El miércoles pasado tuve la oportunidad de asistir virtualmente a un encuentro en donde el tema central fue la impartición de justicia para las mujeres en Iberoamérica, en donde: ministras, magistradas, juezas y hasta una expresidenta, abordaron el tema desde muy diversos ángulos, el oropel brilló por su ausencia y, por el contrario, las palabras sencillas, simples y contundentes abundaron, pero, sobre todo, en donde se habló de la realidad y de cómo transitan para dirigirla en su favor.

Una ministra de la Suprema Corte de Justicia de México, Jasmín Esquivel, fue la organizadora, reunió a representantes de 23 países con realidades diferentes, pero con el común denominador de la desigualdad en cuanto justicia para las mujeres.

Fue muy grato escuchar cómo desde la organización, se eliminaron los protocolos cosméticos en los que se resaltan los currículos extensos y lejanos, pero que dejan afuera el acontecer cotidiano, se utilizó el tiempo en lo fundamental, en lo que cada una de ella tenia que decir, que narrar, que contar. Lo importante fue el contenido, más allá de la forma, que bueno.

Y caray, amigo lector, no todos los días se tiene la oportunidad de escuchar a una de las mujeres icónicas de América Latina, que con su forma de gobernar han dejado huella desde la presidencia de un pais, Michelle Bachelet, quien gobernó Chile en 2 periodos consecutivos, 2006 a 2010 y 2014 a 2018 y quien llegó a ser la primera presidenta pro tempore de UNASUR, y la primera encargada de ONU Mujeres, agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género.

Y de mujeres, se habló por casi 3 horas, de cómo se han esforzado el doble para acceder a una misma posición de decision y poder que los hombres, de triples roles por cubrir para avanzar, hasta de cómo superar años y años de tradiciones que hoy con los lentes del presente vemos como retrogradas. Igual hablaron las peruanas, que las portuguesas, las argentinas que las mexicanas, todas ellas abogadas, todas ellas juristas, todas mujeres de poder, un poder ganado con un esfuerzo diferente, único.

Y este encuentro organizado por La Suprema Corte de Justicia de México se dio precisamente en uno de los momentos más difíciles donde los feminicidios, las muertes, desapariciones y secuestros campean.

Escuchar a Alejandra Mora, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres es enriquecedor, pero más aún cuando dice o reconoce o sencillamente aspira a lograr alianzas entre mujeres, en las que la solidaridad, el apoyo, la confianza y conocimiento se une en un bien común, en el de ellas y ya después, buscar sumar a esta práctica a los hombres. Así se simple, pero así de profundo.

La congruencia ha estado presente en una mujer que se dedica a impartir justicia desde la sala superior a base de sentencias, la magistrada, Mónica Soto Fregoso, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien señaló, cómo las mujeres han tenido que avanzar en el competido terreno político electoral a… “sentenciazos” nos hemos tenido que abrir paso. “Las juezas, magistradas y ministras, tenemos que actuar sin miedo a las sentencias que estamos emitiendo y tener consciencia de que estamos abriendo camino para las nuevas generaciones que encontrarán en nuestro accionar, semillas que germinarán”. Así o más claro.

A lo largo de estas horas se escucharon a muchas mujeres, unas con más nombre, trayectoria y prestigio, otras con la naciente oportunidad ofrecida por su superior o hasta legisladoras comprometidas con la paridad de género, con la igualdad, con el respeto a los derechos humanos, pero sin duda destacó la lucidez, la experiencia y el talento de, Alicia Bárcena, que con sus muchos años de lucha en pro de sus iguales ha escalado importantes posiciones en el tablero internacional.

Basta, dijo, Bárcenas, no podemos permitirnos como sociedad no saber cuántas mujeres han sido asesinadas en nuestros países, en nuestra región, no eso, en verdad, no podemos ni debemos seguir tolerándolo.

Y que bueno escuchar un diálogo de la problemática actual, una realidad en donde la pandemia por el covid-19 nos marcó como sociedad y en cómo las mujeres han sido profundamente afectadas, muchas de ellas tuvieron que dejar su trabajo, los datos más actuales hablan de que sólo en Iberoamérica se perdieron más de 35 millones de empleos y que dependiendo de la recuperación económica de la región pasarán por lo menos 6 años para regresar a esos niveles. De esto y mucho más habló, Alicia Bárcena, quien recientemente concluyó el cargo de secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL Un lujo verdadero.

Y un par de detalles más sobre su brillante charla, el peligro que como sociedad enfrentamos de una generación perdida, donde más de 3 millones de niñas y niños no regresaran muy seguramente a la escuela, ante la necesidad económica post pandemia que demanda de su participación económica y cuando amplió su abanico, comentó que de los 201 millones de pobres al inicio de la pandemia del covid, 81 pasaron a la categoría de pobreza extrema, más allá del esfuerzo solidario de las mujeres de esas familias.

Y dentro de este crisol de ideas, también se escucharon voces como las ministras de la suprema Corte, Yasmín Esquivel, quien habló de la apuesta a la promoción de la participación plena y en condiciones de igualdad sustantiva de las mujeres en todos los niveles de la Judicatura. Al concebir el diálogo retomamos el énfasis de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, en donde pusieron énfasis sobre la necesidad de que las: mujeres, niñas y las adolescentes, tengan acceso y participación en la toma de decisiones.

Y la controvertida, Loretta Ortiz, quien habló sobre el pendiente de hacer de la justicia una realidad para las mujeres iberoamericanas.

Fue una gran tarde, veremos qué viene después, ojalá muchas cosas buenas para ellas, es su tiempo, es el de todo nosotros como sociedad por resarcirlas.

@lalocampos03