De Pável Granados es Mi novia la tristeza, libro sobre Agustín Lara y sus musas, texto que, por cierto, tenía Juan Gabriel en su mesa de noche cuando murió, pues ya estaba apalabrado con Pável que escribiera la biografía del artista de Juárez. Tiene otro sobre Joan Sebastián. Ahora, Pável, director de la Fonoteca Nacional, nos hace llegar la vida y milagros de José Agustín Ramírez, autor de Acapulqueña, Caleta y de la archicélebre sanmarqueña.

 

El otro José Agustín

El escritor José Agustín renunció al apellido de su padre para que no lo confundieran con su famoso tío, en este libro el Premio Nacional de Letras de 2011 escribe el prólogo y lo firma con su nombre completo de Ramírez Gómez. La razón de que omitiera el Ramírez la supe siempre, pero hasta hoy me entero que el Gómez de su mamá es Gómez Maganda, y que, entonces, es sobrino del que fue gobernador de Guerrero Alejandro Gómez Maganda y primo, por tanto, de Alejandra, que sucedió en el título de “Reina de la Universidad Femenina” a mi hermana Magdalena. Su prólogo se titula “El diamante azul”, que es como designa el compositor a Acapulco. Aunque me siguen impresionando por su frescura y alegre desparpajo sus primeras obras, como La tumba y De perfil, hay que mencionar que Se está haciendo tarde (final en laguna) es un recorrido y su homenaje a Acapulco.

Curioso que es Pável investiga la vida no sólo del compositor, sino de toda la familia y ahí nos enteramos que otro tío de Agustín, Alfonso, es el fundador de la Universidad Autónoma de Guerrero. No estoy segura, pero creo haber oído que el padre del escritor era piloto aviador, aquí sólo aparece rescatando en discos las composiciones de su hermano. De paso, Pável Granados incursiona en la bohemia de otros tiempos con personajes legendarios como Guty Cárdenas y Ernesto Cortázar, a quien le he dicho varias veces que le debería dedicar otro libro.

Por los caminos de José Agustín Ramírez viene acompañado con un disco remasterizado con las principales canciones del guerrerense, de las cuales la que me impactó más fue “Mariquita” que solía cantar mi padre: “Mariquita se llamaba la que me lavó el pañuelo …/ lo lavó con vino blanco y lo ensahumó con romero/ Mariquita ya no quiere lavarme ese pañuelito …/ y ahora está lava que lava los pañales del chiquito”.  Como sucede con las obras que van camino de dominio público, mi padre cambiaba la letra por “lo lavó con vino blanco y lo enjuagó con romero”. Lo del vino blanco y el romero, me sugerían erróneamente que este son guerrerense era una canción española. Recuerdo, eso sí, que me causaba alegría que la Mariquita no hubiera abandonado a su enamorado, cuando aparecían los versos de los pañales.

No sobra añadir que el mismo José Agustín, que las prodiga en sus novelas, aclara que La sammarqueña original, no dice “leperadas” como las tantas versiones que todos hemos oído. Cito una falsa: “San Marcos tiene la fama,/ de las mujeres bonitas:/ Acapulco también tiene,/ pero no son señoritas”.

 

Serenata en Acapulco

Entre las muchas películas que tienen canciones de Ramírez, aparece el cartel de Serenata en Acapulco con Martha Roth y Raúl Martínez, y aunque parezca increíble, la pasaron este 9 de abril por Canal Once. Entre los que participan, además de José Agustín Ramírez, están Los Panchos y Pérez Prado. Raúl es el cantante de la película, pero el galán es Roberto Romaña, quien inspiró a Jose G. Cruz para su personaje de historieta de Manos de seda.

Además del disco mencionado, tiene el libro fotografías de colección y un cancionero con las letras más populares. Entre ellas, el Himno del agrarista. Las ilustraciones, magníficas, fueron hechas ad hoc por el artista Agustín Ramírez Bermúdez, hijo del escritor y su esposa Margarita.