La inflación es —más menos— el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios, significa que, de un año a otro, de un mes a otro, las cosas se ponen más caras, los precios aumentan y si no hay un aumento importante en el salario de los trabajadores, simplemente es más difícil llenar el carrito del super o la bolsa del mercado. Ya no alcanza.

No todos los hogares en México, soportan el aumento de precios de igual forma, si has perdido el trabajo, si vives en pareja y solo uno trabaja, si se está pensionado y no hay más ingresos, si pagas renta y sabes que aumentará a partir de enero, si pagas colegiaturas, si se tiene un crédito o se paga una hipoteca y aumentaron, si llegado el invierno aumenta la cuenta de luz y gas, si te enfermaste y hay que comprar medicinas, sabrás de lo que hablo. Pagar los servicios fijos es un acto heroico, destinar algunos pesos para divertirse, imposible.

Todo se vuelve más difícil a final de año, guste o no, en una sociedad mayoritariamente católica, las fiestas y la ilusión infantil están por llegar, se encuentran en el quicio de la puerta. Desafortunadamente no hay aguinaldo, caja de ahorro o tanda que alcance ante un aumento tan fuerte en los precios de lo que consumimos, a ello hay que sumarle la famosa “cuesta de enero”, la cual está a la vuelta de la esquina.

¿No me cree? Intente hacer una “salsa verde” sencillita, compre tomate verde, chiles, aguacate, cebolla, y de paso un kilo de tortillas y otro de carne de res. De enero a noviembre el tomate se incrementó 148 por cientoq, los chiles 137 por cientoq, el aguacate 45.85 por cientoq, la cebolla 44.57 por cientoq, las tortillas 16.33 por cientoq y la carne de res, en el mejor de los casos 11.29 por cientoq, o sea, prácticamente pagaría casi el doble, invitar a casa a comer a alguien en estos tiempos es un acto de generosidad infinita. Solo para invitados VIP.

Pues bueno, quizá la débil clase media pueda hacer un gasto así, pero ¿y los más pobres? ¿Cómo enfrentan los mexicanos más pobres un incremento del 7 por cientoq sostenido? Las transferencias directas no son suficientes, ese caudal de programas sociales no llega a la misma persona o a la misma familia, pensarlo es un tanto ingenuo.

El fin de año no pinta bien, basta echarse un clavado a las redes sociales, platicar con los vecinos o con la familia y preguntarles si lo que ganan es suficiente para hacerle frente a sus gastos y obligaciones.b Decía J.P. Morgan que “cuando se tiene que preguntar cuánto cuesta —algo—, es porque no se puede pagar”, el problema es que ahora preguntamos incluso el precio de las tortillas…

@DrThe

 

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