La voz humana es producto del proceso de evolución, algunas de las especies de primates más cercanos a nosotros como los chimpancés, los gorilas y los orangutanes, para comunicarse emiten sonidos guturales que nos parecen gruñidos –ésta idea proviene del hecho de que cuando los imitamos solemos recurrir al forzamiento de nuestras cuerdas vocales obteniendo un “gruñido”-, sin embargo los Etólogos desde hace décadas han logrado identificar las modulaciones que los grandes primates emplean para comunicarse, socializar, protegerse, atacar, etc. Sus formas de comunicarse son tan eficientes que han logrado constituirse en agrupaciones semejantes a tribus, en las cuales existen jerarquías y autoridad. No obstante carecen de un lenguaje articulado que les permita establecer niveles de abstracción más allá de lo inmediato y concreto.
La voz humana ha adquirido múltiples funciones dentro del espectro de las posibilidades de la comunicación. Ha desempeñado un papel predominante para el desarrollo de los diferentes lenguajes y del pensamiento, sin embargo este artículo no pretende abordar la lingüística aplicada u otras áreas fundamentales del estudio del lenguaje, es la voz humana la que puede por sí misma transmitir y cifrar mensajes muy variados.
La voz puede articular símbolos en forma de palabras, cada palabra es el referente a algo que existe concreta o virtualmente, incluso pueden coexistir ambas formas en el desdoblamiento del significado de las palabras dependiendo de cómo la voz las emita. Un ejemplo muy claro son las groserías que pueden ser usadas a modo de insulto y agresión o en forma de camaradería y cariño. Pensemos en “cabrón” e intentemos imaginar a la voz usando la vibración de las cuerdas vocales en modo grave, elevado y luego intentemos ubicar la misma palabra mediante la vibración aguda y suave de las cuerdas vocales. Los millones de palabras que existen pueden adquirir diversos significados a partir de las fluctuaciones de la voz.
La entonación es la manifestación de las ondas sonoras que la voz emplea para vibrar y dotar a los mensajes del significado deseado, así la voz puede crear música cantando o puede violentar insultando, puede generar sensaciones de calma y relajación o detonar todos los mecanismos de estrés de un estado de alarma. No es lo que “DICE” la voz, es “CÓMO LO DICE”, cómo las ondas vibratorias, que forman su sonido, impactan a quien escucha.
El Físico y músico alemán del siglo XVIII Ernst Chladni es conocido como pionero de la acústica (la ciencia del sonido), demostró a través de un experimento con arena fina cómo las ondas del sonido producido por diferentes instrumentos de cuerda musicales creaban intrincados patrones geométricos (figuras Chladni) pues generaban cambios en la organización de la materia, las frecuencias vibratorias producen cambios de patrones en aquello que impactan o chocan, Chladni encontró conexión entre el sonido, las vibraciones y la realidad física.
Las cuerdas vocales son una forma de instrumento musical parecido a la familia de las cuerdas (violín, arpa, chelo, guitarra, etc. incluso el piano tiene cuerdas) que tiene diversas entonaciones que producen efectos concordantes o discordantes independientemente del contenido racional del mensaje. El sonido puede alterar la forma mediante diferentes frecuencias que producen diferentes resultados, existiendo sonidos que realmente crean y mantienen determinadas estructuras o bien hacen lo contrario.
Existe evidencia histórica acerca del cuidado que existía en algunas religiones para pronunciar los textos sagrados, para cantar silabas sagradas e inducir determinados estados de la conciencia y facilitar la meditación, la tradición de las canciones de cuna que permanecen gravadas en el inconsciente incluso antes de aprender a hablar cuando se han escuchado constantemente; la voz carente de mensajes racionales ha sido capaz de inducir cambios en la conducta y facilitar un contacto íntimo entre las personas.
Corren tiempos difíciles para los discursos racionales que han quedado corrompidos por la falta de coherencia de sus contenidos con la realidad, hay una gran discordancia entre lo que dicen y lo que hacen sentir, se han vaciado de sentido, por contraste hay música que se encuentra vacía de contenido “inteligente” pero hace vibrar literalmente a la gente, música que repite machaconamente palabras sin sentido que producen vibraciones que aglutinan. Nos guste o no el ritmo, la entonación, la cadencia de ciertas voces termina por generar cambios en los estados de humor y en la conducta.
Considero que más allá de juzgar contenidos podemos intentar comprender como las toneladas de palabras racionales han ocultado la importancia y la fuerza de la voz humana vibrando en determinadas frecuencias consiguiendo efectos hipnóticos.
Ahora imaginemos algo excepcional: voces armoniosas que porten mensajes éticos, empáticos y estaremos en camino de transformar la realidad a través de la palabra, tal y como los conjuros de magia, la poesía, los cantos y las oraciones prometieron alguna vez.
La autora es dra. en Psicología Hospital Juárez de México.

