Les platico: el concierto de gala de MOS en el Campestre de Monterrey arrancó con la obertura de la ópera de Mozart, “El canto a la libertad”, mejor conocida como “Las bodas de Fígaro”.¿De quién fue la idea? No lo sé, pero el título entraña mucho mensaje para los tiempos mundiales actuales.

Me encantaría solazarme comentándoles acerca de la riqueza del repertorio, de los cantantes y de la orquesta de México Opera Studio, pero el tiempo que le dedican los lectores de DETONA a este espacio son implacables. “Bueno y breve, dos veces bueno”, dice el refrán al que trataré de honrar aquí.

Esta iniciativa de auténtico filantropismo cultural se le debe a Alejandro Pérez –presidente del Consejo de Administración de MOS– a Gustavo M. de la Garza Ortega, Alberto de la Garza Evia y Jorge Vázquez González.

A Luis Montemayor Chapa y a los integrantes del Patronato: Bernardo Elosúa Roble, Javier Ibarra de la Garza, Pedro Madero, Bárbara Herrera de Garza, Alejandro Probert Gámez, Jacques Berrebi, Ernesto Canales Santos, Patricio Garza Garza y miembros del Consejo de MOS.

La historia de este grupo de entusiastas mujeres y hombres de empresa es breve, pero han sembrado la huella que otras organizaciones privadas y públicas siguen dentro y fuera de México.

El concierto y cena de gala tuvo lugar el pasado miércoles 10 de noviembre en el Salón Panorámico del Club Campestre Monterrey, que se ubica más bien en San Pedro Garza García.

Doscientas veinte personas exactamente se dieron cita en este evento que tuvo como propósito sembrar en el escenario los logros de MOS para fertilizar las yermas tierras de una pandemia que se resiste a dejarnos en paz.

Y en medio de todo esto, cuán gratificante es presenciar el arte de jóvenes artistas de talla mundial, que son auspiciados por auténticos mecenas de la cultura en México.

Siguiendo los protocolos sanitarios vigentes, los artistas de MOS hicieron vibrar y vitorear con copa de vino en mano a los presentes, en un encore de música mexicana que levantó de sus asientos a todos.

Pero vayámonos por partes: después de la obertura de Mozart le siguió “Il Mio Tesoro” de la ópera Don Giovanni, también compuesta por el genio de Salzburgo y que fue interpretada por Kevin Hernández.

Luego, de Bellini y su ópera “Capuletos y Montescos” -ya escenificada por MOS en el espacio Guillermo Prieto- el aria para mezzosoprano “Deh tu, bell´anima”, a cargo de Daniela Cortés. Ni Verdi ni Rossini podían faltar en este banquete de música fina.

Así, el bajo Aldo Arenas cantó el aria “Come dal ciel precipita” de Macbeth y después vino el tenor Salvador Villanueva a interpretar del mismo autor, “Questa o quella”, de Rigoletto. Rossini, de su “Barbero de Sevilla”, con el aria “Una voce poca fa” a cargo de la mezzo Itzell Jáuregui permitió a la artista hacer gala de la potencia de su órgano vocal.

Masenet, con “Gavota” de la ópera “Manon”, con la soprano Diana Rojas, precedió a la clásica de clásicas “L´amour est un oiseau rebelle” de la ópera “Carmen”, de Bizet, a cargo de la mezzo Estefanía Cano.

Y como en las primeras mesas había dos Carmen (Tata de De la Garza Evia y Bortoni de De la Garza Ortega) pues que más les puedo decir.

En seguida, de la descomunal ópera en 5 actos -“Robert le diable”- de Giacomo Meyerbeer, el aria “Robert toi que j´ame”, a cargo de la soprano Fernanda Allande.

Con Sergei Rachmaninov interpuesto con su “Ves´tabar spit” de “Aleko”, interpretado por el bajo-barítono Carlos Hernández, las últimas tres fueron de Puccini:

“Addio friorito asil” -de “Madama Butterfly”, a cargo del tenor Manuel Dávalos; “Vissi d´arte” de mi favorita “Tosca” por la soprano Valeria Vázquez; “Tre sbirri, una carroza”, también de “Tosca” por el barítono Fernando Cisneros y “¿Dunque é proprio finita?”, de “La Boheme”, en un doble dueto a cargo de Fernanda Allende, Manuel Dávalos, Diana Rojas y Fernando Cisneros.

Y para atender el encore que el público pidió con entusiasmo, vinieron las piezas de la entrañable música mexicana, que podrá ser apreciada con otras del programa, en los videos que aquí DETONAMOS en exclusiva para nuestros lectores.

 

CAJÓN DE SASTRE

“Bien por los artistas y bien por los mecenas, que ojalá incluyan entre sus propósitos de apoyo, a otros esfuerzos de índoles diversas, que buscan igual poner a México en el lugar que nos haga trascender en estos tiempos y hacia otros mejores”, dice la irreverente de mi Gaby.