Les platico: Mi diletante resumen de las más de 41,000 páginas que integra el expediente del caso Ayotzinapa, es que a los 43 estudiantes de esa Escuela Normal Rural de Iguala, los agarró la policía municipal la noche del 26 de septiembre del 2014, los entregaron a narcos de la banda Guerrero Unidos, éstos los mataron y luego los desaparecieron.

En su momento lo dije así en los foros donde mi BigData participaba, como producto de una consulta que hice entre personas no involucradas ni en la política, ni en los medios ni en organizaciones ciudadanas.

De ahí mi calificativo de “diletante”, que podrá tener todos los asegunes que quieran, pero es la característica que aporta en todo el mundo las percepciones sobre temas específicos. Me voy a explicar con un botón de muestra. ¡Arre!

 

Miguel Treviño y SPGG

Miguel Treviño, alcalde de San Pedro Garza García, NL, excreta y exuda -válgaseme el pleonasmo- que ese municipio sigue siendo el más seguro de México y aporta números obtenidos de encuestas de dulce, de chile y de manteca.

Pero la percepción diletante de quienes vivimos en ese lugar es que no es así y para probar quién tiene la razón, el munícipe enfebrecido por que Samuel García lo acurruque e en su naranja seno para proseguir su carrera política en busca de una senaduría y luego de una gubernatura (pobre iluso), tuvo que tragar camote al ver al igual que millones en todo el mundo, el tiktok de sus propios policías dándole en la madre a la “orgullosa” institución sampetrina.

El enfoque diletante puede estar incluso por encima de los que se auto nombran expertos en cualquier tema, que presumen al menor pretexto las medallas que traen colgadas del pescuezo, de premios de periodismo y otras ocupaciones.

Hasta ahí mi explicación del origen diletante de mis percepciones sobre el caso que hoy nos ocupa.

 

8 años después

En la víspera de cumplirse ocho años de esos hechos, Ayotzinapa vuelve a la palestra por la sencilla razón de que sus 43 normalistas también votan y pueden hacerlo en contra del partido que forma parte de la alianza que se vislumbra como más opositora a Morena: El PRI, del cual forman parte todavía, el ex presidente Peña Nieto y el hoy preso Jesús Murillo Karam, quien fuera procurador general de justicia durante ese mandato.

Las versiones “expertas” sobre este hecho van y vienen:

  1. Que es un “deténte venado” impuesto por el presidente a los militares, pues dentro de las 83 órdenes de aprehensión giradas por la FGR sobre el caso, se incluye a mandos de alto rango del Ejército.
  2. Que el sub secretario de Gobernación, Alejandro Encinas, se salió del guion que le dictó el presidente de no raspar demasiado a SEDENA, nomás tantito, al anunciar con bombo y platillo que en Ayotzinapa se cometió un “crimen de Estado”.
  3. Que por ese motivo los verdes están que trinan y echando pestes, después de todas las canonjías recibidas de la 4T.
  4. Que es una injusticia tremenda haber apresado a Murillo Karam, y a Peña Nieto siguen sin tocarlo ni con el pétalo de una investigación. (Lo de que la UIF lo trae en jabón por el dinero de origen desconocido, es un petardo de Pablo Gómez, se los digo y firmo, pues ya pasó más de un mes desde el anuncio ese y el ex presidente sigue muy campante en Madrid, codeándose con la realeza española).
  5. Que es uno más de los distractores que le receta el presidente al respetable -y jodido- público, que es del que Morena obtiene sus votos, para que se olviden de los bestiales aumentos a los precios; de la economía que va en picada; de la rampante inseguridad; de la friega que nos van a acomodar los gringos y los canadienses por las violaciones mexicanas al TLCAN; de la generación que ya se perdió en materia educativa; de que las medicinas no llegan a los enfermos, pero las Sabritas sí, que esto y lo otro.

Por esto y más sostengo diletantemente que los “43 de Ayotzinapa” tienen el poder del voto, con miras a las elecciones del 2023 en el Estado de México y en Coahuila, cuyas campañas están ya bien arrancadas.

 

Cajón de Sastre

“¿Quieren más o les guiso un huevo?”, remata la irreverente de mi Gaby, citando la famosa frase de mi abuela, cuando fue alcaldesa de Perros Bravos, NL, que luego cambió su nombre por el de Gatos Güeros, producto de la que fuera primera consulta popular de México.