Entrevista con Raymundo Tenorio, economista

Una vez aprobado el presupuesto para 2022 por parte de la Cámara de Diputados, la siguiente pregunta es –en el actual contexto económico que vivimos– que tanto impacto tendrá en el país en gasto programado para el año entrante.

El panorama, en cuanto a la economía nacional, luce con un bajo crecimiento, inflación presente, salida de capitales y otras señales que no hacen prever un futuro prometedor, por lo que la palabra crisis ya es usual en conversaciones sobre este tema.

Pero para Raymundo Tenorio, economista y profesor en el ITESM, en realidad el impacto del presupuesto 2022 será mínimo y no se esperaría un gran cambio en este ámbito, principalmente –revela– porque el actual gobierno del presidente López Obrador continúa con el neoliberalismo como el pilar de nuestra economía, pese a los discursos que califica como demagógicos en contra de esta corriente económica.

Raymundo Tenorio

El presupuesto, no incide

En la entrevista con Siempre, Raymundo Tenorio explica que el presupuesto, como está planteado hasta ahora, no es “determinante en el crecimiento de la economía, es decir, el tamaño del gasto del gobierno en términos absolutos puede sonar multimillonario, de 7 billones de pesos, pero en realidad lo que penetra en la economía a través del efecto multiplicador mediante la derrama económica es el porcentaje de inversión que dedica el gobierno a ese gasto, el porcentaje que se está destinando –por ejemplo– a Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya no es un gasto que represente para la economía un detonante del crecimiento económico, entonces, es tan bajo el porcentaje de dinero que se destina a la inversión pública que no alcanza a hacer crecer la economía”.

Nuestro entrevistado lamentó que se trate de una tendencia, “que ya traemos así 7 gobiernos en que el gasto público no representa un detonante de la economía”, algo que no se ha modificado con el actual gobierno.

Lo anterior debido a que “lo que gasta el gobierno en nóminas, rentas, consumos corrientes, pago de pensiones, etcétera, es un gasto que no penetra en la economía, no produce un efecto multiplicativo, desafortunadamente este gasto tampoco puede afirmarse que generaría inflación, de ninguna manera es así, porque el gasto del gobierno no se destina al consumo de los bienes de la canasta básica con lo que se mide el índice de precios al consumidor, un gasto corriente que desafortunadamente no incide en la economía”.

Hay una polémica que se repite con motivo de la reunión que tuvo el presidente con los socios comerciales del Tratado (T-MEC), en el sentido que seguimos con la inercia de las maquilas y atado al neoliberalismo, a pesar de las críticas del presidente.

Antes del salinismo, ya funcionaba la industria de la maquiladora en la frontera norte de nuestro país, desde que México entró al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) en 1985 empezó a atraerse inversión a la franja fronteriza del país, después en el gobierno de De la Madrid siguió creciendo modestamente la industria maquiladora y, por supuesto, se fortaleció con el Tratado de Libre Comercio que inició en 1994. Se fortaleció en términos de empresas con innovación tecnológica, con capacitación de trabajadores, porque habría que abrir establecimientos para encadenarse a las cadenas globales de abastecimiento, lo que daría productor de calidad, nuevos materiales, etcétera.

Entonces, sí detonó desarrollo, primero en la frontera norte de nuestro país y después hacia el interior en los estados del centro, como fueron Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, en donde esa industria maquiladora se transformó en una industria manufacturera con establecimientos productivos nacionales, en donde se establecieron empresas internacionales abastecedoras de partes automotrices, electrónicos, de electrodomésticos, maquinaria, ya no estamos hablando de una maquiladora de textiles, de prendas de vestir.

El modelo neoliberal que fue lo que hizo, pues facilitó eliminar las barreras comerciales, los impedimentos justamente a que eliminarán las barreras de impuestos, arancelarias de insumos primarios que permitían detonar esa industria manufacturera que hoy tenemos en las regiones del país que mencioné.

No es una maquila con la que se agrega mano de obra barata y ya, con los años evolucionó y ahora no son obreros son calificación los que se ocupan, son técnicos, licenciados, ingenieros, diseñadores y demás, entonces sí trajo progreso el modelo de apertura comercial.

Si vamos a criticar al neoliberalismo que ha creado desigualdad, pobreza, sí en ciertas regiones que con la apertura comercial tuvieron el tiempo suficiente para enfrentar la competencia interna y externa, entonces si se acrecentó la pobreza fue porque faltaron las oportunidades de educación para formar esos cuadros técnicos para esa nueva cruzada de producción, hay mercado de trabajo para todos, pero no para los trabajadores no calificados.

Si vamos en términos de eso (de la crítica al neoliberalismo), entonces porque se ratificó la adhesión de México al Tratado (T-MEC), es la columna vertebral del modelo neoliberal, entonces el discurso de Andrés Manuel es uno demagógico, la columna vertebral de la actividad económica en México es toda la vinculación que hay de exportaciones e importaciones del libre comercio y éste es uno de los decálogos del neoliberalismo, son mentiras podridas, si quieren acabar con el neoliberalismo entonces que acaben con el modelo de libre comercio.

¿Qué tipo de modelo se debería asumir? Ninguno, hay que continuar con lo que se tiene, lo que se tienes es el modelo de liberalismo económico cuya columna vertebral es el libre comercio con tus principales socios comerciales que te está generando empleo, consumo de bienes nacionales, pago de impuestos, movimientos en cadenas productivas que exportan, logística, comunicaciones, te doy el último dato estadístico: el valor del producto interno bruto de México por lo que se mueve de importaciones y exportaciones anuales, representa el 55 por ciento del valor del PIB de México, dime si no es la columna del modelo neoliberal que conviene continuar con él.

Seguramente así lo entendió en su escasa inteligencia Andrés Manuel cuando le dijeron que no se puede acabar con la columna vertebral del modelo neoliberal que es el Tratado, si no lo ratifica nos vamos a la miseria ahora sí.

Hay dos temas que preocupan, en el contexto de la reducción de la clase media, uno es la inflación que afecta el bolsillo de los mexicano y el otro es la amenaza de que podría presentarse una inflación sin crecimiento, la estanflación, ¿qué tanto se puede dar esto último?

La precarización tiene dos factores para explicarlo, hubo un achicamiento de la pirámide de ingresos, hay dos causas de esto, una la precarización de los ingresos, es decir, la pandemia sí tuvo un efecto en el salario de los trabajadores, al recontratar a esos 12 millones tanto de la economía formal como de la informal que fueron separados o paralizados de sus trabajos, al regresar no pudieron ocuparse con el mismo nivel de ingresos. Eso provoca que se contengan los salarios.

El otro es la inflación, el incremento en bienes y servicios se mete a nuestros bolsillos como un impuesto adicional.

Esto tiende a empobrecernos, por eso ese movimiento de personas de ingresos medios a bajos o de altos a medios que dio a conocer el INEGI.

El no crecer o tener un crecimiento de cero se puede llamar estanflación, inflación sin crecimiento, pero afortunadamente no es una inflación todavía que esté empobreciendo a la gente, dejamos de consumir cantidad por ser más racionales en el consumo, pero no tenemos una inflación de dos dígitos.

@AReyesVigueras