Les platico: fue invitado a disertar dos conferencias magistrales en la prestigiada Universidad de Navarra, en España. Compartió generosamente con alumnos de las carreras de ingeniería y con invitados de empresas y gobierno, sus experiencias a lo largo de su fructífera carrera.

Gustavo M. de la Garza Ortega es el presidente fundador de Marcatel Internacional, empresa global líder en el competido campo de la fibra óptica.

La fibra de Marcatel la da la vuelta varias veces al planeta y hace posible que cientos —si no es que miles-—de millones de personas tengamos acceso a la información de los principales medios de comunicación a nivel global.

DETONA y por ende Siempre estuvo presente en su periplo por España, en presencia de un destacado comunicador mexicano: Andrés Meza. De él es la siguiente reseña sobre una de las conferencias de Gustavo, quien fue invitado por los Reyes de España a departir con ellos en varios eventos.

Le acompañó en este viaje su inseparable Carmen, Bortoni de la Garza, y comparto hoy con los lectores de Siempre la interesante crónica de Andrés. ¡Olé!

 

Cajón de Sastre

“Felicidades Gustavo”, dice la irreverente de mi Gaby.

 

Contra viento y marea

 

Por Andrés Meza

 

San Sebastián, España. – “Carlos Slim me odia con odio jarocho porque fui el único que se le enfrentó y el único que le quitó clientela. Y me sigue odiando”, expresó el empresario regiomontano, Gustavo de la Garza, presidente y fundador de Marcatel Internacional, ante estudiantes de ingeniería, Campus San Sebastián, en la Universidad de Navarra.

A invitación expresa de las autoridades académicas de la Universidad de Navarra, de la Garza impartió la conferencia magistral “Contra Viento y Marea”, donde explicó, a través de anécdotas y lecciones de vida, las vicisitudes de su exitosa carrera empresarial y a los monstruos que enfrentó en México y el mundo.

“Carlos Slim, un señor muy poderoso en México, me atacó ferozmente, pero me defendí. Fui a todas las instancias legales, y todos me entendieron, pero no hicieron nada. Incluso, el presidente Felipe Calderón nos reunió a Slim, a su secretario de comunicaciones y a mí para solucionar el problema que teníamos, pero Slim, dueño de Telmex, dijo —con sarcasmo— que no estaba de humor. Y no se resolvió nada”.

“El gobierno mexicano no me ayudó. Además, se mandaron órdenes de aprehensión en contra de mi familia y, gracias al pitazo de un amigo, salimos oportunamente de México para resguardarnos en Estados Unidos por algunos años”, detalló, mientras los estudiantes estaban boquiabiertos con la narración del empresario regiomontano.

“Finalmente, solucioné el problema porque tenía acciones en una empresa norteamericana y, gracias a la presión antimonopolio de Estados Unidos, pude resolver el caso.

“Contraté a dos empresas extranjeras, una de Estados Unidos y otra de España, para luchar contra el monopolio Telmex. ¿Cómo le puedo hacer para cambiar las leyes en México?… Y se logró, se lograron bajar las tarifas telefónicas. Ahora sí, me dije, es tiempo de trabajar en México. Al día de hoy cubrimos con nuestra fibra óptica todo el planeta.

“Romper el monopolio Telmex no fue nada fácil. Con esto les quiero decir que todos los problemas tienen solución —sentenció—. Los problemas son como una lechuga, le vas quitando hoja por hoja, vas resolviendo, verás que al final no hay nada.

“A los 35 años perdí todo, se me vino el mundo encima, perdí hasta la casa, el rancho, el negocio que tenía, me cortaron el servicio de luz en mi casa, tampoco tenía agua. Caí en desgracia por casi dos años. Y como perdí mis carros, andaba en camiones, pero tenía una idea y sabía que tenía el carácter para salir adelante.

“Además, tuve que tapar 28 agujeros antes de salir a la superficie porque tenía 28 demandas mercantiles. Los banqueros apostaron a que no me levantaba; les hice perder sus apuestas. Resurgí”, exclamó de la Garza con orgullo.

“¿Qué se necesita para ser empresario? Saber vender, tener iniciativa, ser persuasivo y tener energía propia. Tengo 84 años y no me canso, el trabajo no cansa. Entonces, ahorita, a la edad que tienen ustedes sepan que pueden llegar a ser grandes señores y señoras”, alentó.

“Cuando nacemos recibimos talentos. Y no me refiero a saber tocar el piano. Me refiero al hecho de no haber nacido en Bangladesh, el no haber nacido en una familia atea, en tener la salud que tienen, o en el hecho de no tener algún problema físico.

“Me aterra que en el Juicio Final me pregunten, ¿qué hiciste con los talentos? Si Dios nos dio talentos, tenemos la obligación de exprimirlos. Yo no me canso. No me canso nunca.

“Los teólogos dicen que Dios tiene varios atributos en grado superlativo, uno de ellos es que es infinitamente bueno, infinitamente sabio e infinitamente justo. Cuando tenemos un problema muy grande lo que pasa es que no sabíamos la dimensión de nuestra capacidad, y es el momento de reconocer que la capacidad que tenemos es mayor de la que pensábamos. Tenemos un ser supremo que nos está cuidando, nos manda problemas para solucionarlos.

Ante los estudiantes de la universidad más internacional de las universidades españolas, de la Garza concluyó que el talento, el trabajo arduo, la innovación, la ayuda a la sociedad y el agradecimiento es la fórmula para crecer constantemente.

“Un día estuve como ustedes, escuchando a personas exitosas para aprender algo, porque sales de la universidad como un pajarito sale del nido. No me puedo dormir en mis laureles porque si lo hago, va a venir alguien a hacerlo por mí. No podemos quedarnos dormidos en los laureles porque el progreso no para”, concluyó.