La semana pasada hablamos de las características de Vladimir Putin como estratega militar, bueno los hechos se han encargado de mostrarnos la real cara del inquilino del Gran Palacio del Kremlin, es sin duda, un pobre y limitado militar, con una visión de corto alcance que al verse acorralado dobla su apuesta y amenaza con un mayor daño.

Y en estos momentos de incertidumbre y confusión las noticias falsas en torno a la invasión de Rusia a Ucrania abundan, Rusia sencillamente dice lo que quiere y más le conviene, por ejemplo, habla de bajas, pero no informa de cuántas, cuándo y en dónde, ni hablar de la manipulación que hace mediante la radio y televisión del Estado.

La responsabilidad de informar y comunicar, sin duda, recae en los medios, pero ante el maremágnum de historias falsas, parciales o incluso ante mentiras evidentes generadas desde el Kremlin, tenemos que agudizar nuestra capacidad de análisis, comprobación y difusión.

Esta semana, por ejemplo, el Pentágono estadounidense informó que la fuerza militar rusa aún no se ha movilizado en su totalidad y que se desconoce su real capacidad… “ignoramos cuántos soldados, equipo de tierra, aire y marítimo tienen, pero debemos evitar menospreciar de la capacidad de Rusia”.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos, en voz de uno de sus altos mandos, John Kirby, fue más allá en el riesgo existente… “no nos equivoquemos, Putin, aún tiene a su disposición un poder de combate significativo, todavía no lo ha trasladado todo a Ucrania”. Y es que, de acuerdo con el Gobierno estadounidense, el Kremlin tiene movilizados más de 200 mil soldados que ingresan desde diversas zonas con la idea firme de apropiarse de la mejor forma y lo antes posible de todo el territorio, que afirman siempre ha sido suyo.

Informes del Pentágono señalan que la resistencia de los ucranianos ha logrado retrasar “unos días” los planes de Putin, quien por estas alturas ya esperaba controlar la capital, Kiev, pero subrayó que no hay que dar por vencida a Rusia y es que no sólo han experimentado una resistencia firme y decidida por parte de los ucranianos sino también sus propios problemas de logística, pero no por ello debemos asumir” que los rusos van a permanecer rezagados”.

Cabe resaltar que en días pasados el presidente Putin puso en alerta a sus fuerzas nucleares, un anuncio que ha sido calificado por el mundo innecesario, pero descartarlo, bien puede ser un error, un muy lamentable error.

Desde la invasión a Crimea, los rusos han mantenido presencia en Ucrania y desde ahí, precisamente organizaron y desplegaron esta acción militar, que con el paso de los días y el conocimiento de los hechos ha sumado un mayor repudio internacional.

Quiero evitar caer en la tentación de pronosticar o presumir sobre el futuro de esta acción militar, sólo busco detenerme en algunos momentos tristes, todos por cierto, de esta acción anunciada desde año años, pero que muchos pensamos no se daría por los altos costos en vidas y el amplio abanico de afectaciones que se generarían.

Los hechos mismos marcan el rumbo de esta guerra, hace unos días Putin convocó al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, a una reunión pública y les ordenó “transferir las fuerzas de disuasión”, una referencia a las armas nucleares “del ejército ruso a un modo especial de combate”.

La amenaza nuclear tomó forma, pero también es cierto que abrió espacio para la confusión y es que sus palabras confundieron a los expertos nucleares y varios ministerios de defensa que no reconocieron las implicaciones concretas de la expresión “modo especial de combate”, sin embargo, hubo acuerdo generalizado sobre una amenaza nuclear que, sin duda, escala y preocupa aún más sobre el futuro de esta acción bélica.

Pavel Podvig, considerado mundialmente como un experto en fuerzas nucleares rusas, publicó en redes sociales sobre esta peligrosa amenaza del Kremlin…”el sistema de mando y control nuclear recibió lo que se conoce como una orden preliminar, lo que viene a ser una activación primaria de este sistema”.

Pero quiero ir un paso más allá, después de platicar con una fuente del Pentágono me comentó que lo ordenado por Putin también puede implicar cambios operativos no vistos, el envío de más submarinos con armamento nuclear al mar o la dispersión de misiles nucleares de largo alcance alrededor del territorio ruso, desde donde teóricamente podrían ser utilizados.

El presidente ruso, me comentó mi entrevistado que pidió el anonimato, no actúa a la ligera y de forma deliberada, lanzó este mensaje nuclear tan ambiguo y en un momento como el actual, la claridad en las palabras y las acciones es y sobre todo, debe ser, definitiva y es claro que el mandatario lo sabe.

A lo largo de la semana, el Kremlin se ha encargado de asegurar que las declaraciones presidenciales eran principalmente una forma de diplomacia de alto riesgo y que en desarrollo de la avanzada militar y las reacciones mundiales, se produjo esta respuesta que claramente debe ser entendida como una clara advertencia para el occidente. Y con esto, vemos espacio para una media verdad, un exceso declarativo, no como una real y cierta amenaza. Bueno, esto es mi mejor deseo. Veremos qué pasa en los próximos días y sí, Putin sigue alentando el temor, el rechazo mundial y el terror.

@lalocampos03