Entrevista con Gonzalo Monroy, experto en temas de energía

Luego de la inauguración de la Refinería Olmeca, las dudas persisten acerca de su costo real y viabilidad, en particular en un mundo que cada vez se mueve más en transportes eléctricos.

Siempre platicó con el especialista en temas de energía Gonzalo Monroy para conocer su opinión acerca de estos temas. Esta es la conversación.

La refinería Olmeca ya fue inaugurada, pero lo que mucha gente se pregunta es si será un proyecto viable.

Lo puedo decir con bastante claridad: No, no va a ser rentable y es un problema que no va a ser rentable a ningún nivel de precio, eso es quizá el punto fundamental.

Por qué digo eso, pues por dos razones. Una, sabemos que la obra trae retrasos, lo vimos evidentemente ahora el pasado viernes 1 de julio, con una obra que está, en el mejor de los casos, al 50 por ciento de avance de construcción y eso excluye los periodos de prueba y arranque, así que va a faltar para una producción comercial.

El segundo tiene que ver, precisamente, por esos retrasos y la historia que tenemos en Pemex, que el nivel de utilización no es el que han planteado. Cuando la secretaría Rocío Nahle habló de que la refinería produciría 170 mil barriles de gasolina, 120 mil de diesel y 30 mil de keroseno o gas LP, la verdad es que está haciendo dos supuestos que Pemex nunca jamás ha alcanzado; uno, una utilidad de utilización del 100 por ciento de la refinería y, segundo, el más importante, las coquizadoras estén al 100 por ciento de utilización, esto vale la pena que se explique mejor.

Las coquizadoras, en general, rompen las cadenas pesadas del combustóleo y todavía de ahí se logran extraer un poco de gasolina, un poco de diesel, y lo que prácticamente queda es más cercano al asfalto, no tiene poder calórico; cuando operan muy bien las refinerías, en este caso las coquizadoras, obviamente se vuelven altamente rentables porque pueden tomar una dieta de más crudo pesado que sabemos se vende con descuento de los marcadores más importantes: Brent, UTI, los de Arabia, que se pueden comprar más barato y en este sentido se puede extraer de mejor forma.

Por qué no es un supuesto razonable, precisamente por la historia de Petróleos Mexicanos. Sabemos que en la refinerías de Madero, Cadereyta, Minatitlán, donde ya se han introducido este tipo de tecnologías los resultados han sido francamente malos. En el caso de Madero y Cadereyta tardaron 11 años en hacer funcionar al 100 por ciento las coquizadoras; en el caso de Minatitlán, cuya reconfiguración inició en 2004 y terminó en 2014, la coquizadora nunca ha alcanzado ni siquiera un 60 por ciento de utilización, por ende, es muy difícil pensar que pueda trabajar bien porque ahora es una nueva refinería, es muy complicado alcanzar esos niveles de eficiencia.

El costo de construcción, al inicio se habló de 8 mil millones de dólares y ahora estamos en cifras que superan los 12 mil millones, ¿qué sucede en este aspecto?

Con los costos, por desgracia, tenemos que hablar de la transparencia y qué vemos en este sentido, como es del dominio público y hay demasiados documentos así, el presidente y la secretaría Nahle prometieron tres años de construcción que pasaron apenas este 1 de julio y 8 mil millones de dólares.

En estos tres años hemos visto, que los costos pasaron de 8 mil a 9 mil 100, después 12 mil millones de dólares y el día de la inauguración Bloomberg, sin citar fuentes pero por su prestigio y responsabilidad se puede tomar como bueno, que hablaba de 18 mil millones de dólares.

La verdad es que no hay mucha transparencia al respecto, Pemex ha utilizado ni siquiera subsidiarias, sino filiales para poder hacer una serie de adjudicaciones directas y en éstas se ha perdido el rastro del dinero, esa es la realidad.

Si nos apegamos a una fuente oficial, las cuentas públicas de 2019, 2020, 2021 y las estimaciones de 2022, nos vamos a dar cuenta que la obra está calculada para llegar a más de 25 mil millones de dólares que es poco más del triple que se prometió.

Esta cifra es lo que representaría el proyecto al finalizar todas las obras, sería la estimación final a través de cuentas públicas, lo cual obviamente ya nos pone en un escenario en el cual, México tendría un potencial enorme de refinación acercándose a los dos millones de barriles tan sólo en México y más con Deer Park en Estados Unidos.

