Entrevista con Marco Arellano Toledo, politólogo por la UNAM

El país vive un proceso de sucesión presidencial adelantado, en el que el actual partido en el poder afina sus estructuras y estrategias para la elección de 2024. Esto ha motivado preguntas tales como si esto garantiza el triunfo de Morena o si no tendrán una división interna, además de lo que podría hacer la oposición.

Siempre entrevistó al politólogo por la UNAM Marco Arellano Toledo, para conocer su análisis acerca de este fenómeno que estamos viviendo en México.

Morena ya se está preparando para la elección presidencial de 2024, incluso con su caballada que puede estar flaca o gorda, ¿esto le alcanzará para lograr el triunfo?

El partido está teniendo esta intentona de dotar al presidente de un instrumento organizativo que le permita los arreglos locales en distintas entidades para poder operar políticamente. Sin embargo, pareciera que cuando se organiza un partido, no para ganar una elección, sino para crear una institución tendría otro camino, tendría que ser otro recorrido el que debía llevar y pareciera que ellos no quieren construir un partido, acaso ganar una elección y eso los define de una manera en la inmediatez; no construyo las bases sólidas de un partido, sino más bien me pliego de nuevo a las malquerencias y querencias del presidente, a sus antojos para poder llevar a su candidata o candidato a la presidencia y poder ganar lo local.

Se observa que hay un despliegue logístico y, también, en términos de personalidades que se están alineando respecto a la sucesión y la campaña de 2024, y pareciera que las aduanas de 2022 con las elecciones que tenemos también ya están cubiertas, da la impresión –por lo que dicen las encuestas– que 4 o 5 gubernaturas las podría ganar Morena y eso le va dar mucha solidez de cara al 2024.

Ha llamado la atención que el presidente se resiste a mencionar a Ricardo Monreal en la lista de sus “corcholatas”, ¿eso que puede significar?

Vamos a darle una repasada al tema de cómo está la estructura del partido y cuales son sus favoritos, más allá de los del presidente que a ellos los conocemos muy fácil.

Mario Delgado, como dirigente nacional, inicialmente nos dejaba ver –hace un par de años cuando inicio a dirigir Morena–, que podría tener una simpatía hacia quien fue su jefe en el gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard; hoy es claro que Delgado apoya a Adán Augusto López, desde 2021 hay una declaración que menciona que es un político muy completo, que le ha ayudado mucho al presidente y eso le ha beneficiado a Mario Delgado para seguir gozando del favor del presidente y, evidentemente, como una carta de esas que se juegan con mucha precaución la están trayendo, masajeando, sin que pueda crecer el aspirante.

Me parece que la lista de los tres del presidente éste es el más retrasado, pero creo que Mario Delgado empieza a hacer trabajo político, de prensa incluso, destacando lo completo de este político.

Por otro lado está Citlalli Hernández, que claramente llega a la Secretaría General del Partido con una fricción importante con el propio Mario Delgado, terminan haciendo un pacto de civilidad para poder darle gobernabilidad al partido, pero Citlalli también –se ha notado en prensa por lo que declara– apoya a la aspirante Claudia Sheinbaum.

El que entonces no tendría cabida es Ricardo Monreal, y él ha hecho tres cosas para hacerse notar y romper con el presidente: una, tener un conjunto de ideólogos orgánicos como Gibrán Ramírez y algunos otros, que ahora critican al presidente y los métodos de designación y de selección de una posible candidatura presidencial, tratando de llevar agua al molino del aspirante Monreal. Esa es una cosa que está haciendo, tener embajadores, ideólogos, intelectuales pequeños, también se pueden ver otras personalidades que están tratando de perfilar esa candidatura.

Otra que también está haciendo Monreal para hacerse notar, es activar sus cuentas digitales, ha estado muy presente, nos dice a donde viaja, a qué hora llega, con quien se va a reunir, está haciendo públicas sus reuniones con pretextos de todo tipo, sobre todo presentando su libro está viajando mucho.

Y la tercera estrategia, que quizá es la que más morbo despertó y después se desinfló, es publicar en su blog una serie de cartas por la democracia, por el movimiento –no recuerdo exactamente como los llamó– en los que describía a grandes trazos lo que requiere el país.

Lo cierto es que nadie le hace caso, no está en la ecuación presidencial para ser candidato, pero tampoco está descartado cien por ciento. Lo único que ahora tiene Monreal es que no está descartado, no es un favorito y podríamos decir que es un malqueriente del presidente, entonces Morena, la estructura organizativa del Partido está plegada a Mario Delgado y él llevará seguramente la designación del presidente, lo que éste le diga lo va a operar, incluido poder romper una cierta alianza con Marcelo en el caso de que el presidente se decantará por Adán Augusto o por Claudia Sheinbaum.

