25 países con una desarrollada industria automotriz, entre los que se encuentra México, enviaron un documento al Congreso de Estados Unidos expresando su preocupación ante la política de créditos fiscales para incentivar la compra de autos eléctricos que pretende impulsar el presidente estadounidense Joe Biden, situación que violaría lo acordado en este acuerdo comercial trilateral.

El Inquilino de la Casa Blanca anunció una serie de acciones en favor del medio ambiente con un presupuesto de 1.75 billones de dólares, entre ellos destaca el establecimiento de “reembolsos sustanciales al consumidor y créditos fiscales para reducir los costos de las familias de clase media que cambian a la energía limpia y a la electrificación que, entre otras cosas estima un crédito fiscal para vehículos eléctricos.

Con esto, el costo de un vehículo eléctrico fabricado en Estados Unidos con materiales estadounidenses estaría por el orden de los $12.500 dólares para una familia de clase media, un coche nuevo, amigable con el medio ambiente y sin duda muy atractivo para el consumidor, pero violatorio de la reglamentación estipulada en la fabricación y comercialización de este tipo de unidades.

Y esta propuesta ya comenzó a ser cuestionada tanto en México como en Canadá y es que este tipo de práctica en lugar de resultar una vía óptima para la protección ambiental trata de manera discriminatoria a los productores automotrices extranjeros y, actúa en detrimento de los compromisos comerciales internacionales adquiridos por Estados Unidos el pasado 2 de noviembre.

La Comisión de Seguimiento a la Implementación del T-MEC (Cesitmec), sabe que la industria automotriz es uno de los pilares de la integración entre los países de América del Norte bajo el establecimiento de fuertes cadenas de valor. Adicionalmente, se reconoce que en 2020 las exportaciones interregionales sobrepasaron los $200 mil millones de dólares.

Cabe destacar que el valor de contenido regional (VCR por sus iniciales) a lo que hace referencia establece que un vehículo para que sea considerado originario de la región y no pague aranceles, debe cumplir con un VCR de 75 por ciento a partir de 2023. Desde la entrada en vigor del acuerdo, en julio de 2020, los autos deben cumplir con el 66 por ciento, en enero de 2021 se incrementó casi un 70 por ciento y para el año próximo, superar el 72 por ciento.

Y es que esta situación se presenta en medio de una disputa entre México y Estados Unidos por la interpretación sobre las reglas de origen y por la cual, México, estaría en disposición de solicitar el inicio de un panel de resolución de controversias y no descartan el establecimiento de una nueva consulta con la finalidad de evitar una nueva confrontación comercial.

Y permítame hacer una ejemplificación particular, vale la mención que en el marco del T-MEC, la tentación de las violaciones al mismo toca la puerta del Gobierno del presidente Joe Biden, ya que busca reimpulsar la producción de chips en Estados Unidos, incluso desarrollar nuevos centros en California, considerado el “estado de la innovación” del país, pero las inversiones de $50,000 millones de dólares deben ser aprobadas por el Congreso, concretamente por la Cámara de Representantes ya que el Senado avaló en junio pasado la llamada, CHIPS for America Act.

Lo cierto es que la pandemia de COVID-19 complicó todos los sistemas de producción y ha puesto a los Estados Unidos en un predicamento que de no atender pronto lo pondría en desventaja con otros países como China, en la producción de autos, computadoras, electrodomésticos y otros productos que requieren semiconductores o chips…”“después de la pandemia, la economía está reactivándose pero los productores de chips no han podido producir estos productos (a la misma velocidad), por lo que son elaborados en otras partes del mundo como; Taiwán o Malasia”, reconoció subsecretario de Comercio, Don Graves, en entrevista durante su viaje a California.

Y es que los semiconductores, sems o chips, son esenciales para distintos productos; autos, celulares, equipos electrodomésticos, televisores, el subsecretario Graves dijo… “Estos productos van a tener un semiconductor o chip… Es crítico para la economía estadounidense, pero sobre todo necesario, asegurar el acceso a esos chips en los Estados Unidos”, por esa razón me presenté en California para hablar con los expertos en cómo podemos asegurarnos de que se produzcan más chips en el país”.

Vale mencionar que en septiembre pasado la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA) publicó en su informe anual la necesidad de que el Congreso aprobara la Ley CHIPS “para invertir en la fabricación, el diseño y la investigación de semiconductores nacionales”. De ahí la razón por la cual funcionarios de la Casa Blanca se reunieron con los líderes de la industria para explorar las áreas de oportunidad y prioridades.

Lo cierto es que, en el último mes de 2021, la industria continúa lidiando con una escasez global generalizada de semiconductores provocada por una demanda creciente e impredecible como resultado de la pandemia de COVID-19, cualquier otra “justificación es hueca”.

Hay que recordar que California es el centro de innovación estadounidense, las tecnologías se desarrollan ahí, por lo que, las inversiones son indispensables y de ellas depende no sólo el futuro sino el presente mismo. Las cadenas de suministros en los Estados Unidos de ser interrumpidas o incluso alteradas podrían repercutir no sólo en un desabasto como ya sucede sino en un incremento en los precios, lo que afectaría, como siempre al consumidor final, situación que hay que buscar modificar.

@lalocampos03