La reforma eléctrica propuesta por el Presidente López Obrador, busca convertir a la CFE en un monopolio gubernamental, con el que no se resuelve el problema de generación suficiente de electricidad para todo el país. Por el contrario, se apuesta al retroceso, a un costo más alto y a la contaminación.
Legisladores, expertos, organizaciones de la sociedad civil e incluso autoridades del gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, han referido que esta reforma no responde a las necesidades del presente ni del futuro de los mexicanos.
Todos se dan cuenta del error y de las consecuencias catastróficas que traerá esta reforma, menos Morena.
Además, con esta política energética se violan disposiciones del T- MEC al poner en riesgo la inversión de las empresas y al no generar energías limpias, un compromiso que adquirió México al firmar este convenio para la integración económica de América del Norte.
El capricho presidencial ha puesto a México en el camino equivocado, sin embargo, como toda reforma, es perfectible y el compromiso del bloque opositor es generar leyes que le sirvan a la ciudadanía y que tengan un impacto positivo en sus vidas.
Si continúa la cerrazón de discutir la iniciativa del Presidente, a la que no le han movido ni una coma, desde el Senado de la República lo dejamos claro: no votaremos a favor de la reforma Bartlett, porque no beneficia el futuro del pueblo de México y claramente es contraria a los tratados internacionales.
La alianza Va por México acordó presentar en la Cámara de Diputados una iniciativa conjunta del PAN, PRI y PRD con una visión de futuro, para que Morena aprenda cómo las propuestas deben ser para avanzar y no para retroceder.
Los mexicanos no necesitan la imposición presidencial de “se queda como está”. Se necesita cimentar un plan que ponga a México en el centro del sector energético, que sea competitivo y en el que sea seguro invertir.