El Instituto Nacional Electoral constantemente está bajo asedio por el gobierno federal y los legisladores de la 4T.

En la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados ya circula una propuesta del presupuesto 2022, en donde se recortan 4 mil 913 millones de pesos al INE.

Hace una semana durante su comparecencia ante la Cámara de Diputados, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, fue atacado con insultos y recriminaciones por parte de los diputados de Morena; pero se mantuvo firme y mostrando respeto a los mismos. La intención de los cuatroteístas sin duda fue desacreditar al representante de dicho instituto por la petición de presupuesto que se solicito para llevar a cabo la revocación de mandato. Es una pena que, en la máxima tribuna de los representantes de los mexicanos, se comporten como barras bravas en un estadio de fútbol y no se debata con hechos y datos.

El órgano electoral solicitó un presupuesto de 24 mil 649 millones de pesos, “una partida precautoria” de 5 mil 743 millones de pesos conforme a la del año anterior porque 3 mil 830 millones son para organizar el proceso de revocación de mandato y el resto por si al inquilino de Palacio Nacional se le ocurre otra consulta popular.

“Prácticamente le quitan dinero para cumplir el capricho presidencial y muy probablemente le van a reclamar al INE que no salió como Andrés quería, porque de eso se trata el sexenio de este: de culpar a otros”.

Hay quienes desean regresar a los tiempos en que los candidatos eran destapados por el Ejecutivo en turno y los comicios eran organizados por la Secretaria de Gobernación o de plano tener un órgano electoral como el de Nicaragua, manejado por incondicionales al gobierno como lo acabamos de ver en las elecciones para la presidencia. La primera batalla de la oposición es defender al árbitro electoral para garantizar que ningún personaje o fuerza política influya a los electores y prevalezca la imparcialidad.

 

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