Alex Nain Saab Morán, testaferro colombiano-venezolano de Nicolás Maduro Moro, descendiente de padre libanés, comerciante de todo lo que se pueda imaginar, acusado de lavado de dinero y de participar en una red de narcotráfico y fraude a gran escala, amén de otros cargos más por las autoridades de Estados Unidos de America (EUA) y perseguido por policías del continente americano, detenido en junio de 2020 en una de las islas de la República de Cabo Verde, el sábado 16 del presente fue extraditado a la Unión Americana.
Se trata de un fuerte golpe de EUA a la dictadura bolivariana de Venezuela, que lleva más de un año tratando a toda costa de impedir esta extradición, por la importante información que conoce el “diplomático” madurista (de última hora), de los negocios e intereses económicos de Maduro, su familia y entorno.
Alex Saab se enfrentaría, en caso de ser hallado culpable en las cortes estadounidenses, a una pena máxima de 160 años, veinte años por cada delito que se le imputa en la causa por la que se solicitó su extradición. De acuerdo con la fiscalía del Tío Sam podría abrirle la puerta a una reducción en años de cárcel, a cambio de detalles sobre los negocios ilícitos del chavismo. En septiembre pasado, el Tribunal Constitucional de la República de Cabo Verde confirmó la constitucionalidad de la detención y extradición del empresario colombo-venezolano, que fue arrestado en una de las islas del archipiélago africano el 12 de junio de 2020, tras un requerimiento de Interpol, y no por un “secuestro semioficial” como aseguran los canales de información del régimen dictatorial venezolano, y algún editorial de un periódico mexicano al servicio del régimen lopezobradorista
La Interpol lo buscó para capturarlo por nueve cargos de soborno y lavado de dinero en la Florida al canalizar más de 350 millones de dólares (259 millones de euros) a cuentas en el extranjero, incluido EUA. Además, las agencias federales estadounidenses recopilan pruebas también sobre sus lazos con Irán. Saab ha servido de intermediario de Nicolás Maduro con el régimen iraní para sortear sanciones internacionales.
A su conveniencia, Maduro y socios suyos, como el expresidente del gobierno del Reino de España, José Luis Rodríguez Zapatero y el llamado Grupo de Puebla, han denunciado que Saab es preso político. También se ha pronunciado en el mismo tenor el abogado del “diplomático”, el ex juez español inhabilitado por prevaricación Baltasar Garzón. Asimismo, el mes pasado, en una carta hecha pública por su equipo legal, Saab afirmó que “jamás traicionaré a la república Bolivariana, al presidente Maduro y al valiente pueblo de Venezuela…espero estar de vuelta en Venezuela a tiempo para apoyar al presidente Nicolás Maduro y al PSUV en las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores en noviembre”. Estas elecciones son el próximo mes. Parece que no lo podrá hacer.
El primer contrato importante que tuvo Saab con el régimen chavista fue en 2011, cuando se hizo cargo de la construcción de viviendas de bajo costo por 685 millones de dólares. A la firma del acuerdo en el mes de noviembre de aquel año acudieron los entonces presidentes Juan Manuel Santos de Colombia, y Hugo Chávez de Venezuela, además de Nicolás Maduro en calidad de canciller venezolano. Ese contrato le permitió a Saab, según la fiscalía estadounidense, establecer toda una operación de lavado de dinero tras lograr una tasa de cambio muy ventajoso por parte del Gobierno de Venezuela.
Por otra parte, el nombre de Alex Saab también apareció en los llamados Papeles de Panamá, ya que según esos documentos utilizó los servicios de la firma Mossack Fonseca para establecer entre otras las compañías opacas Seafire Foundation, Lintel Overseas y P I Prometeo International SA Kingstone Team Inc. Y así por el estilo.
Dada la premura del caso, el gobierno de Maduro informó el propio sábado 16 de este mes —el día que fue extraditado Saab de Cabo Verde a EUA—, que suspendía su asistencia a las negociaciones con la oposición que se han realizado en México en varias instalaciones desde hace varias semanas. Además, un portavoz del Departamento de Justicia de EUA oficializó la extradición de Saab, y dijo que este comparecería el lunes 18 ante el Tribunal para el Distrito Sur del estado de la Florida.
Jorge Rodríguez, jefe de la delegación de Maduro en la reunión negociadora en México, fue el que anunció desde Caracas la ausencia oficialista en la junta anunciada para el domingo 17. Cabe aclarar que en septiembre último el gobierno venezolano había incluido a Saab como negociador (“diplomático”) en las reuniones con la oposición en Mexico aunque el empresario ya estaba detenido en Cabo Verde. Al ser notificados de que Saab había sido extraditado a EUA, Venezuela tomó la media como una “agresión” calificándola como un secuestro. Rodríguez dijo: “No asistiremos a La Ronda que debía iniciarse el día de mañana, 17 de octubre, en la ciudad de México, como expresión profunda de nuestra protesta frente a la brutal agresión”. Esta decisión fue criticada por Washington.
