Existían ya algunos tufos de asociación, en algún momento el sempiterno candidato salió a criticar la intervención de la Marina mexicana en algún municipio de Nayarit, los cuales, haciendo uso de un helicóptero de última generación decidieron disparar ráfagas de balas trazadoras a un grupo de supuestos criminales, que decidieron esconderse ante la imposibilidad de defenderse. Al final nos enteramos que algunos líderes del narco murieron en ese acto.

¿Las fuerzas armadas se excedieron? Creo que no, pero la izquierda, los intelectuales y el círculo rojo, le hicieron el “caldo gordo” al político que estaba por buscar, por tercera ocasión, su turno al bate para “la grande”.

Escuchamos tonterías como “fuerza excesiva”, “asesinaron a unos pobres muchachos”, “falta de protocolos”, “le dieron una patada al avispero ¡a lo tonto!”, muchos compraron el argumento y se les ofreció el famosísimo slogan “abrazos, no balazos”. Lo creyeron.

Llego el momento del triunfo, el día de gloria y se nos dijo que los soldados, “eran pueblo uniformado”, que nunca más “iban a matar a nadie en caliente”, que “no iban a ser utilizados en contra del pueblo”. De que cumplió, cumplió.

La instrucción fue “nadie se mueva”, de buenas a primeras en los primeros meses de 2019, supimos que no solo se tenía la intención de vender el ya famoso avión presidencial, también que varias aeronaves utilizadas en el combate contra el crimen organizado estaban por ser vendidos y al final se remataron. El financiamiento de estos y otro armamento venía de la muy imperialista “Iniciativa Mérida”, así que tenían que desaparecer.

No lo exterminaron, pero convirtieron al CISEN en algo más, desarticularon a la Policía Federal, y bloquearon recursos a muchos órganos del Estado mexicano, pequeños y grandes, en materia de inteligencia tanto civil, como de salud púbica, como de combate a las drogas, y un largo etcétera. En algún momento intentaron o hicieron la finta, de querer comprar armamento a Rusia, es obvio que los canales diplomáticos se encendieron, Estados Unidos metió la mano y nada sucedió.

Pero, desde que llegaron, toda actividad delincuencial se ha multiplicado, desde el robo de combustible, pasando por el cobro de piso, homicidios, desapariciones, hasta delitos de cuello blanco, no hay miembro activo de la presente administración que no haya multiplicado su patrimonio varias veces, a los ojos de todos y sin consecuencia alguna. Los remueven, como fue el caso de Santiago Nieto, pero al final no les pasa nada, la complicidad obliga al aplauso y al perdón.

Si todo lo antes narrado se detuviera justo ahí, pero no, al mismo tiempo de forma pública nos hemos enterado que desde la cúpula del poder existe una buena relación con la familia de uno de los capos más notorios en las últimas dos décadas, que cuando el hijo de este último fue detenido, extrañamente fue liberado, que en pleno trajín electoral los operadores de varios partidos políticos, pero principalmente del PRI fueron “levantados temporalmente” y ganó el partido oficialista, en todo el Pacífico, o sea, en donde la familia favorita ha sabido hacer negocios.

Pero no para ahí, de un mes a la fecha han aparecido de forma espontánea, algunas fotos y mensajes públicos que señalan a gobernadores y distinguidos actores políticos del oficialismo, recordándoles que no solo hay memoria sino pruebas de lo dicho, en redes sociales hay algunos mensajes de cuentas “no verificadas” pero que no dejan de ser extrañas, que le recuerdan a una secretaria de estado lo que invirtieron en campañas electorales, obvio de ella y de su grupo político, esos que tienen sus reales en los linderos del aeropuerto que nunca fue.

Es obvio, ha habido administración de crisis en medios y son notas que ya no han trascendido, pero ahí están. El grave problema de lo que parece que el actual grupo en el poder ha negociado, es que en futuras negociaciones “the bad guys” difícilmente van a aceptar menos.

En fin, al final como dijo el clásico todo es “política ficción” …

@DrThe

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