En un torneo de ajedrez realizado en Moscú, la novedad era la presencia de un robot que tomaría parte del Torneo Abierto contra otros participantes y que fue alquilado por la Federación de Ajedrez de dicha ciudad. Uno de sus contrincantes, un niño de 7 años, quiso sorprender a la máquina y realizó un movimiento rápido e inesperado que provocó que el brazo robótico le rompiera un dedo.
Más allá de la anécdota, lo que llama la atención es la manera en que muchos usuarios de redes sociales y diversos portales reaccionaron al hecho, pues además de calificarlo como “escalofriante”, empezaron a comparar lo sucedido con lo que nos han mostrado películas de ciencia ficción como Terminator u otras que tienen como protagonista a un robot en modalidad del malo de la historia.
Esto también tiene relación con la manera en que se han disparado los comentarios ante noticias de que una inteligencia artificial emitió opiniones racistas o que empezaba a mostrar signos de tener una conciencia propia, lo que lanzó todo tipo de advertencias acerca de que lo que mucha gente cree posible, con base en películas y novelas de ciencia ficción, se está volviendo una realidad.
Pero para nuestra tranquilidad, todavía no tenemos robots con una programación que les permita tomar decisiones que puedan representar un daño para un ser vivo, ni las inteligencias artificiales que se han desarrollado con capaces de tomar el control de sistemas de armas u organizar un genocidio en todo el planeta, a pesar de todo el material de ficción que hemos leído o visto a lo largo de nuestras vidas.