Si en las próximas elecciones presidenciales, gana Lula, prácticamente casi todo el continente, le dará una oportunidad, no a la izquierda, sino a uno de sus hijos bastardos: el populismo.

El populismo está diseñado para agradar, para que muchos o la mayoría en algo o en mucho se sientan atendidos por la administración en turno, pues se les dice lo que quieren oír, el populista es transgresor, seductor, incluso simpático; un día adula a unos, al día siguiente a los que les falta, por eso son populares y casi imbatibles.

América Latina ha votado de un extremo a otro, mantener la continuidad en políticas económicas y fiscales, simplemente ha sido imposible, gracias a ello es casi inviable el desarrollo y el crecimiento, claro está que el electorado evalúa y es consciente de su voto, sin embargo, también el enojo es un motor importante que va construyendo el escenario del triunfo para algunos.

En los últimos meses hemos visto la llegada de Boric y Petro, y a pesar de que muchos han sido prudentes al criticarles, sinceramente son un par de showmans, el primero salió a presumir sus zapatos desgastados o fue captado sorprendido y respirando con dificultad, después de haberse dirigido a sus compatriotas, en pocos meses se desplomó más de 20 puntos en su aceptación, todo lo que prometió como representante de la izquierda liberal, hoy ha tenido que cambiar como cuando la derecha pinochetista gobernaba.

Petro todavía no inicia, y ya gira sus “apreciables” vía Twitter, dice que va a vender los aviones oficiales y ha prometido abrir la frontera con ¡Venezuela!, si con Venezuela, paraíso de dictadores. ¿Qué puede sumar Venezuela hoy día al concierto de naciones? Nada, solo pobreza e ideología.

Los nuevos populistas, algo así como la nueva trova cubana, han cambiado todo, el sistema político, la arquitectura democrática, la política económica, las incomodas constituciones, y contrario a la Marea Rosa, aquel movimiento izquierdista a principios del año 2000, ahora ni tienen tanto dinero, ni tanto margen de movimiento pues ellos mismos se detienen con sus cambios legales o con sus diatribas morales, en fin, diseñados para fracasar.

Pero si esto no fuera poco, es probable que en 2024 gane Trump, que en las próximas elecciones en Francia gane la extrema derecha populista, que acaba de ganar las intermedias legislativas y que revivan partidos políticos basura como Podemos, o que se expandan movimientos radicales de ultra derecha como Vox, ambos en España.

México, necesitaba un sexenio neoliberal más, para alcanzar los niveles de desarrollo de Portugal, que ahora por cierto esta justo abajito de Japón, mientras que nuestro país se ha rezagado entre los países miembros, con peligro de ser expulsado del club de los más ricos en el mundo. Eso sí, parece que lideramos el Sindicato de Países Libres y Jodidos Anti Imperialistas del Sur, a muchos eso les encanta, dicen sentirse libres e incluyentes, creen haber renunciado con la historia de la llegada de los españoles, ilusos.

¿Tan desagradable es el desarrollo y el crecimiento? Tal parece que sí, y recuerden, siempre, siempre, siempre hay un escalón más abajo…

@DrThe