Primer informe del Club de Roma sobre los grandes problemas de la humanidad y del planeta

 

¿Cuál es la importancia del Estudio titulado: ‘Los límites del crecimiento’?

Se trata de un libro que contiene una investigación fundamental en la historia del análisis de la problemática global de la humanidad y del planeta. Fue un texto muy importante en la historia intelectual del siglo XX, cuyos planteamientos y conclusiones siguen siendo plenamente vigentes actualmente. Esta investigación marca un antes y un después en el análisis de los problemas globales. Fue el primer Informe que le encargó el Club de Roma al Instituto Tecnológico de Massachusetts, (MIT). En esencia, sostiene que no puede haber un crecimiento infinito en un mundo finito. Además, que no se puede generar crecimiento a través de la destrucción de la naturaleza, de la degradación de la biodiversidad y de los ecosistemas, así como de una contaminación irresponsable. La destrucción de la naturaleza, la sobre explotación de los recursos naturales aunado al crecimiento exponencial de la población en los últimos siglos, provocarían, de acuerdo con este Estudio publicado en 1972, un colapso gradual en el curso del siglo XXI. Actualmente, vivimos una emergencia climática global, la sexta extinción masiva de especies, pero ésta causada por la acción humana y una crisis hídrica y de salud por citar sólo algunos problemas que comprometen el futuro de la humanidad.

 

¿Qué es el Club de Roma?

El Club de Roma es un centro de pensamiento, (un think tank), fundado en 1968, por un empresario y pensador italiano, Aurelio Peccei, que había dirigido varias grandes empresas internacionales y que estaba convencido de que los grandes problemas de la humanidad no estaban siendo siquiera analizados. El mundo se encontraba sumido en la guerra fría y los grandes problemas ni siquiera se abordaban fuera de los círculos científicos especializados. El mundo era presa de conflictos ideológicos y de luchas de poder. Por ese motivo, Peccei convocó a cien personajes del mundo científico, académico, diplomático, empresarial y político de todo el mundo para crear un centro de pensamiento lo más incluyente posible para analizar la problemática global. Se propuso adoptar una metodología transdiciplinaria, multisectorial, con visión holística, global y de largo plazo. Con un enfoque científico apegado a la innovación en la materia y sobre todo independiente de intereses corporativos y político partidistas.

 

¿Cómo surgió este estudio?     

El primer estudio sobre los predicamentos de la humanidad se encargó a la Escuela de Administración del MIT, la cuál era dirigida por un miembro del Club de Roma, Jay Forrester, autor de la metodología de la dinámica de sistemas. El estudio estuvo coordinado por varios jóvenes doctores en ingeniería, entre ellos Dennis Meadows, Donella Meadows y el noruego Jörgen Randers, entre otros. Afortunadamente, Forrester fue muy longevo y varios de los coordinadores del Estudio eran muy jóvenes y aún viven. Como lo define Jeffrey Sachs, en ‘Los límites del crecimiento’ se advirtió que el crecimiento económico mundial estaba en camino de sobrepasar los recursos finitos de la Tierra, generando una posible catástrofe en el siglo XXI. Añade el propio Sachs, por primera vez se publicó una proyección matemática de la economía mundial y de la naturaleza en forma holística. Se utilizaron los nuevos sistemas dinámicos de modelado que en esa época desarrollaba el MIT. Cabe añadir un dato muy importante. Cada Estudio debía tener una fuente de financiamiento incondicional. Esto es, no se aceptaría que el financiamiento estuviera sujeto a ningún compromiso o condición.

 

¿Cuál fue el efecto que tuvo la publicación de ‘Los límites del crecimiento’?

La publicación tuvo un fuerte impacto en los medios diplomáticos, particularmente en la ONU y en los círculos científicos. Además, en esa época, en 1972, había un creciente interés en los problemas ambientales y de contaminación. Se filmaban películas sobre el problema, como el celebre film que en español se llamó: ‘Cuando el destino nos alcance’, así como a nivel político en Estados Unidos y en Europa se tomó conciencia del problema. Pero, años después con el auge del neoliberalismo al estilo de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, estos planteamientos se soslayaron y se combatieron. Desde el principio, el sector petrolero internacional criticó la idea de que la emisión de Gases de Efecto invernadero, (GEI), tenía un aspecto negativo y dañino para todos.

