Leo en la Revista Proceso, que el Presidente se prepara para heredar la continuación de la 4T. Es decir la Destrucción de la Sociedad Mexicana, ya sea electa Claudia Sheinbaum, o Marcelo Ebrard. ¿Cómo? No le pueden cambiar ni una coma, al proceso de construcción (destrucción) que él creó perversamente en su 4T.

Una estrategia perversa que surge lógico del actual Presidente, ante los desgarres nacionales que ya seguidores y detractores notan y denotan que ha provocado un sexenio enfermizo; el más, del México independiente. Esa es la obra de López Obrador. Esa es la obra de su Ejecutivo, de su Gabinete, de su Congreso, de su Procurador de Justicia, de parte destacada de su Suprema Corte, sin definir al todo.

En momentos en los que el mundo clama Sociedad del Conocimiento, cuando el mundo espera que Naciones como México, aún con su gobierno platanero, comprenda la importancia de la Sociedad del Conocimiento, destruye para un número de nuevas generaciones el sistema educativo, lo regresa a la órbita “chaira”, y les ofrece también de remate una seguridad social acaso raquítica.

Si en la SEDENA anuncian sueldos de $30,000.00 mensuales, mejor aún como miembro del narco, una de las ramas de este sistema, donde ofrecen un mínimo seguramente de 50 mil pesotes por asesinar, tal vez 100 mil. Lo desconozco, pero puedo calcularlo. Pagaderos del otro lado de la frontera, para que se laven a través de las remesas. Insisto no lo sé. Pero lo sospecho.

Mientras México regresa al Pleistoceno, el mundo a la Sociedad del Conocimiento.

La Sociedad del Conocimiento es antitética a la Dra. Álvarez Buylla, al Dr. López-Gatell, a todos aquellos que sacrificaron sus títulos y doctorados, su verdad educativa, por seguir la verdad ideologizada electorera del de Palacio Nacional. “Odio a la cultura, a la Ciencia occidentales”, -dicen ahora ellos-.

Arriba lo mexicano y la madre tierra. Lo demás es lo de menos. A esa salvajización nos lleva López con la promesa de un Mundo Mejor, inexistente.

En lo personal en lugar de persistir en mis colaboraciones en Siempre con críticas y ataques a López, a partir de esta columna me dedicaré a demostrar por qué la 4T, el proyecto López Obrador y de sus acólitos, llevarán a México, a nuestro adorado México a una destrucción total, más que a una regresión, de continuar su sucesor por: Los Pasos de López.

Comienzo entonces.

¿Qué es la Sociedad del Conocimiento?

De acuerdo con Karsten Krüger, doctor en sociología de las universidades de Berlín y de Oldenburg, analista y catedrático en sociología en las universidades de Barcelona -Tarragona-, el concepto actual de la ‘sociedad del conocimiento’ no está centrado en el progreso tecnológico, sino que lo considera como un factor del cambio social entre otros, como, por ejemplo, la expansión de la educación.

O sea, inverso al Proyecto 4T Educativo, meramente ideologizante. El proyecto educativo 4T es más Cuba y menos Sociedad del Conocimiento.

Según el enfoque constructivo, el conocimiento será cada vez más la base de los procesos sociales en diversos ámbitos funcionales de las sociedades.

Crece la importancia del conocimiento como recurso económico, lo que conlleva la necesidad de aprender a lo largo de toda la vida. Pero igualmente crece la conciencia del no-saber y la conciencia de los riesgos de la sociedad moderna. Estas consideraciones implican la necesidad de preguntarse por los fundamentos del concepto.

Un punto de partida debe ser la pregunta: ¿Qué es conocimiento?

Ya Kant indicó que conocimiento no es una representación objetiva del mundo. Sin embargo, tampoco es una representación meramente subjetiva y discrecional. Somos capaces de distinguir entre “sueños” y “realidad”, independientemente de qué se entiende por ésta. Algunas representaciones se confirman en la práctica, otras no.

Lo que hace falta es conseguir un equilibrio entre lo subjetivo y lo objetivo de la noción conocimiento, para lo cual se puede recurrir a las propuestas conceptuales del pragmatismo norteamericano de James y Dewey, y a la teoría de sistemas desarrollada por el sociólogo Luhmann.

Este último define conocimiento como un esquema cognitivo que se considera verdadero, pero que, al mismo tiempo, es variable.  Estos esquemas regulan la relación de sistemas sociales y físicos con su entorno.

A diferencia de las expectativas normativas, que no se revisan ni siquiera en caso de decepción, las expectativas cognitivas sí se revisan y se corrigen en caso de que sea necesario a base de las experiencias adquiridas.

A pesar de que el conocimiento no representa el mundo de forma objetiva, hay un criterio de su adecuación (su verdad), que reside en su convalidación en la práctica (James 2001 y Dewey 1960), aunque estos efectos se constituyen a través de las interrelaciones entre las personas perceptoras y actuantes, -por un lado-, y la realidad por el otro lado. De esta forma se construye socialmente una certeza de la realidad (Realitätsgewißheit“ en alemán – Luhmann) que es condición imprescindible para cualquier formar de pensar y de actuar.

En este sentido, conocimiento implica la “capacidad de acción social”.

