Entrevista con Joel Ortega Juárez, articulista y activista de izquierda

La crítica de Porfirio Muñoz Ledo fue demoledora. Al recibir un reconocimiento de parte de Movimiento Ciudadano, el veterano político señaló –a propósito del evento del Zócalo con motivo del 3 aniversario de la toma de posesión de López Obrador–, que éste “algo teme, y lo lamento, yo creo que está sintiendo el vacío del abandono del poder, sabiendo además que el nivel de concentración de poder que existe en México no es eterno, que por fuerza de la política, de la economía, de la sociedad y de las ambiciones, este régimen tenderá a desgajarse en los próximos dos años”.

Dichas palabras se suman a las expresadas también por otra figura de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas, quien rechazó que el actual gobierno federal tenga el rumbo claro y sea de izquierda.

En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Cárdenas Solórzano declaró que “nos faltan propuestas de las entidades políticas, sobre todo, y digo entidades políticas empezando por el gobierno”.

Anteriormente, el pasado 20 de mayo, el también ex jefe de gobierno de la Ciudad de México sentenció, “difícilmente diría yo que tenemos un gobierno de izquierda, por más que se digan de izquierda”.

Se trata de posturas que confirman lo dicho por personalidades como Roger Bartra, quien se pronunció en el mismo sentido, así como la entrevista que concedió a Siempre Fernando Belaunzarán, quien detalló porque no se puede hablar de un gobierno de izquierda. Puede leer el texto en este enlace

No es de izquierda

Así, entrevistamos a una figura histórica de la izquierda mexicana que ha dado la lucha por este tipo de posturas desde las protestas estudiantiles de 1968, se trata de Joel Ortega Juárez quien a lo largo de la plática explicó porque no tenemos un gobierno de izquierda en México, a pesar de que dicha administración se declare como tal.

 

Joel Ortega Juárez

 

¿Considera al actual gobierno federal como uno de izquierda?

Un gobierno de izquierda es exactamente lo contrario a lo que es este gobierno, éste es militarista, es uno que aplica una política económica siguiendo la más fiel ortodoxia del decálogo del neoliberalismo, se ve en los 10 puntos del Consenso de Washington, como el no desequilibrio financiero porque considera el gasto como eso, no como una inversión, con una política de recortes a las áreas centrales de la economía popular como el empleo, la vivienda, la salud, la ciencia o la tecnología.

Es un gobierno que impulsa el mercado externo, en este caso con el T-MEC, así como una serie de políticas derivadas de lo anterior que implican el no aumento de los impuestos para gravar a los grandes capitales; inversiones o gastos en obras faraónicas, como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, el transítsmico con una mezcla de asistencialismo, que son los programas predilectos del gobierno, los subsidios a adultos mayores, becas a los llamados jóvenes ninis, no políticas para fomentar la inversión, para crear empleos, para promover el desarrollo.

Este debate se dio en Cepal desde hace 60 o 70 años, no es lo mismo crecer que desarrollarse, este gobierno ni siquiera crece, está por debajo de la inflación y, aparte, toda esa política que describí se combina con un sometimiento casi total del gobierno al Ejército, al que le ha dado atribuciones distintas a las que tiene y para las que fue creado.

Es una concesión espeluznante y, lo más grave, la Guardia Nacional se ha usado para reprimir a migrantes, feministas, comunidades originarias, hay más de 100 personas que han perdido la vida por crímenes en contra de lideres comunitarios, y recientemente se reprime a estudiantes, como lo vimos con el caso del CIDE.

Es un gobierno antipopular, militarizado y profundamente inepto. Eso no puede ser un gobierno de izquierda.

 

Figuras como Marcos Rascón, Patricia Olamendi, Cuauhtémoc Cárdenas, han declarado que no es un gobierno de izquierda, pero hay figuras que han militado en la izquierda, como Pablo Gómez, que apoyan al gobierno, ¿qué pasó con esos personajes y con esa izquierda que se quejaba de la militarización y ahora apoyan las medidas?

Hay un extravío. Las izquierdas a nivel mundial y, especialmente, continental, tienen décadas de haber perdido el rumbo y están en un colapso por su gran desprestigio por apoyar a dictaduras como la de Cuba, de Venezuela, de Nicaragua o al régimen corrupto de Lula en Brasil, que se volvió el gestor principal de Odebrecht.

