Bien se dice que “el hombre es el único animal que se tropieza dos veces en la misma piedra”, frase que llega como anillo al dedo en el caso de las difíciles relaciones entre Rusia y Ucrania, crítica situación agudizada  por la intervención de Estados Unidos de América (EUA) y la Unión Europea, representadas en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza internacional de carácter político militar  cuyo objetivo es “garantizar la libertad y la seguridad de sus miembros a través de medios políticos y militares”, fundada por el Tratado de Washington el 4 de abril de 1949, cuando el mundo recién salía de la Segunda Guerra Mundial, otras condiciones y otros tiempos, lo que no valida lo que está sucediendo en el primer mes del año 2022.

En el intercambio de dimes y diretes entre las principales cabezas que “manosean” el conflicto, resalta los dichos del Kremlin mediante los cuales insiste en “que no quiere la guerra, pero continúa enviando tropas a la frontera ucraniana”. Muy bien, “si quieres la paz, prepara la guerra”. Del bando contrario, encabezado por EUA, en la Casa Blanca se insiste en disponer más sanciones contra la administración rusa de Vladimir Putin. Como se ha dicho en anterior ISAGOGE tal parece que los contendientes quieren demostrar quien gana, irresponsablemente, esta “competencia de fuerza”, como si fueran jefes de barriada. Ni Joe Biden ni Putin lo son, pero cómo se esfuerzan por parecerlo. De último momento, el martes 1 de febrero, en una declaración poco común, Vladimir Putin asegura que en la crisis ruso-ucraniana las demandas del Kremlin han sido ignoradas por el bloque occidental.

Para colmo, el sentimiento nacionalista agudiza el conflicto. Por ejemplo, el domingo 30 de enero, centenares de ucranianos se congregaron en la Plaza de la Independencia de Kiev en un mitin de agradecimiento a Occidente por su “Apoyo” a Ucrania ante la amenaza de Rusia. Con lábaros ucranianos, estadounidenses y de otros países occidentales, los nacionalistas convocados por la formación opositora Demokratichna  Sokira ( Hacha Democrática), expresaron su gratitud por el respaldo a la soberanía ucraniana. No solo eso, los convocados también  lanzaron consignas contra el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, al que consideran demasiado débil para enfrentar la amenaza de su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Por otra parte, la acumulación de pertrechos y de tropas rusas en la frontera de Ucrania, se ha reforzado con la llegada de bolsas de sangre y otros elementos médicos que les permitirían curar a heridos en probables combates, lo que se considera otras señales claras de la preparación militar de Moscú ante un posible despliegue en Ucrania, según fuentes de información del Tío Sam.

Los informantes —amparados por el anonimato—, aseguran que el envío de reservas de sangre —obviamente necesarias para curar heridos—, es una evidencia más de que el presidente Vladimir Putin no descarta la invasión militar. Al respecto, Ben Hodges, un teniente general estadounidense retirado, que ahora labora en el instituto de investigación del Centro para el Análisis de Política Europea, opina que “el suministro de sangre no garantiza que habrá ataques armados, pero nadie los llevaría a cabo sin estos suministros a la mano”.

En contra de estas suposiciones, Hanna Malyar, viceministra de Defensa de Ucrania, negó estas afirmaciones: “No es cierto, dijo. Tales versiones son un elemento de información y guerra psicológica. El propósito de estas es sembrar el pánico y el miedo en nuestra sociedad”. Otro más de los dimes y diretes.

Mientras el presidente Joe Biden telefónicamente informó, el jueves 27 de enero,  al presidente de Ucrania, Volodymer Zelenskiy que hay “una clara posibilidad”,  de que Rusia invada su país en febrero, pasados los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, a cuya inauguración piensa asistir el mandatario ruso, para estrechar sus relaciones con su homólogo chino, Xi Jinping, el domingo siguiente el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev aseguró que que su país no quiere una guerra con Ucrania y aseguró que Moscú no amenaza al país vecino, a pesar de que tiene más de 120 mil tropas desplegadas en la frontera y el Kremlin continúa enviando refuerzos. O, lo que es lo mismo, como dice el adagio latino atribuido al escritor Flavio Vegecio  Renato (ca.383 D.C-450 D.C.) Que en su libro Re Militari escribió: “Si vis pacem, para Bellum” (“Si quieres la paz , prepárate para la guerra”).

Pátrushev, ex jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) que se considera como uno de los hombres más próximo a Putin, agregó: “No queremos la guerra, no la necesitamos para nada”, ha manifestado que aquellos que pretenden imponer la guerra, sobre todo desde Occidente, se mueven por intereses egoístas. “Hoy dicen que Rusia amenaza a Ucrania —agrega—, lo que es un completo disparate. No hay ninguna amenaza…Pero altos cargos de EUA afirman que existe una amenaza y están dispuestos a pelear, suministrando armas, hasta el último ucraniano, no les preocupa si hay o no bajas en dada uno de los bandos”.