La utilización de esta definición del conocimiento implica que no se puede hablar de la sociedad del conocimiento refiriéndose solo al hecho de que se está produciendo cada vez más conocimiento tomando como indicador, por ejemplo, que el 90 por ciento de todos los científicos de todos los tiempos están viviendo ahora. No se trata de un indicador de la ‘sociedad del conocimiento’, sino, como mucho, de un indicador de la constitución de un sistema autónomo de la producción de conocimiento.

Basándose en la definición expuesta, la Sociedad actual no dispone de más Conocimiento que otras sociedades, sino que la definición de conocimiento como variable y verificable en cuanto al no cumplimiento de expectativas, hace pensar, que la ‘Sociedad del Conocimiento’ está caracterizada por la decreciente importancia de los rituales, de las tradiciones y de las normas aceptadas sin más (v.gr. De los objetivos 4T).

Al contrario, la ‘sociedad del conocimiento’ está marcada por la disposición de poner en cuestión las percepciones, suposiciones y expectativas tradicionales y socialmente aceptadas. La tesis implícita es que las sociedades actuales consideran cada vez más la expectativas basadas en conocimiento en lugar de normas. Es decir, las expectativas son cada vez más variables y revisables.

Las reglas y evidencias de nuestra sociedad están cada vez más sometidas a procesos de reflexión, lo cual tiene su expresión en el deterioro acelerado de las estructuras reguladoras tradicionales

La consideración de que una sociedad se basa en el conocimiento no depende, por lo tanto, del tipo de los bienes producidos (es decir bienes inmateriales o intensos en I+D), y tampoco de la competencias específicas de los empleados, que se manifiestan por ejemplo en certificaciones académicas.

Las organizaciones muchas veces citadas como ejemplos del trabajo basado en el conocimiento, -como consultorías, los bancos de inversión, los corredores de bolsa, los laboratorios de software o las agencias publicitarias-, no lo son por sus exigencias laborales específicas o sus productos como organizaciones basadas en conocimiento.

De entrada, los conocimientos y experiencias requeridos para la producción de ropa y de acero no son menos intensos que el conocimiento requerido para las actividades en las organizaciones mencionadas. Tampoco se puede definir la sociedad del conocimiento a través de la inmaterialidad de sus procesos económicos.

No hay duda de que se está reduciendo el peso de las actividades relacionadas con la obtención de materias primas, su tratamiento y la producción de bienes materiales. Pero también las actividades inmateriales podrían ser altamente estandarizadas, dejando poco margen de acción y de decisión individual.

El criterio esencial es la disposición de poner en duda las normas y reglas establecidas. Por lo tanto, la capacidad innovadora es constitutiva para la ‘sociedad de conocimiento’.

Solamente se puede hablar de una sociedad de conocimiento, cuando las estructuras y procesos de la reproducción material y simbólica de una sociedad están tan impregnadas de operaciones basadas en conocimiento, que el tratamiento de información, el análisis simbólico y los sistemas expertos, se convierten en dominantes respecto a los otros factores de reproducción.

Otro requisito imprescindible de la ‘sociedad del conocimiento’ es que el conocimiento en general y el conocimiento de los expertos en particular, sean sometidos a un proceso de revisión continua convirtiendo de está forma la innovación en un componente cotidiano del trabajo basado en conocimiento.

Se puede suponer que todo tipo de sociedad tiene esta disposición. No se puede imaginar una sociedad invariable en el tiempo, como tampoco se puede imaginar una sociedad sin tradiciones, normas y reglas institucionalizadas.

Pero solo la sociedad moderna altamente diferenciada, cuyo origen se encuentra en el Renacimiento Italiano, ha sido capaz de crear dinámicas transformadoras permanentes a través de la constitución de subsistemas de la sociedad, orientadas al cambio (sobre todo la ciencia, la economía y la tecnología).

En este sentido, la validez del concepto de la ‘sociedad del conocimiento’ depende de obtener indicios claros de que la producción, distribución y reproducción del conocimiento ha cobrado una importancia estratégica y dominante en las sociedades actuales. En primera instancia se deben identificar los espacios sociales estratégicos de la producción y distribución del conocimiento, como las prácticas y los objetos constitutivos, y descubrir su puesta en red y su institucionalización de las estructuras locales en regímenes globales (véase Rammert 1999).

Sociedad del Conocimiento y la 4T

Tal vez por eso, por esa modernización que solo se puede dar en sociedades que se construyan sobre las bases del Renacimiento Italiano, es por lo que López Obrador, sus acólitos y gánsteres no aceptan, desprecian la ciencia, la Sociedad del Conocimiento.

En este último sentido el T-MEC lógico, racional, inteligente, que nos lleva a la evolución es la norma natural. Pero López y sus gánsteres quieren el retroceso, la negación, el control de un pueblo por ellos idiotizado. Para que crean y dependan de ellos por décadas.

Tal vez así a López Obrador no le interesa ningún mexicano, nadie sino solo él. Y que dentro de esa óptica sociopática, cualquiera le sea 90% fiel, 10% inteligente y preparado.

Tal vez por eso a López Obrador se le ocurre hacer jurar a Sheinbaum y a Ebrard, que solo llegarán a la Silla Máxima, de garantizarle que continuarán con su 4T, con la regresión nacional, que se opone radicalmente a la Sociedad del Conocimiento.

Más cuando me dé la tinta

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 40 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos, impresos, digitales, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor. Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno… hasta ahora.