Parece ser que con estos movimientos Morena está pavimentando el camino para el triunfo, porque no se ve una oposición estructurada y con iniciativa, sobre todo con algún candidato que pudiera competir con cualquiera de los que acabas de mencionar, ¿tiene bases esta apreciación o podemos llegar al 2024 con competencia?

Considero que las campañas se tienen que hacer, se tiene que competir, se tiene que recorrer por tierra por todo el país, y hasta que no haya campañas y no haya candidatos toda la demás especulación probablemente pueda estar muy sesgada.

Lo cierto es que la presencia nacional del canciller Marcelo Ebrard, la presencia en la Ciudad de México y el reflector que da gobernar el estado/Ciudad más importante del país y la presencia de la Secretaría de Gobernación con súper funciones, ya olvidamos aquella Secretaría limitada que tenía Olga Sánchez Cordero –que por cierto ya hay trascendidos de que dejaría su escaño–, pero la nueva súper Secretaría de Gobernación que no tuvimos los tres primeros años y que ahora tenemos con Adán Augusto, da la impresión de que tienen una gran presencia nacional y un reconocimiento, sobre todo Marcelo y Claudia, así lo dicen las encuestas.

Creo que la apuesta de una coalición no está totalmente desechada, es más sigue creciendo, el problema es quien está llevando a crear esa coalición, pues son intereses claramente muy señalables y disputables y el presidente rápidamente los puede desacreditar.

Surge la posibilidad de que Movimiento Ciudadano conduzca. Porque si hay tres candidatos de este lado, veo a otros tres no tan pequeños que los que pudiera tener el PAN con Marko Cortés o Ricardo Anaya o el PRI con Enrique de la Madrid.

Veo a Movimiento Ciudadano que tiene tres candidatos un poco más arriba de los que acabo de mencionar, Colosio Riojas, Alfaro y Samuel aunque ahora le están pegando por lo de los feminicidios, pero hay tres candidatos ahí definidos y diría que en una mesa en la que se intentara negociar con Movimiento Ciudadano, Dante Delgado puede decir que tiene tres candidatos presidenciales y los restantes de la oposición que pudieran perfilar a una alianza no tienen a ninguno, al menos no a alguien que esté fresco.

Hay que seguir observando, da la impresión que esta posible alianza en cuya ecuación se involucre a Movimiento Ciudadano pudiera tener un resultado distinto, o que el aspirante Colosio, muy joven y poca experiencia, podría estar simpatizando con una clase media que ahora está desencantada con el gobierno de López Obrador, incluso podríamos decir que Movimiento Ciudadano tiene la capacidad de ir solo, porque los votos del PRI los tendría con el simple nombre de Colosio.

Entonces hay mucho que seguir al respecto, diría que no van a ir solos, los tres aspirantes del presidente López Obrador no van solos, va a haber uno o dos candidatos de oposición y esperando que sea uno, podría ser alguien que tenga la capacidad de conectar con el desencanto que está generando el presidente, sobre todo en la clase media; la clase alta no vota mucho, si me permites desagregar por clases –aunque la literatura política dice que no es correcto– y la clase baja apoya completamente al gobierno de López Obrador.

No diría que van solos, al menos por lo que dicen las últimas encuestas el aspirante mejor posicionado sigue siendo Ebrard, y va a ser muy difícil para el presidente tratar de imponer a Claudia Sheinbaum o a Adán Augusto tan sólo por el peso de las encuestas, habría que ver que mecanismos de designación de candidato tendría Morena, ese mecanismo de designación interna puede ser una encuesta, una elección interna organizada por el INE, una elección interna como las que hizo el PRD y que nunca resolvió y de las cuales López Obrador conoce todas y los problemas de la izquierda para organizar elecciones son muy complicados, o va a ser el dedazo simulado.

En cualquier caso, el camino no está allanado para el presidente, no va a ser fácil que saque un candidato sin que tenga uno o dos más, pensando en Monreal, desencantados y muchas ganas de hacerle un Camacho al hacedor de la política por vías no institucionales o no serviles al presidencialismo que actualmente vivimos.

Parece que el presidente tiene esa preocupación, que sacar una candidatura de unidad en Morena no va a ser fácil y que puede, sobre todo Marcelo, volverse un Manuel Camacho incómodo en la sucesión.

@AReyesVigueras