La Suprema Corte de Justicia de la Nación inició el 2022, con la recepción de una nueva Ministra. La reconocida abogada Loretta Ortiz Ahlf, se convirtió en la Décima Cuarta mujer integrante del Máximo Tribunal del país. Si bien es innegable que la designación de 14 mujeres ministras en 200 años de existencia de la Corte es un número muy bajo de participación femenina, también lo es que, hoy el Pleno de la Corte ha llegado al porcentaje más alto de su historia en este tipo de participación, pues se encuentran en activo 4 ministras de un total de 11 integrantes del Máximo Tribunal.

En la jerarquía del Poder Judicial Federal (PJF), la Suprema Corte de Justicia de la Nación, constituye el Máximo Tribunal del País, el Tribunal Constitucional de México. La fortaleza y autonomía del PJF, establecida en nuestra normatividad jurídica se sustenta en las calidades, cualidades y capacidades de quienes desempeñan la función jurisdiccional. Cualidades y capacidades de índole jurídico, profesional y ético, entre otras. Por tanto, ser designado para formar parte de tan selecto cuerpo colegiado, es motivo de gran honor y reconocimiento para el ministro(a) que tiene el privilegio de integrarlo.

Sin embargo, para las mujeres, llegar a la Suprema Corte no ha sido fácil. De 1815, fecha en que fue instalado el Primer Supremo Tribunal de Justicia para la América Mexicana, en Ario de Rosales Michoacán, tuvieron que pasar 146 años para que fuera designada una mujer como ministra de la Suprema Corte.

Fue hasta 1961, cuando el Presidente de la República, Adolfo López Mateos, propuso como Ministra Numeraria a María Cristina Salmorán de Tamayo, ilustre jurista Oaxaqueña quien con gran valentía, conocimiento y experiencia en la docencia y en la materia laboral, después de haber desarrollado una brillante trayectoria en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y de haber sido la primera mujer en presidirla, llegó a la Suprema Corte a integrar la entonces 4ª. Sala de la Corte, especializada en Derecho del Trabajo, en donde propuso y apoyó importantes e innovadores criterios.

No puedo dejar de mencionar que para Doña Ma. Cristina fue todo un reto ocupar dicho sitial, hasta entonces considerado exclusivo para varones. Derribó barreras de incredulidad hacia la capacidad de las mujeres, aportando conocimiento y experiencia en los asuntos sometidos a su consideración. Su preparación cultural y jurídica, su dedicación y empeño en el trabajo cotidiano, su gran fortaleza y decisión para superar situaciones de hostilidad, a veces hasta involuntaria por parte de sus compañeros, fueron sus mejores armas para abrir un camino antes inexistente para las mujeres.

Concluyó su encargo como ministra en 1986, después de ocuparlo durante 25 años, en los que hizo gala de su honestidad y profesionalismo. Hoy la biblioteca de la Corte lleva su nombre y el Comité Interinstitucional de Igualdad de Género reconoce la trayectoria de las mujeres juzgadoras tanto del Poder Judicial Federal, como de los Tribunales Federales y Locales autónomos y de los que pertenecen a los poderes judiciales de las Entidades Federativas, con el otorgamiento de la presea que lleva el nombre de esta emblemática jurista. Falleció el 1º. de febrero de 1993.

La michoacana, Livier Ayala Manzo, fue propuesta en abril de 1975 como Ministra Corte, desafortunadamente, al propio tiempo de su designación se le descubrió una enfermedad terminal, que solamente le permitió ocupar el cargo durante año y medio, pues falleció en octubre de 1976.

La 3ª. mujer en ser designada ministra de la Corte, en 1976, fue la Chiapaneca Gloria León Orantes, fue adscrita a la 3ª. Sala, entonces especializada en materia civil. Sus Secretarios de Estudio y Cuenta, el foro y sus pares, siempre la catalogaron como una jurista sobresaliente y un gran ser humano, que entregó su vida a la judicatura. Coincidió con Doña Ma. Cristina durante 8 años en el Pleno, razón por la que ambas son consideradas la punta de lanza en la judicatura, en donde desarrollaron una brillante participación. La Guardería de la Corte y la casa de la Cultura Jurídica de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, llevan su nombre. Falleció estando en activo en la Suprema Corte, en 1984.

Durante el período de gobierno del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado, la renovación de la Corte fue considerable. En esa época la integración del Máximo Tribunal era de 26 ministros, 21 numerarios y 5 supernumerarios. La jubilación por edad de casi la mitad de sus integrantes, propició un importante cambio. En ese período se nombraron a 5 ministras mujeres: Fausta Moreno Flores, Martha Chávez Padrón, Victoria Adato Green, Irma Cué Sarquís y Clementina Gil de Léster.

Cinco mujeres extraordinarias que tuvieron actuaciones sobresalientes desde que eran estudiantes de la carrera. Fueron pioneras en ocupar diversos cargos en la función pública, docencia, elección popular y la judicatura. Especializadas en diferentes materias, como Fiscal, agrario, penal, administrativo, civil y familiar, en las que sus aportaciones dejaron huella indeleble mediante obras escritas, artículos, conferencias, cátedras, resoluciones y sentencias.

La reforma constitucional de 1994, cambió la estructura de la Suprema Corte. Redujo el número de sus integrantes de 26 que tenía la anterior conformación a 11 ministros. El nombramiento es vitalicio, pero la duración en el cargo es por 15 años. De manera escalonada, cada tres años se previó la conclusión del cargo de dos ministros. Con el fallecimiento de algunos de ellos antes de la terminación de su mandato, este escalonamiento, hoy, tiene algunas variantes.

A partir de esta reestructuración del Máximo Tribunal del país han sido designadas: Olga Ma. del Carmen Sánchez Cordero, una servidora, Norma Lucía Piña Hernández, Yasmín Esquivel Mossa, Ana Margarita Ríos-Farjat y recientemente, Loretta Ortiz Ahlf. Tales nombramientos suman un total de 14.

Hoy se encuentran en activo 4 destacadas juristas, tanto de la academia, del foro y de la judicatura, lo cual constituye el porcentaje más alto de participación femenina en el Pleno de la Suprema Corte, pues corresponde al 36.36 por ciento; en tanto que, en la época en que hubo 5 ministras en activo, la conformación de la Corte era de 26 integrantes, participación que equivalía al 19.23 por ciento.

Estos porcentajes demuestran que estamos viviendo tiempos inusitados, inovadores. Aprovechemos la coyuntura hasta lograr que situaciones como estas pasen de la novedoso a lo cotidiano.

Insisto en que nos ha tocado recorrer un mejor tramo del sendero abierto por las mujeres pioneras que nos han precedido. La continuación de este legado constituye para las que vienen detrás, no solamente una brecha abierta, sino, un camino asfaltado y franco.

La autora es ministra en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

min.mblr@gmail.com

@margaritablunar

 

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