Cierto o no, los avisos de una guerra inminente (ojalá nunca estallara), Rusia sigue con su proceso de concentración de tropas en la frontera oriental de Ucrania, donde se encuentran las dos provincias separatistas prorrusas Donetsk y Luhansk, y continúa también enviando tropas y tanques para tareas de simulacro militar en Bielorrusia —aliado de Moscú—, que hace frontera con Ucrania, del 10 al 20 de febrero.

Al paso de las horas la tensión sube no solo en la zona territorial donde podrían desarrollarse probables enfrentamientos armados, si no también en las instalaciones del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en la ciudad y puerto de Nueva York, a orillas del Río Este. El último día del mes de enero del año en curso, el Consejo llevó a cabo una votación de 10 sobre 15 a favor de una reunión en la propia sede del organismo para discutir el tema del envío de más de cien mil tropas rusas a Ucrania.

El embajador ruso enviado a Nueva York fracasó en lograr la anulación de la reunión de emergencia después de un voto de procedimiento. Con diez votos a favor, los trabajos se iniciaron de inmediato. Así, Vassily Nebenzia, el embajador de Moscú, acusó a Occidente de “provocar tensiones” en torno a Ucrania y aseguró que Washington indigna a la comunidad internacional con acusaciones infundadas.

En su turno,  la embajadora estadounidense en la ONU, Linda Thomas-Greenfield,  recalcó que el despliegue de más cien mil soldados rusos a la frontera Este de Ucrania justificaba un debate púbico en la sede de Naciones Unidas  porque este dispositivo militar “amenaza la seguridad del planeta”.

Asimismo, Vsssily Nebenzia y su homólogo de Bielorrusia, Valentín Rybakov, sostuvieron que se trata de “ejercicios militares conjuntos” que se desarrollaban en el mes de febrero. “Tenemos adiestramientos regulares con Bielorrusia” como en territorio ruso, declaró por su parte el embajador ruso ante los medios de comunicación.

El último lunes de enero, por su parte, mediante un comunicado el presidente Joe Biden llamó la atención sobre este tema: “Si Rusia se aparte de la diplomacia y ataca Ucrania será la que tenga la responsabilidad y sufrirá las consecuencias rápidas y severas”.

Y Sergiy Kyslytsya, el representa diplomático ucraniano, en tono mesurado, pidió que su país no “sea intimidado” por esos movimientos militares , “la prioridad es de llegar a un cese el fuego en la región de Donbass, al este de Ucrania, teatro de los enfrentamientos con los separatistas ucranianos apoyados por Moscú.

En fin, el Consejo de Seguridad de la ONU, nuevamente discutirá la crisis ucraniana el próximo jueves 17 del mes en curso, después de una reunión regular dedicada a los acuerdos de Minsk para pacificar Donbass. El encuentro en la sede del organismo mundial permitió iniciar una semana de varias acciones diplomáticas de alto nivel.

Después de varias semanas de estira y afloja, la secretaria para Asuntos Políticos de la ONU, la diplomática de origen estadounidense, Rosemary DiCarlo, replicando el posicionamiento del secretario general, el portugués Antonio Guterres, convocó a ambas partes a mantener el diálogo, pues es la única vía para evitar un conflicto armado que podría convertirse en una conflagración mundial.

DiCarlo alertó que, más allá de las disputas, aún hay un riesgo real por la “peligrosa acumulación militar en el corazón de Europa”, y es que ambas regiones han incrementado el alistamiento de soldados, pues por un lado confirmó que en laz frontera entre Rusia y Ucrania el primer gobierno ya desplegó más de cien mil efectivos, en tanto que el respaldado por la OTAN cuenta con reforzamiento militar, por lo que no descartan poner en marcha hasta 40,000 Fuerzas Armadas, por lo menos 8,500 procedentes de la Unión Americana, en caso de ser necesario.

Por lo mismo, DiCarlo clamó por enfocar todos los esfuerzos para evitar cualquier tipo de enfrentamiento o conflicto armado, como lo hacen otros países, refiriéndose a Alemania y Francia cuyos dirigentes tratan de revivir el formato de Normandía, proceso en el que el presidente Emmanuel Macron, dialogó por vía telefónica por segunda ocasión con Vladimir Putin en torno a la crisis, plática que consideraron como un “avance positivo”, aunque. ninguno de los dos proporcionó mayores detalles.

Last, but not least (al final, pero no menos importante), la conocida frase útil para muchas ocasiones y circunstancias, debe reconocerse, en medio de esta polémica, que Ucrania ha insistido en mantener el diálogo, pues a semejanza de la ONU considera que es la única salida a los diferendos, así como el retiro inmediato de decenas de tropas que asedian su territorio. Y advirtió que no se quedará de brazos cruzados, pues no permitirá que aumente la presión del Kremlin.

Como breviario cultural, hay que decir que el latinajo Si vis pacem, para bellum, que algunos escritores atribuyen a Julio César, y se traduce “Si quieres la paz, prepara la guerra”, sirvió también para bautizar la conocida pistola alemana que popularmente se conoce como Luger o Parabellum, que se empezó a fabricar desde el año 1900 por armeros germanos. El ejército alemán la usó tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial. Y hasta la fecha es arma que usan tanto cuerpos policiacos como la delincuencia: con una antigüedad de 122 años. Cosas del ser humano (?). VALE.

 

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