Uno de los pendientes de la actual legislatura del Congreso de la Unión es la eliminación del fuero a diputados y senadores. Los recientes procesos en contra de Francisco García Cabeza de Vaca, Saúl Huerta y Mauricio Toledo hacen más evidente lo obsoleto de esta figura en la actualidad. No protege la función legislativa; por el contrario, entorpece la acción de la justicia y fomenta la impunidad.
García Cabeza de Vaca fue desaforado, pero el Congreso de Tamaulipas no hizo lo correspondiente, no homologó el procedimiento, por lo cual el gobernador conservó la inmunidad penal. La Fiscalía General de la República consiguió una orden de aprehensión de un juez federal, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación hizo prevalecer el precepto constitucional y concluyó que los legisladores tamaulipecos cumplieron con su función.
Después de siete meses, Saúl Huerta y Mauricio Toledo fueron desaforados. El primero, se entregó a las autoridades capitalinas en una calle de la CDMX; el segundo, huyó a Chile y contrató un costoso equipo de abogados para evitar su extradición, las autoridades mexicanas ya iniciaron el proceso, pero el litigio puede durar años.
La inmunidad procesal penal, el fuero como se le conoce, es una figura constitucional que impide que autoridades detengan a legisladores, ministros, magistrados, consejeros de la Judicatura Federal, secretarios de Despacho, el Fiscal y consejeros electorales por la comisión de un delito durante el tiempo de su cargo. Para que las autoridades actuen, la Cámara de Diputados debe realizar un juicio de procedencia para retirale el fuero al servidor público y las fiscalías puedan proceder.
La burra no era arizca. En febrero de 1913, Victoriano Huerta, con el apoyo del embajador de Estados Unidos en México, Henry Lane Wilson, encabezó el golpe de Estado en contra de Francisco I. Madero. Instruyó los asesinatos de Madero, de su hermano Gustavo y del vicepresidente Pino Suarez. Fue en contra del Congreso. Asesinó al senador chiapaneco Belisario Domínguez. Disolvió la Cámara de Diputados y encarceló legisladores. ¿El fuero evitaría un golpe como el de Huerta al gobierno de Madero? No, sólo haría más evidente la brutalidad y la violación a las normas.
Por el expediente García Cabeza de Vaca, por la polarización y por no ceder en nada a las propuestas del presidente, la oposición estaría tentada a no aceptar la desaparición del fuero. Sería un error. La etapa que justificaba su existencia, concluyó. La libertad de expresión, el proceso penal acusatorio, los medios de comunicación y hasta, las redes sociales forman una barrera en contra de posibles arbitrariedades.
En una sociedad de derechos, plural y diversa como la actual, no es viable que diputados, senadores y otros servidores públicos tengan un estatus diferente al del resto de los ciudadanos. La justicia debe ser la misma para todas y todos. Morena y aliados deben tener la capacidad de negociar la reforma que permita la eliminación del fuero. Eso pienso yo, ¿usted que opina?