Pero tenemos varios problemas en los que poca gente ha reparado. El primero, y hemos hablado del fracaso de la secretaría Nahle, pero si todo le hubiera salido bien trabajando a un 80 de su capacidad si hoy Dos Bocas estuviera construido, estaríamos hablando que se están consumiendo poco más de 1.65 millones de barriles diarios, el problema es que Pemex sólo produce 1.5 millones; si todo le hubiera salido bien a Nahle, México ya estuviera importando petróleo para mandarlo a sus refinerías.

Ahora el impacto ambiental, los manglares que se desmontaron, el terreno pantanoso y el hecho de que no hay un informe claro y transparente, ¿qué impacto tendrá en la operación de la refinería?

Tiene que ver con que la secretaría Nahle dijo que se habían hecho los estudios de impacto ambiental, social y que se había elegido de todos los sitios el mejor, bueno, hay documentos oficiales del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) que exploraron 5 sitios, Lázaro Cárdenas en Michoacán, Minititlán, Paraíso en Tabasco, Salina Cruz, Tula y Tuxpan; fueron analizados y en el documento del IMP se hacen los estudios de riesgo y el problema es que el peor rankeado, el que más riesgos exhibe es precisamente Paraíso, Tabasco, de hecho es el peor de todos en materia de las condiciones primarias, cambio climático y biodiversidad, de hecho también en el impacto de uso del suelo, obviamente tenemos riesgos de inundaciones bastante altos, el propio IMP recomendaba elevar los terrenos de la refinería 1.2 metros, estamos hablando de 600 hectáreas, lo que hubiera llevado a un retraso de dos años, estamos hablando nada más de preparación de sitio de un costo de más de 2 mil millones de dólares, esto no lo hizo este proyecto, no lo hizo la secretaría de Energía, no lo hizo Pemex, por lo que el riesgo de inundación es alto, hemos visto en las diferentes fotografías a los largo de estos tres años que las tormentas tropicales o huracanes, por desgracia, la refinería queda fuera de circulación o su producción se retrasa por estas condiciones climáticas.

El riesgo que es inherente a la zona, la coloca en una desventaja significativa grande.

Ya se inauguró Dos Bocas, antes se compró Deer Park, se reconfiguraron las otras refinerías, ¿qué tanto conviene al país invertir en este tipo de tecnología, apostar al petróleo, en especial cuando los autos eléctricos y otros transportes de este tipo son una realidad?

Le estás pegando al punto fundamental, creo yo, y tiene que ver con lo que va a pasar en el futuro. Hemos visto las declaraciones de la Unión Europea de que en 2035 simplemente se van a dejar de vender los autos de combustión interna; hemos visto como diferentes armadoras cada año van presentando sus propios modelos en combustión interna, pero también eléctricos.

Es lo más importante, siempre uso esa analogía, de que en razón de que no todos vamos a usar Teslas o Porche eléctricos, es la misma razón por la cual no manejamos Lamborghinis todos, habrá autos para diferentes consumos y presupuestos, para diferentes bolsillos.

En ese sentido, es importante comprender que México es el cuarto exportador más grande del mundo de autos que se envían a Estados Unidos o a la Unión Europea, que con todas esas especificaciones eléctricas son autos que se están armando ya en México y hay que entender que la masificación se va a tener cuando se logren alcanzar estos costos, y esto eventualmente está planteado por las armadores, que todos los autos de combustión interna estén al mismo precio que los eléctricos y la gente irá migrando al ya no encontrar refacciones.

Ese es el futuro al cual nos estamos acercando de una manera acelerada. 2035, la realidad es que ya está a la vuelta de la esquina.

Qué va a pasar, vamos a tener a México inundado de gasolina y diesel y va a ver poco mercado, uno cada vez más residual; hoy, el mercado en México en un estado saludable prepandemia es un mercado de 800 mil barriles diarios de gasolina y aproximadamente poco más de 400 mil de diesel, estos números van a ir bajando conforme se vaya acercando este tipo de transiciones o sustitución.

Qué va a pasar, que México en administraciones futuras va a tener que pagar todo lo que se está haciendo respecto a esta gran obra; segundo, nos vamos a encontrar que el mercado se achicó y un tercero, que con administraciones que tengan una visión de futuro, van a tener que invertir de nuevo en todas las refinerías para reconvertirlas, ya no para que produzcan gasolina o diesel, sino para toda la parte de precursores químicos como alicientes o para aleaciones de nuevos plásticos, gran parte de esta transición pasa por este proceso, así que el petróleo va a seguir presente incluso en un medio ambiente mucho más saludable, pero no en la forma de combustibles, sino en forma de plásticos.

@AReyesVigueras