Después de 18 meses de la declaración de Covid-19 como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha avanzado bastante en el conocimiento del SARS-CoV-2 y en la fabricación de vacunas contra el virus, pero poco en el tratamiento viral y mucho menos en los efectos que causa en algunas personas que lo contraen y se recuperan, aparentemente.

En la mayoría de las personas sin enfermedades asociadas y de menos de 60 años, la infección viral es leve o moderada por lo que en 14 días se resuelve, antes se pensaba que sin mayores problemas, pero ahora se conoce que las secuelas pueden presentarse aun cuando el virus haya salido del organismo. Es el Covid prolongado que, se estima, sufre una de cada siete personas que tuvieron Covid-19.

 

Un padecimiento pertinaz

Si se toma en cuenta que van más de 221 millones de personas infectadas y de ellas se restan los cuatro millones y medio de fallecimientos, es probable que sean más de 30 millones los pacientes que sufren de Covid prolongado, es decir que “tienen síntomas y hallazgos clínicos nuevos, recurrentes o continuos cuatro o más semanas después de la infección, a veces después de la recuperación inicial de los síntomas”, como consideran los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).

Este padecimiento, que recibe otros nombres, como Secuela Posaguda de Infección por SARS-CoV-2 (PASC, por sus siglas en inglés), síndrome postCovid o de portadores prolongados, aún no está bien definido ni caracterizado.

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Expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins consideran que el virus puede causar daño en pulmones, corazón, sistema nervioso, riñones, hígado y otros órganos; además de problemas de salud mental, como dolor o fatiga, sensación de pérdida y trastorno de estrés postraumático, principalmente en pacientes que estuvieron intubados en la unidad de cuidados intensivos.

Lo que ha llamado la atención y despertado más interés es que Covid prolongado puede afectar tanto a quienes tuvieron un problema de salud grave, como a quienes cursaron con una enfermedad leve o moderada, sin complicaciones aparentes.

De acuerdo con los CDC, los síntomas más comunes son dificultad para respirar o falta de aire, tos, dolor en el pecho o en el estómago, dolor de cabeza, palpitaciones, dolores musculares y de articulaciones, fatiga, dificultad para pensar o concentrarse, problemas para dormir, alteraciones del gusto y el olfato, cambios del estado de ánimo y sensación de hormigueo, entre otros.

 

Pacientes con Covid prolongado

Los expertos ya empezaron a clasificar los síntomas… y los pacientes también, gracias a una encuesta en línea con el auxilio de grupos de apoyo y de redes sociales, que se llevó a cabo del 6 de septiembre al 25 de noviembre del año pasado, con la cooperación de 3,762 pacientes con Covid-19 confirmado (1,020) o sospechoso (2,742) de 56 países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Canadá, España, Países Bajos, Irlanda y Suecia.

Los resultados de la encuesta se publicaron en EClinicalMedicine de la revista The Lancet, el 1 de agosto pasado, en el artículo Characterizing long COVID in an international cohort: 7 months of symptoms and their impact (Caracterización del COVID prolongado en una cohorte internacional: 7 meses de síntomas y su impacto) de Hannah E. Davisa y colaboradores.

Este equipo de investigadores refirió que 91 por ciento de los encuestados tuvo un tiempo de recuperación mayor a 35 semanas, sus síntomas abarcaron los sistemas neuropsiquiátrico, reproductivo, cardiovascular, músculoesquelético, inmunitario, pulmonar, gastrointestinal y dermatológico, así como problemas en cabeza, oído, nariz y garganta. Asimismo, se encontró que 45.2 por ciento de los encuestados debió tener un horario reducido de trabajo en comparación con su desempeño antes de la enfermedad. Algo también preocupante es que 88 por ciento tuvo problemas de memoria y dificultad para concentrarse.

“Los resultados de este estudio sugieren que Covid prolongado se compone de secuelas heterogéneas que a menudo afectan a múltiples órganos”, refirieron los investigadores, y advirtieron que “será necesaria una investigación multidisciplinaria para comprender la fisiopatología de la enfermedad y desarrollar tratamientos efectivos”.

Davisa y colaboradores reiteraron la importancia de las medidas sanitarias y la vacunación para contener la propagación de Covid-19, y recomendaron “la necesidad de una red de seguridad sólida que incluya licencias por enfermedad, licencias familiares, beneficios por discapacidad y protecciones y flexibilidad en el lugar de trabajo”.

En la medida en que las autoridades sanitarias y del trabajo difundan las repercusiones de Covid prolongado, se podrán modificar las leyes laborales y las licencias por incapacidad. Asimismo, el mejor conocimiento de esta enfermedad permitirá comprender y auxiliar mejor a las personas que la padecen, que en ocasiones son considerados hipocondriacos.

@RenAnaya2

f/René Anaya Periodista Científico