El 12 de diciembre, fecha de hondas raíces religiosas en nuestro país, murió Vicente Fernández quien ocupa un lugar destacado entre los grandes exponentes de la música mexicana a lo largo de las últimas décadas porque sus canciones por él interpretadas forman parte de nuestra cultura, su estampa y aportes serán recordadas, verlo en el escenario siempre fue una grata experiencia.
Evocando la letra de la canción del gran José Alfredo Jiménez Ella, los mariachis callaron… en el caso del charro de Huentitán no sucedió así porque las notas del ensamble musical no paraban en las exequias, vivimos en un país en donde a la gente querida se les despide cantando con las notas y líneas de lo entrañable que se regodea de los recuerdos con aroma a nostalgia.
Recordamos a los cantantes legendarios que viven en la memoria colectiva como Jorge Negrete, Pedro Infante, Javier Solís y ahora Vicente Fernández, tal vez los más grandes que interpretaron las canciones mexicanas y el olvido no les tocará, se seguirán escuchando porque el sitial que ocupan es inamovible.
Vicente Fernández cantaba hasta que cesaban los aplausos porque éstos fueron el nutriente que impactaba sus actuaciones para corear su canto en sus múltiples presentaciones en todos los escenarios por los que anduvo el andariego artista nacido en Huentitán, acompañamiento de serenatas y tertulias que seguirá presente para siempre.
Las condolencias por el sensible deceso no se hicieron esperar el 12 de diciembre, lo mismo el presidente Andrés Manuel López Obrador que su homólogo norteamericano Joe Biden, qué decir de la comunidad artística y la muchedumbre que se reunió en la arena VFG en el rancho de Los tres potrillos para dar el último adiós a Vicente Fernández.
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Son muchos los temas del repertorio de Vicente Fernández que se cantan, son un vínculo con su quehacer en los escenarios, autores como José Alfredo Jiménez, Joan Sebastian y el michoacano Martín Urieta, lo mismo Nelson Ned y Paul Anka aportaron a la lista de temas que el tapatío difundió con su personal estilo.
Las canciones de Vicente Fernández se escuchan por doquier, desde la plaza de Garibaldi hasta el poblado más remoto de México, su lugar en la cultura nuestra está asegurado desde hace mucho tiempo a fuerza de talento y persistencia, su ausencia pesará porque es emblemático, una figura icónica de las que no surgen en gran cantidad.
Nos quedamos sin los grandes de la música mexicana, ellos tuvieron un toque singular, fueron predestinados y el legado que dejan se tejió con canciones, carisma y talento; de alguna manera se quedan porque en la memoria colectiva perviven sus acentos, voces y se convierten en clásicos de la cultura nuestra.
Mucho se hablará del cantante fallecido el 12 de diciembre de este año complejo en el que se registran los estragos de la pandemia global y los coletazos del crimen organizado, en un país que hace mucho se ha distinguido por la sucesión de actos cruentos que no dejan de sorprender ni de señalar la impunidad como flagelo evidente del siglo XXI. Vicente Fernández, acá entre nos, falta nos hará.

