El pasado domingo tuvimos un ejercicio de confirmación o revocación de mandato, en el cual participaron más de 16 millones de personas; de las cuales, 15 millones votaron por que el presidente continúe en sus funciones hasta concluir el sexenio en 2024.

Lo anterior permite el análisis desde varios enfoques, el primero es el tamaño mismo de la votación; para darnos una idea, estamos hablando que casi el 18% de la lista nominal participó en este ejercicio, lo que representa una cifra superior a los votos que recibió Ricardo Anaya en 2018 o Felipe Calderón en 2006; ello representa el indudable apoyo popular al Presidente, frente a una oposición devastada y sin liderazgos, que transita entre la confusión y el miedo, en la mayoría de los casos por la imposibilidad de explicar sus fortunas.

Lo segundo es mirarlo desde el proceso político, es natural que los gobiernos tengan un desgaste y una merma en su potencia en la segunda parte del sexenio, por lo que este ejercicio no sólo es un refrendo y un voto de confianza al Presiente, sino que también le otorga una mayor legitimidad y respaldo, sobre todo en un momento crítico en el que algunas de las reformas más importantes serán votadas en el Congreso, lo que significará un cambio en la estructura del poder.

Resulta paradójico que en diferentes momentos, panistas, priistas y perredistas, coincidieron en que era necesario desmontar un aparato de poder que favorecía a una élite depredadora. Todos coincidían, sin embargo, ahora que se está haciendo no hay una propuesta alternativa más allá de la objeción. La tensión principal pareciera ser entre diferentes grupos de interés que van desde empresarios, Estados Unidos y otros grupos de poder, frente al Presidente y el apoyo literal de millones de mexicanos.

El tercer elemento interesante es que con este ejercicio se avanza hacia una democracia participativa, que complementa, más no sustituye a la democracia representativa, como se ha hecho en la Ciudad desde hace muchos años en diferentes ejercicios de consultas.

La confirmación del mandato permitirá un cierre fuerte para construir una nueva institucionalidad funcional e independiente de intereses sectarios. Es momento de grandes desafíos, el más interesante de los últimos tiempos será el desenlace de las reformas, pero también lo será mantener la consistencia ideológica, la pasión, intensidad y convicción, así como la objetividad y la serenidad.

@LuisH_Fernandez