Entrevista con Jesús Ramírez Stabros, exdirigente de la ASPA
Los incidentes que se han presentado en últimas fechas en el espacio aéreo del Valle de México –el más utilizado por aeronaves del país y del extranjero–, si bien no ha representando hasta el momento una tragedia –algo que nadie quiere–, si demuestra la falta de una política de Estado para la aviación comercial.
Tal opinión proviene de quien fuera dirigente de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), Jesús Ramírez Stabros, quien en entrevista con Siempre detalla lo que puede provocar tanto el rediseño del espacio aéreo en la zona de la capital del país, junto a la intención de aumentar las operaciones en el aeropuerto Felipe Ángeles recién construido.

Jesús Ramírez Stabros, exdirigente de la ASPA
¿Qué opinión le merece lo que ha sucedido desde la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el rediseño del espacio aéreo, la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles y los incidentes que hemos presenciado?
Están cayendo los puntos en las razones que nosotros hemos dado desde hace muchos años, en ASPA, en el sindicato aludimos desde hace muchos años a un tema de concepto porque el Estado mexicano, no el gobierno, no considera a la aviación como una materia importante; la aviación no es un tema de medios de transporte, de hecho en la legislación está marcada como tal, y no lo es, es un tema de desarrollo tecnológico, de capacitación, de inversión, es mucho más amplio que el que se da, porque todo lo que hay detrás es ciencia, tecnología, presupuesto, capacitación, es un área especializada del desarrollo económico, así, al no considerarla una materia relevante se toman decisiones generalmente malas o muy cortas en la visión de desarrollo que tarde o temprano hacen crisis.
El tema del aeropuerto (para la Ciudad de México) lo llevamos discutiendo más de 40 años, en el cual siempre los estudios que se hicieron de todo tipo demostraron una y otra vez que el único lugar en donde se podía hacer el aeropuerto era Texcoco por el tráfico aéreo; si tuviésemos autoridades bien capacitadas, diputados y senadores que supieran del tema aeronáutico, por supuesto que se hubiese resuelto desde hace muchos años, pero la aviación está sujeta a los caprichos de cada sexenio.
En cierta ocasión se negoció la aviación a cambio del atún mexicano, cediendo la parte de empresas mexicanas, lo que demuestra que la aviación es considerada de poco valor y hace que se vayan acumulando las malas decisiones.
Lo que se ha denunciado del tráfico aéreo es consecuencia de decisiones antiguas muy malas y, además, obsesiones políticas que nada tienen que ver con lo técnico y que este gobierno en particular ha demostrado que desprecia estas visiones técnicas, sobreponiendo lo político y lo unilateral para la aviación.
Así sucedió con la entrega a mandos militares, con las prioridades para hacer con el nuevo aeropuerto y que no va a servir nunca, para que sea el centro de decisión de la política aeronáutica de este país, lo que es un grave error, pues a partir del aeropuerto se rediseñaron el espacio aéreo, las políticas públicas y las instancias relacionadas, algo que evidentemente no funciona porque no es el enfoque correcto.
Llevamos años de reducción del presupuesto de la aviación, se cambió el nombre a la Agencia de Aviación Civil, pero no se le aumentó el presupuesto y, ahora, tenemos a militares dirigiendo ahí, no tengo nada contra los militare, son gente que defiende al país, están capacitados en temas militares, pero no civiles, es muy diferente esto a lo que sucede en el campo civil, en donde se requieren negociaciones con el Congreso, con instancias internacionales basadas en políticas públicas que no tenemos en este país.
La carencia de una política pública especializada, bien definida, es lo que estamos viviendo y es resultado de muchos años, esto no es nuevo.

