Hace poco más de 10 años Estados Unidos vivió una profunda crisis financiera a consecuencia de un “boom” en los bienes raíces, sin embargo, este sector se ha venido recuperando y su atractivo para los inversionistas esta en boga, sin duda que dejo de ser un negocio conservador, de pocas ganancias y ha dado paso a actividades de alto riesgo y ganancias prontas.

El precio medio de casa habitación vendidas en Texas se ubicó en $274,300 dólares unos 5.8 millones de pesos durante el primer trimestre de este año, lo que representa un incremento del 13.4 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado, según el “Informe Trimestral de la Vivienda de Texas” efectuado por Texas Realtors.

Marvin Jolly presidente de este grupo de agentes de bienes raíces explica en pocas palabras por qué tal situación… “la demanda de viviendas en Texas se mantuvo fuerte a pesar de la tormenta invernal de febrero y la pandemia”, pero no todo es miel sobre hojuelas ya que se ha generado un fenómeno poco común la baja disponibilidad de propiedades en venta, los precios en la mayoría de las áreas de estado fronterizo han aumentado de manera significativa, al igual que la competencia entre compradores.

Hay que mencionar que, en el primer trimestre de este año, por ejemplo, se vendieron 84,464 viviendas en Texas, un aumento del 10.1 por ciento en comparación con el primer trimestre de 2020. Y de estas, un tercio se ubicaron en el rango que va desde $200,000 hasta los $299,000 dólares.

Esta información no es solo datos alegres, al azar, estas sustentados en un estudioso del mercado inmobiliario por Texas A&M University y dirigido por el economista-investigador Luis Torres, quien me dio sus razones ante estos bruscos movimientos… “un inventario reducido es el mayor desafío para el mercado de la vivienda en esta región estadounidense lo que ha repercutido en que los precios de casas hayan aumentado a tasas significativas, mientras la demanda se mantenga sólida, lo que lo convierte en uno de los mercados más competitivo para los compradores desde el boom de bienes raíces de 2006-07 de California y Florida”.

Y bueno es que el aumento de las tasas hipotecarias en 2021 y los recientes y rápidos incrementos en los precios desacelerarán la demanda, y en consecuencia, los precios tenderán a niveles altos.

En este estudio se destaca igualmente la cantidad de propiedades disponibles para la venta descendió un 53 por ciento con respecto al año pasado, ubicándose en el rango de 43,542 para el final del primer trimestre de 2021. Las casas en venta estuvieron en el mercado un promedio de 47 días hasta que se firmaron sus contratos, lo que representa 20 días menos que durante el primer trimestre de 2020. El tiempo promedio total desde que se ingresó al mercado hasta el cierre de la venta fue de 87 días, 13 días menos que el año anterior. El inventario disponible de viviendas en Texas se redujo de 3 a 1.3 meses para el primer trimestre de 2020 para el primer trimestre de este año. Así o más contundencia en los datos y razones.

Vale mencionar que este fenómeno inmobiliario ha generado que un importante número de viviendas se estén vendiendo por arriba del precio con el que salieron al mercado, un fenómeno poco usual.

En otro estudio realizado por este mismo grupo de Texas Realtors se muestra como para el tercer un trimestre de este año menciona una pequeña desaceleración tras una sólida temporada de ventas de verano. El número de viviendas vendidas en todo el estado disminuyó un 3.5 por ciento en el tercer trimestre, un descenso interanual desde el segundo trimestre de 2020, impactado en gran parte por alto proceso inflacionario que no se había registrado desde hace 3 décadas.

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Así, mientras los registros de la numerália bajaron a cifras del orden de 115,272 en el trimestre, el precio medio de venta aumento y se ubicó por el orden de $310,000, lo que representó un aumento del 16.9 por ciento en comparación con el tercer trimestre de 2020. De todas estas las casas el 29.5 por ciento se negoció con un precio entre $200,000 y $299,999, la participación más alta de ventas entre todos los rangos de precios.

Este frenesí inmobiliario sin duda se dio en mucho por la pandemia y, que por la duración genero un nuevo escenario, donde los precios y las ventas mismas registraron una disminución. Además, los meses de inventario y los listados de viviendas llegaron a su punto mínimo. Sin embargo, este año el mercado inmobiliario se caracterizó por una fuerte demanda con bajas existencias acompañadas por un fuerte crecimiento en los precios, aunque a un ritmo más lento.

El inventario de viviendas en Texas disminuyó a 1.6 meses en el tercer trimestre, una disminución de 2.3 meses en el tercer trimestre de 2020. Según el Texas Real Estate Research Center de Texas A&M University, un mercado equilibrado entre oferta y demanda tiene entre 6.0 y 6.5 meses de inventario. La verdad es que la oferta de viviendas sigue siendo escasa, pero sobre todo cara, es verdad que ya no vemos tantas propiedades por encima del precio establecido como a principios de año. Sin embargo, los compradores aún pueden tener dificultades para lograr que sus ofertas sean aceptadas.

El traslado de grandes empresas de California a Texas, sin duda que ha sido un facto determinante en este incremento de precios y una baja oferta inmobiliaria, ya que el fenómeno se presentó de manera silenciosa y en medio del manto pandémico, pero falta conocer como impactaré a mediano y largo plazo, sobre todo en el marco de una alta inflación estadounidense y una recuperación en el terreno sanitario.

@lalocampos03