Unas más, otras menos, todas las guerras tienen sus puntos negros. La tremebunda invasión del Ejército ruso en Ucrania ordenada por Vladimir Vladimirovich Putin (San Petersburgo, 7 de octubre de 1952), el actual “todopoderoso” presidente de Rusia, que desde 1999 tiene en sus manos el poder del país más extenso del planeta, no podía ser la excepción. Sobre todo porque el ejército ruso es más poderoso que el ucraniano. Sin embargo, después de casi 50 días de iniciada esta brutal guerra, las tropas de Putin no han logrado humillar y vencer al “enemigo” como presumió el antiguo espía soviético. Y para colmo, sin tomar Kiev, la capital ucrania, la retirada este fin de semana de las tropas rusas de Bucha. —muy cerca de aquella—, dejó un reguero de cadáveres en las calles, en casas y departamentos, casi todos civiles (muchos con las manos atadas a la espalda y con el tiro de gracia en la nuca: las fotos son impresionantes), que dan un saldo brutal: 480, de acuerdo con la Fiscalía General de Ucrania. En las afueras de Bucha se localizó una fosa común con 280 cuerpos humanos.

Desde el fin de semana anterior, la humanidad incorporó el nombre de otra ciudad que formará parte del mapa global de los horrores bélicos contra la población civil. Bucha se anexa a la lista de otras ciudades mártires, víctimas de la sevicia humana, y Putin podría un día ser enjuiciado por genocidio, como otro brutal criminal de guerra, que aunque parezca increíble tiene defensores en periódicos y círculos políticos extranjeros  que abogan por la inocencia del mandatario ruso.  En México, hay periodistas a las órdenes de la 4T, que se rasgan las vestiduras por las causas que adopta el presidente López Obrador. Y pese a su verborrea a favor de la “neutralidad”, el hecho es que AMLO está afiliado con los “dictadores de izquierda” en Hispanoamérica, y ahora con el mandatario de Moscú, por eso los diputados de Morena formalizaron su grupo de amistad con Rusia. Haciendo a un lado que el mandatario ruso fue el que ordenó a sus tropas invadir Ucrania. ¿O acaso esta guerra empezó de otra forma?

La historia no borra de su memoria la masacre de Srebrenica, durante la guerra de Bosnia, en julio de 1995, cuando 8,000 personas de etnia bosnia musulmana fueron asesinados por fuerzas serbias bosnias, además que desaparecieron alrededor de otras 14,000 personas; tampoco la masacre de Katyn y otros lugares, en abril de 1940, cuando la policía secreta rusa —la NKVD—, bajo las órdenes de José Stalin, ejecutaron a 22,000 personas incluyendo oficiales del ejército polaco, políticos y artistas y sus cuerpos enterrados en tumbas comunes; ni el criminal bombardeo de Guernica el 26 de abril de 1937 por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, cómplices del bando sublevado contra el gobierno de la Segunda República  Española; hubo 654 muertos y 889 heridos, testificados por reporteros internacionales); ni tampoco Nyamata, Ruanda (llamado el Mauthaussen africano, donde la barbarie de los seres humanos sacrificó a más de cinco mil personas en abril de l994); ni el genocidio camboyano, que significó la matanza de entre 1.5 y 3 millones de camboyanos (entre 1975 y 1979) por parte de los Jemeres Rojos que gobernaron la llamada Kampuchea Democrática (Camboya) con una concepción extremista de la izquierda radical. Ahora, el ejército ruso deja atrás en Ucrania un catálogo de crímenes de lesa humanidad, documentados por los medios de comunicación internacionales que revelan su brutalidad, frustración y sensación total de impunidad. La lista podría abaratarse, pero con lo enunciado basta. Ahora, aparece Bucha, inscrita con sangre.

Las terribles imágenes desataron el clamor mundial, lo sucedido en Bucha se suma a otras ciudades martirizadas en Ucrania, como Járkiv (el segundo centro urbano del país) y Mariúpol, el estratégico puerto donde los constantes bombardeos rusos impiden evacuar a más de 150,000 habitantes atrapados desde hacen más de tres semanas sin luz eléctrica ni calefacción, y apenas agua y comida.

