Sobre el escritorio del Fiscal General de Estados Unidos, Merrick B. Garland, se amontonan muchos asuntos urgentes en estos días: establecer una fuerza de tarea para investigar a oligarcas rusos conectados con Vladimir Putin; darle prioridad al terrorismo doméstico y establecer una unidad especializada sobre el tema en su área; construir un caso sólido en contra de Donald Trump por los sucesos del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 tras recibir el argumento del Congreso de qué hay un potencial caso criminal contra el ex presidente; continuar las acusaciones y juicios en contra de extremistas de derecha que conspiraron en el asalto al Capitolio, y otros temas más.

Por si le faltara chamba, alguna nota informativa de un asistente le habrá dado ya a conocer que su contraparte en México, el Fiscal General de la Nación Alejandro Getz Manero, fue captado en audios explicando al detalle la manera en que él mismo cometió varios delitos en un caso en que, desde su puesto, promueve el acoso judicial a su familia política: Gertz incluso dijo en esos audios que tenía controlados y de su parte a varios ministros de la Suprema Corte para que no le otorguen un amparo a su cuñada presa.

Esa ha sido la nota fuerte en México desde hace días, sazonada con declaraciones del Presidente López Obrador que dan a entender que avala la conducta del Fiscal Gertz, quien ocupa la titularidad de una Fiscalía supuestamente “autónoma”, cosa que en México nadie se toma en serio.

Un dolor de cabeza más al sur de la frontera, habrá pensado Garland al ver la nota. Recordará, además, su viaje a México en octubre del 2021, en el cual acompañó a Anthony Blinken, Secretario de Estado, y Alejandro Mayorkas, Secretario del Interior, en una visita para sellar el arranque de un Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad entre México y Estados Unidos y en cuya conclusión se dijeron palabras importantes.

Al Diálogo asistieron funcionarios mexicanos como Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, Adán Augusto López, Secretario de Gobernación, e Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad Pública. La Fiscalía General de la Nación envió a un representante a la reunión.

Al entusiasmo del anuncio de una nueva era en la relación bilateral y en el combate a la delincuencia organizada, la violencia y el tráfico de armas, se sumó brevemente el Fiscal Garland al decir lo siguiente:

“Es un honor estar aquí y poder analizar las maneras en que nuestros dos países pueden continuar trabajando juntos, intensificar la forma en la que colaboramos y brindar seguridad a todos los ciudadanos en nuestros dos países.  El Departamento de Justicia de Estados Unidos ofrece su firme respaldo a este diálogo y a este marco. La mejor muestra que puedo ofrecer al respecto es que este es mi primer viaje fuera de Estados Unidos desde que asumí el cargo de Fiscal General, lo cual refleja el grado de importancia que el Departamento de Justicia y Estados Unidos otorgan a este diálogo”.

Por su parte, el Secretario Blinken añadió con énfasis que “tenemos que asumir un compromiso absoluto con esta lucha y un compromiso total con nuestra colaboración, puesto que estos los desafíos que México y Estados Unidos sólo podrán resolver si trabajan codo a codo como socios con una responsabilidad compartida”.

Todo esto se dijo el 8 de octubre del 2021. Apenas cinco meses después y en medio de una guerra de invasión de Rusia contra Ucrania que pone en jaque a Europa y al mundo entero, cuando los demócratas enfrentan la perspectiva de unas elecciones intermedias complicadas en noviembre, y el Presidente Biden enfrenta bajos niveles de aprobación y la inflación golpea a los bolsillos de los norteamericanos; en medio de todo eso, reitero, le llevan sus asistentes a Blinken y Garland la novedad de que una de las piezas clave de lo pactado en octubre con los mexicanos (nada menos que el Fiscal General mexicano), puso su integridad en entredicho.

No contaban con esto los norteamericanos y no tienen tiempo ni ánimo para este problema. ¿”Codo a codo”, Sr. Blinken con Gertz Manero? ¿Se mantiene, Sr. Garland, su “firme respaldo a este diálogo” después de las revelaciones sobre su homólogo mexicano? ¿Sostiene su confianza, Sr. Garland, para seguir trabajando con Gertz Manero en los asuntos de seguridad más delicados entre México y Estados Unidos?

Aunque no le pase nada en México al Fiscal Gertz Manero al contar con el respaldo presidencial y ni el Congreso ni el Senado lo investiguen, mucho menos algún juez federal o la Suprema Corte, el daño que su pérdida de credibilidad personal le hace a la relación bilateral entre México y Estados Unidos es enorme y sucede en un momento de los más inoportuno en el escenario internacional.

Otro dolor de cabeza al sur de la frontera, Sr. Garland: ¿qué va a hacer ahora el Departamento de Justicia?

Rogelio.rios60@gmail.com

El autor es periodista e internacionalista.