposición, debería comenzar con autocrítica porque el juicio a los expresidentes es resultado de su incapacidad de hablar claro, todo esta demonización hacia el neoliberalismo, hacia Calderón, Fox, Salinas, Zedillo, Peña Nieto es resultado de una incapacidad de hablar claro sobre errores y aciertos y, lamentablemente, la oposición cree que esto se trata de tener la razón y no se trata de eso sino de conquistar la imaginación”, opinó Fernando Dworak.

Morena: ¿estrategia electoral?

“Desde la observación electoral y participación ciudadana, la impresión que da es que no estuvo un aparato movilizador estructurado, como en la pasada elección, por parte de ningún partido, incluyendo Morena. He leído esas insinuaciones, pero tengo la impresión que una semana antes de la consulta Morena, no sé si con la participación de la Presidencia de la República, decide no ejecutar ningún plan de movilización para la participación en ésta; es claro que, con hechos, el tamaño de la movilización de Morena no es de 6 millones de personas, es muchos más, quedo claro en 2021 en la elección de julio, me parece que unas semanas antes se tomó la decisión de no generar esa movilización, todavía no logro entender bajo que enfoque, pero al final la expectativa de la consulta por un esfuerzo descarado de Morena para la participación de las personas no logró una alta participación, algo que hubiera significado, ahora sí, la recriminación de la oposición de que ese era el verdadero tamaño de la movilización política; creo que ellos dejaron ir el coche y esperaron que se resolviera orgánicamente la consulta, salvo algunos casos, que no hay una participación estructurada para acarrear, mi conclusión es que es un engaño creer que esa cifra es el voto duro de Morena, es caer en un exceso de confianza pensar que el proyecto y el arrastre del presidente es de ese número”, indicó Arellano Toledo.

“La gente apenas participó en el norte, pero Morena ganó Sonora, perdió la mitad de las alcaldías en la Ciudad de México, pero aquí fue la mayor participación ciudadana, no creo que sea una visión acertada, estamos hablando de un tema que no capturó la imaginación y de eso a inferir que es una muestra de movilización de voto duro me parece un hipótesis que no tiene sustento en realidad”, evaluó Fernando Dworak.

“Para la revocación de mandato hay varias cosas que se perfilan: el primero es el presupuesto, va a haber un presupuesto para el INE para que logre la revocación; dos, me parece que en ésta participará algo que no se dio en la consulta que es la disputa por proyectos políticos, la consulta era en torno a actores del pasado y en la revocación estarán dos proyectos, el de la 4T y otro que no me queda claro que entiendo es el de la oposición. En ese sentido la movilización política, la capacidad de convocatoria, la difusión y la politización de la revocación de mandato será 10 veces a uno lo que vimos el pasado 1 de agosto. Quedan muy buenos aprendizajes y todos los actores van a tenerlos muy en cuenta para el próximo año”, dijo Marco Arellano.

“Si la oposición cree que hay apostar por la revocación de mandato, es algo falso, en primer lugar la baja participación no implica la pérdida de bases de Morena, en segundo, al presidente le conviene la revocación por dos razones: si gana –que es lo más probable– eso lo va a fortalecer rumbo a 2024, mucha gente cree que el presidente la aprovecharía para impulsar su reelección o la ampliación de su mandato; y si pierde, en un remoto escenario, pasaría que la Cámara de Diputados podría imponer a su sustituto con mayoría simple a quien quisiese y la campaña electoral del 2024 sería sobre la venganza del presidente sobre el rescate y continuidad del proyecto. Si la oposición cree que esta es la oportunidad estaría cometiendo un error fatal y garantizaría la continuidad de Morena hasta 2030 o 2036”, señaló Dworak Camargo.

@AReyesVigueras