Lo sucedido en Bucha, dice Alberto Rojas, corresponsal del diario español La Razón en Leópolis, “es una práctica ya vista antes en el ejército ruso desplegado en Chechenia en los años 1999 y 2000, conocida como “zachisti” (“limpieza”), es decir, matar a todo varón en edad de empuñar un araña aunque no pertenezca a ninguna milicia”…”Las tropas de la “Z” han matado animales de granja y todo perro o gato que han encontrado como si fuera un macabro  tiro al blanco. Las imágenes de pastores alemanes, labradores y mastines abatidos hablan por si solas. Es la tierra quemada rusa en la llamada “carretera de la muerte”, como la designan lo ucranianos. Si no pueden controlar un territorio, que no quede nada”…”Las mujeres tampoco se salvaron. Múltiples testigos aseguran qué hay cadáveres de mujeres desnudas por toda la ruta de la muerte”…”Todos estos asesinatos civiles conviven con los cuerpos de muchos de sus ejecutores, también muertos y carbonizados por los ataques ucranianos para liberar las ciudades, algunos de ellos a la intemperie desde que comenzó la supuesta “operación militar especial”, en la tóxica denominación del  Kremlin, sin que sus compañeros hicieran nada por recogerlos y enterrarlos”…”Human Rights Watch ha documentado muchos casos de violaciones de las leyes de la guerra por parte del ejército ruso en las áreas de Chernigov, Jarkov y la región de Kiev…”Los casos documentan una inexplicable y deliberada crueldad contra los civiles por parte de las fuerzas armadas rusas, que deben ser investigados como crímenes de guerra”, termina el comunicado de la organización”.

En desesperado intento por imponer su propaganda, Moscú y sus portales internacionales de noticias, como RT o Sputnik, aseguran que los soldados rusos no son los autores de la masacre, sino que fue obra de “ucranianos radicales que luego montaron el escenario”. Asimismo, el canciller ruso Serguei Lavrorv, calificó la “presunta ejecución de civiles en Bucha” de “montaje” e insistió en que las imágenes divulgadas por el gobierno ucraniano y que circulan en los medios internacionales son “otro ataque con noticias falsas”.

Además, el embajador ruso adjunto en la ONU, Dimitri Polianski, pecando de listo lanzó una contraofensiva diplomática y convocó también una reunión urgente del Consejo de Seguridad, para “vender su versión”. Maniobras truculentas que, después de un mes que el mundo observa la destrucción de un país que se defiende del abusivo agresor, hasta con las uñas, todo por el capricho imperialista del ensoberbecido presidente Putin, son un un insulto a la inteligencia y nadie en su sano juicio puedes dar crédito a tales infundios, excepto los incondicionales servidores del Kremlin.

Aunque el descubrimiento de cadáveres en Bucha ha provocado fuerte reacción internacional en contra de Rusia, el conflicto en Ucrania está lejos de llegar a su conclusión, por lo que el propio Serguei Lavrorv dice que insistirá para que se convoque a una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, pues la representación de la Gran Bretaña, que por el momento ejerce la presidencia en turno, no la ha querido convocar. El secretario de Relaciones Exteriores de Rusia, al reunirse con Martín Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, manifestó: “Hemos solicitado la reunión urgente porque interpretamos esas provocaciones como una amenaza directa a la paz y la seguridad internacionales”.

En el juego de echarse la culpa entre los miembros de la Unión Europea, la OTAN, Rusia y EUA, cuyo presidente, Joe Biden, exige que se instale un tribunal sobre Ucrania, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova, zanjó en la cuestión:  “Biden pide jun juicio por crímenes de guerra. ¡Gran idea! Que empiecen con el bombardeo de Yugoslavia y la ocupación de Irak, también podemos encontrar a los principales directores de Srebrenica. Y, por supuesto, el tráfico de órganos humanos en Kosovo bajo la cobertura de funcionarios estadounidenses. En cuanto terminen, se puede investigar el bombardeo nuclear de Japón”.

Además,  Zarajova denunció que pese a la falta de dictámenes de expertos o cualquier  otra información sobre  Bucha, Occidente “ya está listo para culpar de todo a Rusia”. Sin duda, Moscú la cuna de los inocentes. Como dijo la portavoz rusa: ¡Gran idea! A lo que se llega en el manoseo de la ONU, la “casa de cristal” donde se realizan las “batallas de papel”, dijera el inolvidable español Ovidio Gondi, el gran cronista internacional.

