La siguiente historia demuestra que hay ocasiones en que el ser humano puede cometer un error… que termina salvando vidas.

Wilson Greatbatch fue un científico que se encontraba experimentando diversos procedimientos y aparatos para escuchar el corazón humano, no obstante, al intentar grabar el sonido del corazón cometió el error de usar una resistencia que no era del tamaño adecuado con lo que el aparato que probaba empezó a generar un pulso eléctrico propio.

Así, en lugar de escuchar los latidos del corazón empezó a hablarle y sin saberlo en ese momento había inventado el marcapasos, una creación que se calcula ha salvado la vida de millones de personas en los siguiente 60 años posteriores a su invención.

Pero no ha sido el único ejemplo de este tipo de errores.

Alexander Fleming dejó sin supervisar una placa de Petri llena de bacterias durante varios días, al cabo de los cuales se encontró con que dicha placa estaba contaminada con moho, pero que éste estaba disolviendo las bacterias.

Gracias a ese descuido se descubrió la penicilina, uno de los antibióticos más usados en el mundo y que han salvado también millones de vidas.

Como es posible apreciar, hay de errores a errores y los que aquí comentamos han sido benéficos para nuestras sociedades, por más que muchas personas quieran llevar al cadalso a quien ha cometido uno de ellos.