Hasta el momento de redactar este reportaje la cancillería mexicana no se ha pronunciado al respecto, pero hay información que señala que el personaje en cuestión fue investigado y sancionado en México por “operar una red para vender a sobreprecio en provincias marginadas de Venezuela (es decir casi todo el territorio venezolano) alimentos básicos adquiridos en ese país.
Tras años de investigación entre EUA y México, se descubrió que lo# Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), programa asistencial bolivariano, fue usado para lavar dinero y obtener ganancias multimillonarias al vender en casi el doble las mercancías adquiridas.
Según la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Saab negoció entre 2015 y 2018 a nombre de la firma Group Grand Limited con hasta tres compañías mexicanas la compra de toneladas de comida, con las que armó despensas para llevar a Venezuela.
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Cada caja con arroz, atún, frijol, leche en polvo y otros alimentos básicos se compró más o menos por 15 dólares, pero se comercializo en Venezuela en más de 30 dólares entre seis millones de familias venezolanas, con ganancias millonarias para los íntimos de Maduro.
Toda esta triangulación ilegal fue denominada por la administración del presidente Enrique Peña Nieto como Group Grand Limited, en realidad una empresa fachada de fraude, y se le aplicó una sanción de tres millones de pesos, y se bloqueó a decenas de funcionarios chavistas por parte del Departamento de Seguridad de EUA. Todos estos datos fueron menores en comparación con las ganancias obtenidas presuntamente de fondos venezolanos y sobornos, dinero que se triangulo en varias compañías y países.
Así las cosas, el lunes 18 de octubre —fecha fatal que pretendieron evitar a toda costa el “diplomático” emergente, Alex Saab, y el presidente Nicolás Maduro—, tuvo lugar, y el empresario colombiano-venezolano Saab compareció ante el juez John J.O’ Sullivan, del Tribunal Federal de EUA para el Distrito Sur de Florida. El magistrado estadounidense hizo una primera lectura de los cargos. El juez le informó a Saab d3 que se le acusaba de siete cargos de blanqueo y uno de conspiración para cometer ese delito. Fijó la siguiente vista para dentro de dos semanas (el 1 de noviembre) en la que el acusado tendrá la oportunidad de declararse o no culpable.
El indiciado estuvo representado por el abogado Henry Bell, que argumentó que está pendiente una apelación por la supuesta “inmunidad” diplomática del colombiano-venezolano. El ambiente en la corte era tenso. La audiencia tuvo lugar por zoom. Desde una celda en Miami, se apreció como le abrían las esposas, y la forma en que Saab, nervioso, movía las piernas.
De acuerdo al sistema penal estadounidense, el extraditado Saab deberá optar por una decisión clave: declararse culpable o inocente. Si acepta los cargos y colabora con la justicia y delata a oros personajes chavistas implicados en tramas delictivas, podría beneficiarse de una reducción de su pena. Esta posibilidad aterra en Caracas. De todas formas, pues declararse inocente para posteriormente admitir su culpabilidad antes de que el jurado dicte el veredicto. En tanto, la esposa del acusado, la guapa modelo italiana Camilla Fabri, el domingo pasado tomó parte en una manifestación organizada por el gobierno venezolano en apoyo a Saab en la capital del país, y aseguró que “él jamás se doblegará”, lo que no significa mucho, pues en su calidad de extraditado a EUA pocas opciones tiene de asegurar que no “colaborará” con acusadores.
Mientras el juicio sigue su marcha, la prensa internacional recibió una serie de fotografías de Saab vestido con el uniforme color naranja de preso en la cárcel del Condado de Broward, donde permanecerá muchos días más. Desaliñado, aspecto desmejorado, con un derrame en el ojo izquierdo, muy diferente a la seguridad de fortaleza que quiso transmitir la atractiva Camilla en la manifestación caraqueña.
Nicolás Maduro no podía permanecer alejado del escándalo. Muy a su manera, el heredero de Hugo Chávez se desfogó en una aparición televisiva. A gritos dijo:”se lo llevaron a una cárcel cochina, insalubre y lo metieron en un hueco lleno de excrementos, de ratas; le partieron tres muelas, le metieron electricidad durante días”, casi casi como lo acostumbran los policías venezolanos en sus “limpísimas” celdas, según dicen los infortunados opositores y los periodistas internacionales que han pasado por ellas.
Eso podría estar sucediendo a los seis directivos venezolano-estadounidenses de la compañía Citgo que fueron encarcelados este fin de semana, en clara represalia del régimen de Caracas por la extradición de Saab a EUA. Pero a estos Maduro ni los mencionó en su perorata por televisión. Los mismos ya fueron arrestados en 2019 y recluidos en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Según su abogada, María Alejandra Poleo, el traslado de los “seis de Citgo” se hizo sin una orden judicial a un lugar donde se registra un brote de COVID-19. El Departamento de Estado de EUA exigió su ”liberación inmediata. Lo que sí hizo Maduro fue asegurar que su gobierno se moviliza “en todos los niveles, incluida la ONU, para lograr la liberación de su “embajador”. Algo que no está fácil.
La historia de Saab en EUA apenas acaba de empezar. Va para largo. VALE.