El pasado martes celebramos el 10 de mayo, tal como lo hemos venido haciendo en México desde 1922, cuando se declaró como una festividad anual para rendir honores a la labor maternal; sin embargo, es momento de hacer una reflexión profunda. Más allá de ser una estrategia para incrementar la compraventa de regalos y alimentar el capitalismo rapaz, debe ser un día con una agenda política y compromiso social; como lo es el Día del trabajo u otras celebraciones.

La sociedad mexicana les debe mucho a las mamás, más allá de las flores, los chocolates y las comidas; no es regalar electrodomésticos o perfumes, sino reflexionar y valorar. Entender que las madres tienen una problemática muy específica, en especial quienes trabajan y son cabeza y sustento en el hogar.  No debemos de romantizar el Día de las Madres pintándolo de  rosa, cuando en muchas de ellas hay dolor; ser madre en México significa siempre sacrificio y un esfuerzo extraordinario, ya que este factor se asocia con mayores desafíos desde conseguir un empleo, ajustar horarios, el reto cotidiano de la crianza, enfrentar una sociedad machista y patriarcal, entre muchos otros.

No creo que sea pertinente celebrar la abnegación y el alto costo que pagan por el simple hecho de ser madres, sin una agenda de mejora; no creo que sea algo que nos dé prestigio como sociedad. Debemos darle contenido y volver al Día de las Madres un día de reflexión y de agenda social, tenemos que ser solidarios y empáticos con las madres solteras, con las que están sufriendo buscando a sus hijos desaparecidos; o con aquellas que tienen hijos con necesidades especiales; con las madres adolescentes que sufrieron algún tipo de abuso sexual; las madres adoptivas, tías y abuelas que adoptaron a menores al morir sus madres por la pandemia, o víctimas de feminicidio; en todos los casos debe haber una respuesta pertinente, sensible y oportuna del Estado Mexicano.

Todas las madres son nuestras primeras maestras; y también especialmente reconocemos a las profesoras que, en las escuelas, educan a nuestros hijos. Son muchos los rostros e historias de las madres en México; no frivolicemos el Día de las Madres, pensemos en cómo construir un marco jurídico y de derechos que equilibre y haga justicia de estas y muchas otras condiciones que van asociadas a la maternidad, para que ser madre no sea sinónimo de abnegación, sacrificio y muchas veces dolor. Nuestro reconocimiento por todos estos retos que día a día enfrentan las madres de nuestro país.

@LuisH_Fernandez