Por su parte, en rueda de prensa, el juvenil vocero del Departamento de Estado de EUA, Edward (Ned) Price (Dallas, Texas, 22 de noviembre de l982), informó que un equipo estadounidense de fiscales y expertos está respaldando a la unidad de crímenes de guerra de la Fiscalía General de Ucrania en la recopilación de pruebas que permitan llevar a Rusia ante los tribunales.

Price afirmó que EUA cuenta con “informes creíbles” de torturas, violaciones y ejecuciones contra civiles supuestamente perpetradas en zonas dominadas por los batallones rusos, y condenó la “negación desvergonzada” hecha por Moscú de estos hechos, que asegura se trata de un “montaje” para culpar a Rusia.

En tanto, la Casa Blanca no tiene una estrategia definidas sobre cómo podría llevar a Rusia y a su Presidente ante un tribunal internacional, por lo que pretende consultar con sus aliados de la UE y de la OTAN si acudir a la Corte Penal Internacional (CPI) es la mejor opción. En fin, a pesar de la insistencia por juzgar los “crímenes de guerra”, tanto Biden como Price evitaron el lunes 4 de abril usar el término “genocidio”, que el mandatario ucraniano, Volodimer Zelenski, sí ha utilizado para referirse a Bucha. Por cierto, en su presentación por Internet en el Consejo de Seguridad, Zelenski dijo: “El derecho de veto —refiriéndose a Rusia en dicho consejo—, no concede el derecho a matar”.

A estas alturas del conflicto, Alexander Motyl, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey, EUA, fundada en 1766), que cuenta con más de 50 mil estudiantes matriculados, publicó un análisis del conflicto cuya síntesis presenta  conclusiones interesantes que a continuación citamos:

—¿La extensión de la guerra juega a favor de Putin?

—El tiempo juega en contra de V. Putin. Primero, todos en Rusia esperaban que la guerra terminara rápidamente. Cuanto más tarde, mayor será el cuestionamiento de la estrategia del mandatario ruso. Segundo, cuanto más dure el conflicto, mayor será el número de muertos rusos y de soldados que regresan a casa y que le dirán a gente cómo son realmente las condiciones. Terceros, si la guerra se prolonga habrá un mayor daño económico, y el malestar de los élites rusas y del pueblo crecerá. Ucrania, por el contrario, ya experimenta lo peor, si exceptuamos lo que podría ser un posible ataque nuclear o químico. Y los ucranianos no pueden retirarse, ya que su supervivencia está literalmente en juego.

—¿Cuál debería ser el enfoque de Ucrania en las conversaciones de paz con Rusia?

—Ucrania debe insistir en una retirada de las tropas rusas. Correctamente, Zelenski ha dicho que la cuestión de Crimea y Donbás se puede tratar por separado. El problema es que Moscú no está dispuesta a abandonar los territorios que ha capturado, lo que significa que, al final, las condiciones en el campo de batalla probablemente decidirán qué tipo de paz o alto el fuego se acordará.

—¿Hay compromisos de ambos bandos por un acuerdo de cese de hostilidades en las negociaciones?

—La retórica rusa ha cambiado en las últimas dos semanas, y ya no lanza los mismos ultimátums que antes. Eso se considera un progreso. Sin embargo, como los rusos siempre mienten, no está claro qué significa este cambio de retórica. Es posible que sea sólo un intento de crear la ilusión de la voluntad de buscar la paz.

—¿Ha cambiado el Kremlin su estrategia respecto a Kiev?

—Las tropas rusas están siendo desplazadas a Donbás, donde intentarán una gran ofensiva para capturar todas las regiones de Lugansk y Donetsk, y posiblemente rodear al ejército ucraniano y atacar a Kiev desde el este. Las Fuerzas Armadas de Ucrania están preparadas y deberían apoderarse detener el asalto ruso. Sabremos con seguridad que será a lol largo de este mes.

Como colofón de todas las contingencias del conflicto, y ante la abundante evidencia en torno a la brutalidad cometida contra cientos de civiles ucranianos, Alemania, Francia y Lituania continuaron las expulsiones de diplomáticos rusos de sus respectivos territorios. Con estas acciones no coordinadas, Rusia prepara una respuesta similar, pues advierte que no permitirá que persista la campaña “rusofóbica”. El asunto va para largo. VALE.