¿En algún momento los pilotos fueron escuchados respecto al nuevo aeropuerto o al rediseño del espacio aéreo?
Te puedo asegurar que no nos han tomado en cuenta adecuadamente, no hay mesa de negociación, el rediseño fue un evento absolutamente unilateral, contrataron a una empresa extranjera que no sólo no tomó en cuenta la voz de los pilotos, sino tampoco a controladores; no se tomaron las opiniones porque el eje de la política era hacer el aeropuerto Felipe Ángeles a como diera lugar, eso hace que todo se deforme.
Si tu visión única es imponer un aeropuerto por sobre todas las consideraciones técnicas en el espacio aéreo, porque desde hace mucho se dijo, incluyendo a la empresa más importante del mundo que depende del MIT, que no era viable el aumento del tráfico aéreo como el que se hizo, porque va a complicar más el tema ya de por si complicado; no desahoga el espacio aéreo.
Un aeropuerto no son sólo las instalaciones terrestres, una obra de este tipo se planea de arriba hacia abajo, primero se diseña el espacio aéreo y luego las instalaciones para saber las capacidades de un aeropuerto, no se pueden meter 100 aviones en un espacio aéreo que es para 80.
Nos invitaron a una presentación de NavBlue, sobre el rediseño, cuestionamos muchas cosas, había representantes de IATA, del Colegio de Pilotos, la OACI, pues no era cierto lo que nos decían y el gobierno salió a decir que se iba a aumentar la capacidad con la compra de radares, fue una mentira que concluyó con el despido del responsable de Seneam.
El espacio aéreo del Valle de México está mucho más complicado ahora con un aeropuerto que, evidentemente, lo que está complicando y se dio aviso hace 40 años y está pasando.
Es un asunto de la falta de concepto y de una política armada y bien hecha, a lo que se suma pocos empleos, pobre capacitación, presupuesto inadecuado, corrupción, centralización del sistema aeroportuario que depende del de la Ciudad de México; podríamos tener un espacio aéreo moderno, si se quisiese, hemos demostrado ser competitivos porque lo hacemos con las aerolíneas más grandes del mundo todo el tiempo, pero el potencial que tenemos está desaprovechado por la mala política del Estado, cada presidente cada sexenio utiliza a la aviación como moneda de cambio con decisiones equivocadas, algo que ha sucedido en el pasado.

Algo que preocupa, aunque no se quiere, es la posibilidad de que suceda una tragedia con todo lo que está sucediendo, ¿es real esta posibilidad?
De alguna manera ya lo hubo, el accidente de Juan Camilo Mouriño fue porque su avión se acercó mucho a uno de Mexicana y fue por esa razón, lo hubo también en otro accidente en Cuajimalpa.
Cuando fui diputado, en tribuna, denuncie varios incidentes graves que hubo sobre el Valle de México, por ejemplo, un avión KLM y otro de Mexicana pasaron a 20 metros de distancia a 800 kilómetros por hora sobre la zona poblada, es decir, incidentes ha habido muchos y Seneam ha ocultado la información y datos sobre los problemas, no es algo nuevo.
No pasa sólo en el Valle de México, por eso se han inventado mejores métodos y equipos, pero hay límites.
Lo que ha sucedido desde hace años sobre el Valle de México son advertencias, porque estamos en un espacio aéreo saturado desde hace años y hay que aclarar con mucha puntualidad, operar en estas condiciones no quiere decir que estés operando con inseguridad, simplemente que se está en el ámbito superior de seguridad; pero si te pasas de vivo y quieres meter más aviones en un espacio saturado, entonces empiezas a entrar en el ámbito de la inseguridad, algo que por años no hemos permitido quienes trabajamos en esta actividad, pilotos o controladores, aunque el Seneam o la aerolíneas digan que no es cierto.
Lo que está mal es que a un espacio saturado que opera con seguridad le quieras imponer presiones aun mayores para que se sobresature, algo que puede entrar en un ámbito de inseguridad, algo que se puede dar con la entrada del aeropuerto Felipe Ángeles y con el regreso de la demanda a niveles de antes de la pandemia.

Cunado lleguemos a los niveles que teníamos antes de la pandemia y recuperemos las tasas de crecimiento del 6 por ciento anual, donde se va a meter ese tráfico aéreo, por eso es irresponsable lo que declaró el secretario de Comunicaciones y Transportes, en el sentido de que se va a reducir el tráfico en 20 por ciento en el Benito Juárez para mandarlo al Felipe Ángeles; es una trampa irresponsable porque lo único que pretende esa acción es darle coba al presidente para que opere su elefante blanco, lo va a seguir siendo toda la vida, porque las aerolíneas no van a volar por una razón económica, no es contra nadie o personal, no hay las condiciones económicas para volar a ese aeropuerto; no hay condiciones para que ese 20 por ciento de tráfico aéreo ayude a desahogar al aeropuerto de la Ciudad de México, es una mentira, porque los aviones que vayan al Felipe Ángeles van a volar y a hacer sus trayectorias sobre el mismo espacio aéreo, eso es la saturación del espacio aéreo, no es un tema de instalaciones.
La solución no es fácil, la más viable es un aeropuerto nuevo como el de Texcoco. Esto lo dicen 40 años de estudios de todo tipo, por condiciones de espacio aéreo, no por grillas o venta de terrenos o corrupción, por las proyecciones del crecimiento de la aviación mexicana.
Estamos en una condición serie, sería lamentable que hubiera una accidente, pero éstos en aviación siempre avisan, dan señales previas, no veo que se tomen decisiones para rectificar de fondo estos avisos, pudiera darse un desenlace fatal, que vienen desde hace tiempo, desde hace 8 o 10 año, y sobre advertencia no hay engaño

