Es extraño, tanto se juzgó el Pacto por México del cual derivó la actual legislación en materia eléctrica, nadie perdió la oportunidad de criticar, de sugerir que era el inicio del acabose de la industria, hubo marchas, mesas de discusión, y un largo etcétera para boicotear la posibilidad de que esta reforma fuera votada y de paso para patear a los partidos políticos que acompañaron al PRI en este ejercicio legislativo, incluso algunos analistas dijeron que era tanto el descrédito por haberla aprobado, que incluso se tenía que haber apostado por una mayor apertura, total y brutal, en el fondo creo que tienen razón.

Es todavía más extraño que una de las joyas legislativa del peñismo, del PRI y del Pacto por México y de quienes le acompañaron sea ahora el objeto del deseo de tirios y troyanos, lo cual indica que aquello que se hizo, se hizo bien, guste o no.

Tiene razón el coordinador de la bancada priista en San Lázaro, el cual en una entrevista argumentó que en el revolucionario institucional no se tenía duda que la legislación actual es la correcta, que quienes pusieron en duda el modelo son los ciudadanos que en 2018 decidieron apostar por un cambio en la forma en la cual se genera energía en este país, más aún, los multicitados 30 millones de votos obligan al jefe del ejecutivo a buscar una alternativa, misma que no necesariamente cuenta con el apoyo total de la ciudadanía, y que sin duda la ha buscado pero que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha tenido que enmendar la plana y razones hay miles.

El presidente nos ha empujado a un berenjenal, por un lado, del TLCAN se derivan infinidad de obligaciones en materia energética, una eventual reforma nos lanzaría al sistema de impartición de justicia internacional y no es exagerado decir que si  todo se agrava nos convertiríamos en un socio comercial inútil tanto para Canadá pero más para los Estados Unidos, es verdad, quedarían vigentes las reglas de la Organización Mundial de Comercio que en algunos temas incluso son más generosas que la del tratado trilateral, por otro lado, la CFE se quiera reconocer o no, ya no es capaz de generar la energía necesaria para un país como México, por ello la apuesta a que otros la generen y la comercialicen ¿se habrá pensado en ello?

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Su Excelencia Quirino Ordaz

¿Con quienes vamos a crear nuevas alianzas comerciales? ¿Con Rusia, con China? ¿No se han dado cuenta que existe un pacto militar de nombre Aukus y que no saldríamos bien librados? ¿En verdad estamos preparados para pelearnos con nuestro vecino que resulta ser nuestro principal socio comercial y una de las economías más poderosas del mundo? ¿Vamos a comprarle gas a Venezuela, en verdad, cómo? ¿Cómo vamos a compensar los arbitrajes y los litigios perdidos, con más deuda?

Lo he dicho una y mil veces, y lo seguiré diciendo, no debemos, ni podemos ir a reformas constitucionales de gran calado, no con MORENA y sus aliados, apostar a un cambio legislativo impulsado por la ideología y no por las necesidades actuales del ciudadano y el funcionamiento de los mercados, no es una apuesta racional, al final, López Obrador terminará su mandato y México ¿está preparado para adoptar un mecanismo de generación de energía que en los 80´s ya era caduco?

Una última pregunta ¿no se han dado cuenta que lo único que mantiene la economía mexicana a flote, aparte de las remesas, es el TLCAN?

Desafortunadamente hay quienes, en mi partido, el PRI, creen que regresar al nacionalismo revolucionario es una buena idea, pero también hay quienes creen que se puede construir hacia el futuro, creo que son los más y me quedo con el deseo de ver a los legisladores priistas votar en contra de este despropósito.

Dejemos que el pasado sea el pasado…

@DrThe