Pero, si observamos el estado actual del mundo, es evidente que las advertencias contenidas en ‘Los límites del crecimiento’ y otras posteriores del Club de Roma y de numerosos grupos científicos y de ambientalistas no se escucharon. Vivimos una emergencia ambiental que pone en riesgo el futuro de todos. Hay que actuar ya.

Por otra parte, retomando un aspecto positivo, a partir de 1972 se inicia un largo proceso de acuerdos internacionales que han configurado el actual marco normativo global para la protección del medio ambiente, siendo algunos de sus aspectos más relevantes la Agenda 2030 de Naciones Unidas, los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París también de 2015, así como la secuela de ambos.

 

¿Cómo resumiría la situación actual del planeta?

Vivimos un conjunto de paradojas y contradicciones. Los procesos de innovación científica y tecnológica son los más dinámicos en la historia de la humanidad. La industria 4.0, que se caracteriza por la inteligencia Artificial, el Internet de las cosas, el BIG DATA, la nube; el extraordinario avance en muchos ámbitos de la ciencia, como las disciplinas médico-biológicas abren muchas esperanzas. Asimismo, el progreso económico de varios países del área del Asia-Pacífico abren expectativas. Sin embargo, por otra parte, persiste la pobreza, crece la desigualdad entre países y hacia el interior de los mismos. Además, el crecimiento que hemos alcanzado ha destruido la naturaleza, reducido la biodiversidad y degradado los ecosistemas. Vivimos una emergencia climática global, buena parte del planeta está en llamas, los fenómenos metereológicos extremos como huracanes, ciclones, lluvias torrenciales, así como en otro extremo, sequías, incendios forestarles y plagas son cada vez más frecuentes e intensos, encaramos crisis de salud, hídrica y en muchas otras áreas

Vivimos la era del Antropoceno, como decía Gro Harlem Brundtland, el ser humano aprendió a hacer muchas cosas, pero no a comprender. Hay una profunda crisis de valores. Frente a la creciente gravedad de los problemas, se han desarrollado nuevos autoritarismos, a la vez que persisten viejas y corruptas tiranías. La tiranía y la cleptocracia se recrean y se reinventan.

 

¿Cómo ve el futuro?

Quiero ser optimista. No podemos seguir en esta ruta, que Antonio Guterres, el Secretario General de la ONU ha definido correctamente como un camino al suicidio colectivo. Debemos desvincular el progreso y el bienestar de la destrucción de la naturaleza. Debemos detener el cambio climático, restaurar la biodiversidad. Requerimos de la acción global, pero sobre todo regresar al conocimiento científico y a la acción de la sociedad civil. Es un esfuerzo que debemos hacer todos. Ya no hay tiempo. Todos debemos asumir nuestra responsabilidad. Para mí, es fundamental encontrar las soluciones, en el marco de la democracia, del respeto a los derechos humanos, en el contexto de un Estado democrático y social de Derecho.

 

¿Hay posibilidades de evitar ese colapso gradual?

Quiero pensar que sí. Creo que, en los centros de poder globales, cada vez hay más conciencia del daño creciente que le estamos causando a la naturaleza. Esta destrucción de la naturaleza es cada vez más onerosa económicamente. Además de los científicos, cada vez pensadores de otras disciplinas demuestran lo extremadamente oneroso, que es no actuar en términos económicos, además de sociales y humanos. Joseph Stiglitz, Paul Krugman, premios nobel en economía y Sir Nicholas Stern, así lo demuestran. El camino no es fácil, por eso debemos participar todos, la comunidad científica y la sociedad civil en general. Además, hay que hacer un esfuerzo intelectual por impulsar el contenido especifico de un Desarrollo Social y Económico Sustentable. El cambio que se requiere no se agota en la transición energética hacia fuentes limpias. Ese es sólo el primer paso. Es necesario hacer ajustes en todos los aspectos de nuestros sistemas económicos y sociales. Debemos hacer prevalecer el interés general sobre los intereses particulares.