Después de 5 años y con dos de las 3 figuras principales nuevas, se vuelven a reunir los mandatarios de América del Norte, ahora en Washington, D.C., Justin Trudeau, el más joven (por edad) resulta ser el de mayor experiencia en este tipo de encuentros. Una serie de encuentros, 3 para cada líder, en los que hablarán, negociarían y ojalá acuerden en torno a sus necesidades más urgentes por atender, así llegaron a una temática común que incluye; el covid-19, el cambio climático y el comercio internacional.

Hay que destacar que cada uno de los asistentes tiene por lo menos 3 agendas diferentes; una con el presidente de un pais, otra con el presidente o primer ministro del otro país y la más ambiciosa (en teoría) en la que coincidirán los “3 amigos”.

Cada uno de líderes norteamericanos viven situaciones particulares que pueden incluso marcar el rumbo de sus naciones; Amlo, Biden y Trudeau, enfrentan complejidades tanto en su política interna como incluso externa, bien sea por las promesas incumplidas, por el descenso en su popularidad o por las confrontaciones internas con sus ciudadanos. Ninguno llega en el mejor momento de su mandato, pero sin duda, después de haberse superado el tema Trump, los jefes de gobierno de América del Norte, decidieron reunirse para buscar avanzar en la solución de problemas comunes; el covid-19, sus afectaciones sanitarias, económicas y el comercio regional en el marco del T-MEC.

Sin pretender profundizar en los momentos que viven; México, Estados Unidos y Canadá, quiero detenerme en algunos aspectos por considerar que pueden influir en la reunion de este jueves en Washington. Andrés Manuel López Obrador sigue con una popularidad que ronda por el 60 por ciento de aprobación, no así su gobierno y los resultados obtenidos a la mitad de su administración, pero sobre todo no logró su partido mantener el control en la Cámara de Diputados con lo cual la aprobación de leyes y reglamentos por venir dificultarán la segunda parte de su gobierno. La obstinación, por calificar de cierta forma el actuar presidencial, ha reducido su visión, no sólo de la realidad que viven sus gobernados, sino que parece querer influir (o presumir) sus programas sociales, que tanto han sido cuestionados pues sus resultados son muy diferentes en lo que reportan a lo que viven millones de mexicanos… “en el programa sembrando vida, por ejemplo, laboran 450.000 campesinos y campesinas que reciben un jornal de 5.000 pesos mensuales”, unos US$250 mensuales.

Joe Biden, vive la más baja aprobación presidencial en el primer año de gobierno al ubicarse por el 40 por ciento, tan sólo 3 puntos arriba del peor calificado en todo la historia del controvertido Donald Trump y esto según dicen los expertos se debe a 2 factores primordiales; el manejo de la pandemia, más de 47 millones de contagios y una tasa récord en defunciones por arriba de las 765 mil, hay que sumar la tasa de desempleo, 6.2 por ciento en octubre, un país dividido profundamente que se refleja claramente en el congreso donde la minoría demócrata es endeble. Cabe mencionar el mensaje que dio desde la planta que inauguró en Michigan, Ohio, de la automotriz GM, donde dejo claro la ruta por seguir en el mundo económico-financiero… “nunca apuesten en contra de los estadounidenses ya que, no tenemos límites, sino posibilidades”, así o mayor advertencia.

Justin Trudeau probablemente atraviesa el peor momento en su tercera reelección ya que no alcanzó la mayoría de los liberales en el parlamento, cuenta con tan sólo 150 de los 338 escaños, para alcanzar la mayoría se requiere un minino de 170, el proyecto de izquierda que ha venido impulsando tiene una dura barrera por superar sobre todo con una población dividida. “El momento que enfrentamos requiere cambios importantes y su voto le ha dado al Parlamento una dirección clara, ha dicho esta madrugada el primer ministro en su primer discurso que ha dado en el Queen Elizabeth de Montreal, (el mismo hotel donde John Lennon y Yoko Ono pedían por la paz mundial, un verano de 1969) tenemos la necesidad de un plan progresista para la pandemia, un ingreso universal para los niños y una lucha más decidida contra el cambio climático”.

El mejor posicionado de estos mandatarios para sentarse en la mesa trilateral parece ser hasta hoy, el mexicano, y quiero hacer hincapié en esto ya que, su gobierno también parece que marcha por otra ruta, en la que, a pesar de la sumisión, la realidad, esa terca y necia realidad lo supera, sobre todo ante las acciones que busca concretar (reforma energética), que le traerá cientos de demandas internacionales por violaciones e incumplimientos en el marco del T-MEC.

El encuentro de los 3 presidentes y los posteriores que cada uno a uno sostendrán, son por sí solos, un avance, pero esto no parece ser suficiente para las problemáticas particulares y los propios problemas de la región.

Ottawa hace 5 años dejó muchos pendientes que al tiempo no han tenido solución y ni Trudeau, Obama o Peña pudieron resolver, veremos lo que sucede en Washington, D.C., y lo que ahora “los 3 nuevos amigos” Trudeau, Biden y López pueden acordar, veremos.

@lalocampos03