Esta izquierda castrista mexicana está perdida porque, no sólo la de López Obrador, sino también algunos más, porque este asunto de la izquierda o no izquierda es un asunto baladí, prefiero colocarme en perspectiva, soy partidario de un rumbo libertario, de una economía no capitalista, pero que tampoco se oriente a construir un Estado dictatorial. Cualquier dictadura, ya lo vimos en China o la Unión Soviética, no puede ser atractiva para nadie, un trabajador en Corea del Norte gana 3 o 4 dólares diarios, tiene prohibido ver televisión, tener redes sociales y al lado está Corea del Sur que en 30 años despegó, eso nos lleva a decir que el capitalismo tiene a los mejores propagandistas en estos regímenes demagógicos de pseudoizquierda.

 

¿Qué hacer, de cara al 2024, que tenemos a un presidente que no tiene resultados, pero que es muy popular, cómo se explica esto?

He tratado de explicar que tiene que ver con un concepto que utilizó Marx, y ya no se utiliza, que tiene que ver con una alienación, un adormecimiento, una narcotización de la sociedad, un apendejamiento para ser más directos, la gente está ilusionada con un espejismo, es un juego de palabras y es la verdad; ¿qué es un espejismo?, el gobierno de México es un espejismo en el doble sentido, parece que vas a llegar a un lugar con agua que no existe, también es espejismo porque es el gobierno del “peje”, que es el gobierno del espejismo, no le demos más vuelta.

Tiene una mezcla de ingredientes psicosociales, históricos, de alienación, no sólo en México. La derecha en muchas partes se adueño de la rebeldía, capitaliza la rebeldía de la gente porque hay un desencanto, una desilusión con la democracia por inepta y eso va a ocurrir aquí, el gobierno está cimentando las condiciones para que gane una política todavía más reaccionaria que la actual, ese es el gran desafío.

¿Cómo construir un camino diferente?, el camino socialista y comunista soviético y castrista-maoista fracaso, el camino de la socialdemocracia –y en eso quiero ser muy claro– también fracasó, el neoliberalismo fracasó, entonces ante todo ese panorama de derrota la gente apuesta o se ilusiona con un demagogo, no es un asunto de derecha o de izquierda.

Tienen, infortunadamente, audiencia, apoyo, respaldo, aunque hay que matizar esto. Hay analistas que dicen que los rangos de apoyo que tiene López Obrador son similares a los que tenía Fox y otros, tampoco es tan inesperado; en México, el fenómeno particular, es que aquí tenemos una hegemonía, un predominio, una influencia cultura, ideológica, histórica del nacionalismo estatista y la gente cree que un demagogo que grita “al carajo con los grandes capitales” y al día siguiente se reúne con los grandes capitales que son parte de su consejo de asesores es de izquierda; estos grandes capitales son beneficiarios de contratos en el Tren Maya, en el aeropuerto, en la televisión, son sus aliados, por eso la televisión ahora está controlada por el pejismo, hay que ver la barra de opinión de Canal 4 y están todos los jilgueros de este gobierno.

 

 

El ideólogo del presidente, ya lo dijo con aquello de “me canso, ganso”, es Tin Tán, no necesita a Maquiavelo que aconsejaba al príncipe y esas puntadas, esas cantinfladas, es lo que prevalece, es lo que le gusta a la gente, ir acarreado, llenar el Zócalo y ver a Andrés Manuelito a 50 metros de distancia, y ese es el tema, por qué los demagogos de ese estilo tienen la fuerza que tienen, es el gran reto para el pensamiento y es un enigma lo que va a pasar en el 24.

 

Precisamente, hablando del 2024, ¿cree que se pueda dar un cambio pendular y que ahora gane alguien de extrema derecha, como ha sucedido en otros países?

Ya se dio, éste es el principal aliado de Trump, el que aplicó la política de “quédate en México”, que ya provocó una crisis humanitaria. Es terrible, una tragedia y cuál es la política, es la de Trump que no es de izquierda, es grave, aplica una política reaccionaria y la gente cree que es de izquierda, ¿por qué? Porque vota a favor de Ortega porque se opone al bloqueo y defiende a Maduro, ¿eso es ser de izquierda? No tiene nada que ver, en la época que me tocó era un abanico de propuestas para ir hacia el futuro, ésta es una fuerza nostálgica que vive del pasado y que no tiene la congruencia de condenar a las dictaduras, y tienes razón, puede venir en el camino alguien más “facho” que recupere las esperanzas de la gente.

Esto se parece mucho al peronismo, en donde hay desde fascistas hasta ultraizquierdistas, aquí pasa un poco lo mismo. Estamos en un país en donde no hay sanción, la gente tiene una memoria de teflón. Es necesario voltear a otro lado, no a la gerontocracia, hay que ver a los jóvenes, no estar atorados en las viejas fórmulas.

 

@AReyesVigueras