Por más que el inquilino de Palacio Nacional y sus colegas de la 4T presumen madrugar para tener gabinete de seguridad, en números y resultados esta acción no sirve de nada. Es evidente que la estrategia de “abrazos no balazos” no es adecuada porque ha evidenciado una debilidad del Estado Mexicano por controlar el territorio, lo cual ha aprovechado el crimen organizado para imponer su poder y apropiarse de la protección del mismo. ¿De qué sirve reunirse de lunes a viernes a las 6 de la mañana previo a la mañanera? No se ha visto una estrategia, un diseño de contención, un cuarto de guerra, definir que política pública utilizar, lo que sea para enfrentar la principal demanda del país: la seguridad. Entonces que se hace en esas reuniones… informarle a Andrés que sucedió para que simplemente pueda responder (en dado caso que le pregunten) lo ocurrido del día anterior.
Que mayor ejemplo que lo declarado por el propio Presidente de la República: “donde domina un cártel del crimen organizado, hay menos homicidios”.
El año pasado el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, el general Glen VanHerck, declaró que entre el 30 por ciento y 35 por ciento del territorio mexicano no es gobernado por el Estado Mexicano. ¿Entonces la transformación de cuarta está esperando a que se controle el 100 por ciento del territorio por el crimen organizado para bajar la tasa de homicidios? Al mes de mayo van 121 mil 642 homicidios dolosos en tan solo tres año de administración, contra 120 mil 463 en todo el sexenio de Felipe Calderón.
No se puede negar que este gobierno recibe el país en el estado que está y a partir de eso es responsable del mismo. Pero la decisión o las acciones de empeorarlo son propias de la forma de gobernar. Puedo coincidir en que la mejor estrategia no fue la de FCH y su guerra al narco, pero darles un cheque en blanco y dejar que actúen fuera del negocio de las drogas es cruzarse de brazos ante el crimen, y de esta forma se vuelvan incontrolables.
Se dedican a exaccionar a la sociedad; a quitarles a los productores, a los ciudadanos y a los empresarios su tranquilidad y dinero.
No hay duda de que el crimen organizado tiene más presencia territorial y sobre todo ha diversificado su “negocio”. Ya no es simplemente el narcotráfico exportador; ahora son secuestradores, cobran derecho de piso, extorsiones, tráfico de órganos, trata de personas, migrantes indocumentados, entre muchos otros. Incluso han incursionado a ser “empresarios” controlando los precios del: limón, aguacate, pollo, madera y demás. Con la fuerza y poder que tienen, y la completa ausencia e impunidad del Gobierno Mexicano, se han convertido en distribuidores y comercializadores únicos de estos productos de una forma monopólica donde pueden manipular los precios y extraer grandes rentas de los productos pasando el costo a los usuarios finales.